Jeongin apretó los dientes, tratando de bloquear el sonido, pero no lo logró. Cada paso que daba parecía hacer que los murmullos aumentaran de intensidad, invadiendo su mente, tocando algo profundo dentro de él, algo oscuro. Miró a su alrededor y vio que Bangchan y Hyunjin también se veían afectados, sus rostros marcados por el mismo miedo palpable.
Yang Jeongin
Escuchan eso?
Preguntó Jeongin, su voz temblorosa. Miró hacia el techo de la cueva, buscando una explicación a los sonidos que lo rodeaban. Pero no había nada. Solo oscuridad.
Hwang hyunjin
Es imposible ignorarlo.
Hwang hyunjin
Por qué no paran? ¿Quiénes... o qué están diciendo?
Bangchan, con su rostro tenso, seguía avanzando sin mirarlos, como si estuviera decidido a ignorar los murmullos. Pero no podía ocultar el brillo en sus ojos, el miedo oculto detrás de su determinación. Estaba escuchando los susurros igual que ellos.
Bangchan
Son las almas atrapadas aquí.
Bangchan
Este lugar no es solo un agujero en la tierra. Es un refugio para los que han sido devorados por la oscuridad. Las voces son las de aquellos que nunca pudieron escapar.
A medida que avanzaban, la cueva se volvía cada vez más laberíntica. El aire era denso, opresivo, como si la propia tierra estuviera apretando contra sus pulmones. Y fue entonces cuando Jeongin notó algo en las paredes. Algo que lo hizo detenerse en seco.
A lo largo de las paredes de la cueva, había extraños grabados. No eran pinturas o marcas comunes; eran profundas, como si la sangre misma hubiera sido usada para tallarlas. Las líneas gruesas y sinuosas se entrelazaban entre sí, formando símbolos y palabras incompletas, como si alguien hubiera intentado advertir a los futuros exploradores del terrible destino que les aguardaba.
Yang Jeongin
Qué... qué es esto?
Preguntó Jeongin, su voz apenas un susurro. Se acercó a una de las marcas y la observó más de cerca. Las líneas parecían moverse bajo su vista, como si las sombras de la cueva estuvieran respirando dentro de ellas.
Hyunjin también se acercó y tocó una de las marcas. El contacto le hizo dar un respingo, como si una corriente fría hubiera atravesado su cuerpo.
Hwang hyunjin
Esto no es solo sangre.
Hwang hyunjin
Es como si estas marcas estuvieran vivas, como si estuvieran siendo alimentadas.
Bangchan se adelantó, alejándolos de la pared, y observó con cautela el pasaje por el que habían avanzado.
Bangchan
Las marcas son advertencias.
Bangchan
Cuando alguien entra, el agujero lo reclama. Estas son las huellas de quienes han sido absorbidos. Sus almas, sus recuerdos... todo queda grabado en estas paredes, para que quienes vengan después sepan lo que les espera.
Jeongin, sintiendo un escalofrío recorrer su columna, apartó la vista de las marcas y continuó avanzando. Pero algo en su interior le decía que ya no había vuelta atrás. Las palabras grabadas en la sangre, las voces susurrando en la oscuridad... todo lo que había visto hasta ahora apuntaba a una verdad aterradora. Este lugar no los dejaría ir. Y, de alguna manera, ellos ya estaban siendo reclamados.
Al continuar caminando, otro sonido apareció en el aire: un golpe sordo, seguido de un ruido rasposo que venía de más profundo en la cueva. Era como si algo estuviera arrastrándose por el suelo, algo grande y pesado. Jeongin detuvo sus pasos, su cuerpo tenso. Sus ojos se fijaron en las sombras que danzaban alrededor de ellos.
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