Bangchan asintió lentamente. Sus ojos recorrían los objetos abandonados con una mezcla de tristeza y resignación.
Bangchan
El agujero es un lugar que borra el tiempo. Lo que fue y lo que será se mezclan aquí. Nadie sabe cuánto tiempo han pasado esas personas atrapadas aquí, pero sus huellas... sus objetos siguen siendo testigos de lo que hicieron, de lo que intentaron antes de desaparecer.
Jeongin sintió un nudo en el estómago, un miedo frío y persistente que parecía recorrerle la columna vertebral. Miró a su alrededor, como si las sombras de la cueva pudieran devorarlo en cualquier momento.
Yang Jeongin
Entonces, ¿qué hacemos?
Yang Jeongin
Vamos a seguir adelante, sabiendo que otros ya han muerto aquí?
Bangchan no respondió inmediatamente. Sus ojos seguían fijos en los objetos, como si buscara algo más. Finalmente, se levantó y guardó silencio por un momento antes de hablar.
Bangchan
No tenemos muchas opciones.
Bangchan
El agujero no nos dejará ir hasta que nos devore completamente, o hasta que descubramos por qué estamos aquí. Y si esos objetos son lo único que quedó de quienes vinieron antes... entonces tal vez... tal vez hay algo más que aún podemos encontrar.
Jeongin sintió que el miedo se convertía en una mezcla de desesperación y necesidad de respuestas. No podía imaginar quedarse atrapado en ese lugar por siempre, pero la pregunta era: ¿había algo allí afuera que pudiera liberarlos, o estaban destinados a ser como los demás?
Yang Jeongin
Vamos, chicos. No podemos quedarnos aquí.
Dijo Jeongin, su voz más decidida ahora. A pesar del miedo que lo envolvía, algo dentro de él lo impulsaba a seguir adelante.
Yang Jeongin
Si no lo hacemos, seremos como ellos.
Hyunjin miró a Bangchan y luego a Jeongin. La determinación de su amigo parecía haberlo alcanzado también, y un fuego renovado brilló en sus ojos.
Hwang hyunjin
Tienes razón. Si nos quedamos aquí, seremos parte de la historia de este lugar. Y no pienso dejar que eso pase.
Los tres, con las linternas encendidas, comenzaron a caminar nuevamente, adentrándose más en las entrañas de la cueva. Sin embargo, lo que sentían era mucho más que miedo. Era una sensación de atrapamiento, de ser parte de algo mucho más grande que ellos mismos. Y mientras avanzaban, las sombras a su alrededor parecían moverse, observándolos con una atención silenciosa y constante.
De repente, un sonido sordo resonó en la distancia. Un retumbar bajo que venía de lo profundo de la cueva. Jeongin se detuvo, su cuerpo tenso, con la sensación de que algo los estaba esperando. Algo mucho más grande que ellos.
Yang Jeongin
Lo escucharon?
Preguntó Hyunjin, su voz apenas un susurro.
Bangchan asintió, sus ojos ahora alertas.
Bangchan
Sí. Y no me gusta lo que significa. Ese sonido... es la señal de que estamos llegando demasiado cerca.
Jeongin miró a su alrededor, el retumbar creciendo más fuerte, más cercano. La cueva parecía respirar, y él no podía evitar preguntarse si, tal vez, algo aún más oscuro los estaba esperando. Algo que nadie había sobrevivido para contar.
Los susurros se habían convertido en una presencia constante. No había manera de escapar de ellos; parecían provenir de todas direcciones. Las voces se desvanecían en la cueva, pero algo en sus tonos hacía que los pelos de la nuca se erizaran. Eran inconfundibles, como si muchas voces se entrelazaran en un coro espectral, susurrando palabras incomprensibles, pero llenas de una urgencia aterradora.
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