Jeongin lo miró fijamente, sin entender del todo a qué se refería
Yang Jeongin
Un agujero? ¿Por qué es tan importante?
El abuelo pareció vacilar, pero luego continuó, mirando hacia la chimenea.
abuelo de Jeongin
Nadie sabe cómo apareció. Un día, simplemente... apareció. Era un agujero en el bosque, más grande de lo que podrías imaginar. Nadie sabía qué había dentro de él. Nadie se atrevió a acercarse demasiado.
abuelo de Jeongin
Algunos decían que era un pozo sin fondo, otros que era una entrada a algo más... algo oscuro. Muchos se asustaron, y algunos incluso abandonaron el pueblo por completo.
Jeongin sentía que el aire a su alrededor se volvía más denso, más pesado, mientras escuchaba a su abuelo hablar. El agujero parecía tener un poder extraño sobre todo lo que estaba alrededor.
Yang Jeongin
Y tú, abuelo? ¿Qué hiciste?
Preguntó Jeongin, sintiendo cómo sus manos comenzaban a sudar.
El abuelo se quedó en silencio durante un largo momento, su rostro arrugado lleno de pensamientos oscuros. Finalmente, sus palabras fueron aún más bajas, como si temiera que alguien más pudiera escucharlas.
abuelo de Jeongin
Lo vi de cerca, Jeongin. Yo... yo fui uno de los pocos que se acercaron. Algunos decían que era una maldición, que quien mirara demasiado tiempo al agujero... quedaría marcado.
abuelo de Jeongin
Y yo, por razones que aún no entiendo, sentí la necesidad de verlo con mis propios ojos. Pero lo que vi allí... no lo pude contar a nadie. Nadie me creyó, y muchos dijeron que mi mente ya no estaba bien. Y quizá, en parte, tenían razón.
Jeongin estaba completamente en silencio, apenas respirando, mientras su abuelo lo miraba fijamente. Sus ojos, aunque envejecidos, aún conservaban un destello de la intensidad que había tenido en su juventud. Había algo en su mirada que le decía que no debía preguntar más, que no estaba preparado para lo que podría escuchar.
Yang Jeongin
Y el agujero? ¿Qué pasó con él?
El abuelo lo miró fijamente, como si estuviera evaluando si debía continuar. Luego, suspiró profundamente.
abuelo de Jeongin
El agujero sigue allí, Jeongin. Nadie ha tenido el valor de acercarse después de todos estos años... pero, créeme, hay cosas que mejor no saber. Cosas que el agujero guarda. Cosas que, si miras demasiado tiempo, podrían... cambiarte para siempre.
Jeongin sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. La atmósfera en la habitación se volvió más tensa, y por un momento, todo lo que pudo oír fue el crepitar del fuego en la chimenea.
abuelo de Jeongin
No vuelvas a buscarlo, Jeongin
abuelo de Jeongin
Algunos secretos deberían quedar enterrados.
Jeongin no dijo nada. El miedo y la curiosidad luchaban dentro de él, pero una parte de él comprendió que ya había oído demasiado. Sin embargo, una sensación extraña lo acompañó esa noche, como si el agujero estuviera más cerca de lo que imaginaba, esperándolo en algún rincón oscuro del pueblo.
Esa noche, después de la charla con su abuelo, Jeongin intentó descansar, pero no pudo. Su mente no dejaba de darle vueltas a las palabras del anciano, al agujero, a las advertencias que había recibido. Había algo en ese agujero que lo llamaba, algo que no podía comprender, pero que al mismo tiempo no podía ignorar. Cada vez que cerraba los ojos, veía la foto en blanco y negro, el agujero que parecía esperar pacientemente, oculto en algún lugar del bosque.
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