Ver a la mujer de su padre en carne y hueso la dejó sin respiración. No podía mover ni un músculo de la cara. De pronto, sintió una mano en su hombro. Luciano pronunció unas palabras muy suaves en griego, pero comprobó que su cuerpo estaba en tensión.
Sin decir una palabra, la mujer tomó su mano y le miró la esmeralda que llevaba en uno de sus dedos.
—El anillo de los Letsos -susurró, moviendo de lado a lado la cabeza-. Andreas te dio el anillo para ella. Qué tonta he sido. Debía habérmelo imaginado. ¿Por qué no me lo dijiste?
—No me parecía el momento más indicado para hacerlo público...
—Sólo a un hombre se le pueden ocurrir esas cosas. Como si la noticia de que te vas a casar no me fuera a alegrar, a pesar de las circunstancias. Sonrió y cambió la expresión de su cara. -¿Cuánto tiempo has estado saliendo con mi hijo?
—¿Saliendo? -repitió Olivia, sin acabar de creerse lo que estaba oyendo.
—Hace muy poco -respondió Luciano por ella.
—Pero tendrías que habérmelo dicho -le reprendió Sonia, en tono cariñoso-. ¿Cómo puedes pensar que me puede angustiar tu felicidad? Si supieras cuántas cosas se me han pasado por la imaginación, antes de venir a llamar a esta puerta.
—Mi taxi -murmuro Olívia.
—¿Te marchas? Pero si te acabo de conocer -protestó la mujer un poco desilusionada.
—Es que tiene que tomar un avión y ya llega tarde -inventó Luciano, levantando la maleta de Olívia, antes de que ella lo hiciera.
— Olivia. Es un nombre muy bonito -musitó Sonia después de unos momentos de duda-. Perdóname por haber llegado tan de improviso. Me habría gustado pasar un poco más de tiempo juntas.
—Siento mucho tener que marcharme tan rápidamente -murmuro Olivia, incapaz de mirarla a los ojos.
Luciano ya había abierto la puerta del taxi. Cuando ella iba a entrar, le agarró la mano, agachó la cabeza y le dirigió una mirada fría y amenazadora. —Todavía tenemos que hablar. ¿Cuándo vuelves?
—Nunca.
—Volverás por el dinero, seguro -dijo él con los dientes apretados, para que no le oyera Sonia. —Ahora tengo que despedirme de ti como si fuera tu novio. Inclinó la cabeza y le dio un beso en la frente. Olivia se metió en el coche y ni siquiera se despidió con la mano, para dar un tono más realista a aquella farsa. Su corazón le latía tan rápido que se sintió enferma.
****************
En la sala de juntas todo está listo para la reunión, Alexandro Dmitrikis precedería la reunión su padre asistía, ya que él había redactado el primer testamento de Andreas Letsos.
Draco Giulliano llegó a la reunión, seguido por Connor Lancing.
— ¿Cuándo comenzará la reunión?, pregunto Draco.
— Cuando lleguen todos exclamó Xandro.
— ¿Helena asistirá?, pregunto Connor.
— Por supuesto, tienen que estar todos.
Luciano llegó en ese momento todos lo miraron como si estuviera apestado. Lo cierto era que su padre había creado el problema.
Xandro le hizo señas al asistente y este encendió la computadora en menos de un minuto la imagen de Helena Athanasiou apareció frente a ellos, vestida inmaculadamente sentada en una oficina en algún rincón del mundo, Helena no se encontraba precisamente de buen humor.
— Buenos días, Helena dijo Xandro.
— Buenos días, ¿alguien me explica que demonios está pasando?, pregunto Helena algo impaciente.
— Al haber Andreas redactado un nuevo testamento, las cuentas de la familia y toda cuenta empresarial de la que ellos participen han sido congeladas hasta que no se cumpla la última voluntad de Andreas comentó Xandro.
— Sí bien esta parte del testamento podrías ser declarado nula, tendríamos que ir a tribunales y eso avergonzaría a Sonia, ella aún no lo sabe exclamó Yannis.
— Entonces la solución es que se cumpla la última voluntad de Andreas dijo Connor mirando a Luciano.
— Creo que es lo más razonable dijo Draco mirando a su amigo.
—Lo siento muñequito, pero toca sacrificarse, tu padre creo el problema tú lo solucionas.— Caso contrario nos vemos en tribunales exclamó Helena arrojando el guante.
Luciano sonrió, Helena no se andaba con rodeos.—¿No te cansas de dar órdenes por Skype?, pregunto.
— A menudo, por eso en unos días estaré ahí ordenándote en persona, si no hay otro asunto que tratar me despido dijo Helena.
— Ningún otro exclamó Xandro.
— Qué sigan bien caballeros exclamó Helena y luego se desconectó.
— Toma aquí tienes la información de esa mujer, si piensas seguir adelante redactaré el acuerdo dijo Alexandro.
— Como si tuviera otra opción exclamó Luciano tomando la carpeta...
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Herlinda Luna
Porque nadie dijo que es la hija de Andreas
2024-07-30
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