Karol, después de quedar a solas en la habitación, decide terminar de comer y pedir más comida. Hasta quedar lo suficientemente llena para tratar de levantarse, llega hasta el hermoso balcón de la habitación y queda maravillada por la vista; parecía un paisaje de revista. Se queda un rato contemplando y pensando en todo lo que ha pasado en estos últimos días, cuando siente que alguien toca la puerta de la habitación. Al entrar, observa a Marcos, que camina hacia ella.
Marcos: ¿Cómo estás? —Amablemente vestido de negro y con una camisa de fondo blanco, lleva una caja en la mano.
Karol: Estoy mejor... Pero, ¿dónde está él? —Un poco intrigada.
Marcos: Él se encuentra reunido con unos socios; vendrá en horas de la noche. Pero él me pidió que, si despertabas, te entregara esto. —(entregándole la caja).
Karol toma la pequeña caja para empezar a abrirla, sacando de ella un celular y mirando a Marcos de nuevo.
Marcos: Ese celular solo tiene permitido hacer dos llamadas; una es a tu padre, como fue prometido por el jefe, y el segundo contacto es el del Sr. Black, por si quieres comunicarte con él. —Él solo observa a Karol con el celular.
Karol: ¿Cómo está mi padre? —Con un tono suave y pensativa, porque su padre, con la acción que hizo, no fue nominado al padre del año.
Marcos: (suspira un poco y camina para observar el paisaje con ella, hasta estar a su lado).
—Pues se está recuperando satisfactoriamente, pero se niega a internarse para que lo ayuden con su adicción a las apuestas. Así que mis hombres lo siguen vigilando porque ha intentado escaparse. Se encuentra ansioso y desesperado; también pregunta por ti. —Karol solo se queda en silencio con el celular en la mano.
—Te dejaré para que puedas hablar con él. —Se va, pero se detiene antes de salir del balcón para voltear y decirle:
—Karol. —Ella lo mira.
—Entre más tiempo pasa, me doy cuenta de que no me equivoqué con mi elección. Eres todo lo que él necesita en su vida.— Para verlo irse, suspira un poco, aunque sigue pensando en él. Decide tomar su celular para marcar al primer contacto, comenzando a timbrar.
📱—Hola, ¿cómo está, Sra. Black? —responde el hombre en la otra línea.
—Ya la comunico con su padre—.
Karol: Bien, gracias, ¿y usted?... espera unos segundos hasta escuchar la voz de su padre.
Robert: Hola, hija, de verdad... Te pido perdón, lo siento, hija, no medí las consecuencias y te fallé como padre. Yo te pido que perdones a este pobre viejo—. Ella solo se queda en silencio escuchando a su padre.
Karol: Papá, no me digas... ¡LO SIENTO!, ¿por qué? Ya no solucionará nada, mi corazón y mi confianza están rotas. Me prometiste no volver a hacerlo. Aun así, lo hiciste... Así que un ¡LO SIENTO! ya no tiene validez para mí, pero si quieres que considere perdonarte por lo que hiciste, obedece a esos hombres que están contigo, intérnate en esa clínica y trabaja con tu adicción. Cuánto me demuestres que has cambiado. Ahí hablaremos frente a frente, pero por ahora solo te pido que aceptes que tienes un problema. No por mí, sino por ti, y si no aceptas la ayuda o no trabajas en tu adicción, escúchame bien... Te olvidarás de que tienes una hija, porque yo no planeo seguir con alguien que no está dispuesto a salir del hueco donde está. ¡Papá! Te amo, pero no puedo seguir así, no puedo seguir pagando tus deudas y no puedo seguir viéndote morir o que algún día te mate por ellas, solo apostando sin pensar en las malditas consecuencias.— Mientras por el teléfono solo se escucha su llanto.
Robert: Lo haré. Te prometo que iré con esos hombres y trabajaré en mi adicción. Pero, ¿dime dónde estás? Quiero verte, quiero saber cómo estás. ¡Por favor! Quiero verte.—
Karol: Papá, por ahora no puedo verte, estoy trabajando para pagar todas las deudas. Así que no te veré por un tiempo, pero cuando lo haga espero que hayas entendido, aceptado y trabajado en tu problema de adicción. Me comunicaré contigo para saber cómo vas. Solo puedo decirte eso. Si quieres mi perdón, ya sabes lo que tienes que hacer. Espero que no me decepciones, papá; será la última vez que lo permitiré. Escúchame bien y confía en ti, no me decepciones más, ¡sí!—
Robert: Te lo prometo, no te decepcionaré más, me internaré.— Karol decidió dar fin a la llamada y empezó a llorar porque solo quiere que su papá entienda que las apuestas no traen nada bueno. Ella llora por su padre, pero sabe que si él no toma una decisión y cambia su vida, ella no puede arrastrarse junto a él.
Para calmar sus emociones, se sintió tentada a llamarlo al ver su contacto, pero decidió no hacerlo. Entró a la habitación, puso el celular en la cama y tomó una ducha de esas que te lavan hasta los pecados, de tanto que duró. En esa ducha, empezó a filosofar sobre su vida hasta caer en cuenta de que Black debió verla totalmente desnuda cuando se enfermó. Sonriendo un poco, salió del baño en bata, secándose el cabello, y caminó hacia una enorme habitación que parecía más un centro comercial. En un lado se encontraba una cantidad de ropa para ella, entre vestidos, accesorios y maquillajes, y en el otro lado, la ropa del Negro: trajes elegantes, corbatas, todos sus interiores, relojes, todo bien organizado. Karol tomó una de las prendas del clóset del Negro y olfateó, sintiendo ese olor característico de él que a ella le encanta, para dejarla en su puesto y espantar las tonterías de su mente y empezar a buscar algo que ponerse. Hasta hallar algo que llamó su atención para usar, se alistó tomando unos jeans y un top con broche, y se maquilló para no verse pálida.
Para bajar. No obstante aún le dolía su pie para caminar, pero podía caminar con normalidad, pues le dolía, pero no tanto para decidir bajar por la enorme casa y quedar maravillada por ella, pues era enorme y todas las decoraciones eran elegantes y sofisticadas, había muchos hombres de vigilancia que al pasar todo se inclinaba antes ella.
Hasta bajar una enorme escaleras con detalles dorados hasta llegar a una sala y visualizar a Renata sentada en un sofá bordando algo que se veía tan hermosa concentrada en lo que hacía, para ella alzar su cabeza y saludarla alegremente a Karol que bajaba.
Renata: ¡Cuñada!. —Emocionada
Karol se dirige hacia a ella para saludarla amablemente.
Renata: Eres hermosa, me encantan tus ojos, ahora se que tiene loco a mi hermano. —Sonríe
Karol: Sonríe observando todo, pero en ese instante ver a Marcos entrar y saludarla, para entregarle un postre en una cajita a Renata, ahí se dio cuenta que ellos se gustaban, pero por alguna razón ella ponía una barrera entre él y ella. Aunque sonreía y la forma en que lo miraba lo decía todo para sonreír y salir del lugar dejando Renata y a Karol a solas.
Karol se siente junto a Renata que mira el hermoso postre que Marcos le entrego para ponerlo en la mesita de vidrio al frente de ella
— Ustedes se gusta ¿cierto?.— Cambió su expresión por una mirada de tristeza.
Renata: (Ella la mira mueve su cabeza para hacer un lado el kit de bordado).
—Como te dije, creo que seremos buenas amigas. Pues aquí paso sola y tengo que estar encerrada y vigilada, porque si no, estaré en peligro de volver con ese ser despreciable que es el hombre con quien me obligaron a casarme. Desde que conocí a Marcos, me enamoré de él completamente, al punto de que fuimos novios a escondidas y lo sigo amando... Como el primer día. Pero Marcos y yo fuimos separados; estamos destinados a solo amarnos, pues mi papá empezó a sospechar, así que nos prohibió vernos o que tuviéramos algún contacto... Lo que yo no sabía es que mi padre tenía otros planes para mí y, aprovechando la ausencia de mi hermano, que sabía que se opondría, me utilizó a mí para salvar un trato donde yo fui el intercambio. Así me obligó a casarme con Marx, un hombre guapo e inteligente, pero igual de cruel. A su lado viví un maldito infierno; fui violada muchas veces, golpeada a tal punto que mi rostro no se reconocía y degradada al nivel más bajo. Fui tratada como un vil objeto, pero si no lo hacía, mi padre amenazó con matar a mi hermano y a Marcos. Así que viví tres años de infierno, pues Marx sabía que mi hermano haría todo para rescatarme y me mantuvo aislada y escondida para que nadie me encontrara. —Llorando y acariciando su vientre, mientras que Karol solo toma la mano de Renata, porque su intención no fue que ella recordara cosas feas y menos en su estado.
—Así que cuando mi hermano me rescató, ya no era ni la sombra de lo que era... Estaba llena de golpes, que mi hermano lloraba. Juro venganza; cuando empecé a recuperar, me di cuenta de que estaba embarazada de ese hombre, producto de la última violación que me hizo. Él estaba borracho; a veces traía chicas a la casa cuando él lo hacía. Yo sabía que por lo menos no me tocaría... Pero esa vez vino borracho, me golpeó y me hizo todo lo que quiso. —Mientras ella trataba de articular las palabras por el dolor que le causaba ese recuerdo.
— Pero ahora tengo a mi hija creciendo bien y, a pesar de que al principio no quería tenerla, me di cuenta de que no tiene la culpa de nada y solo es un angelito. Por eso, mi hermano ha hecho muchas cosas para protegerme; somos la única familia que tenemos él y yo. Porque mi hermano, para saber mi ubicación, tuvo que matar a mi padre. Aunque él dice que no se arrepiente de haberlo hecho, de igual forma lo único de lo que se arrepiente es de no haberlo hecho antes. Así pudo evitar muchas cosas, como que lo golpeara cada vez que se le diera la gana, o que lo humillara, o que me hiciera lo que mi padre me hizo; no tenía nombre para él. Por eso, mi hermano se casó; quiere hacer pagar a Marx todo el daño que me hizo. Mientras Marx esté vivo, yo y mi bebé correremos peligro.—
Karol: (Suspira)— Mientras yo esté aquí, también te protegeré; no dejaré que nada les pase a esta bebé hermosa ni a la mamá hermosa. ¿Puedo tocarla? — señalando la barriga, a lo cual ella mueve su cabeza indicando que sí. Karol empieza a mover su mano con caricias.
Renata: Hola, princesas. Te presento a tu tía Karol.— Lo cual hace sonreír a Karol. Ella conoce otra cara de Black que está dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de proteger a los que ama. Aunque sabía que tal vez no llegaría a conocer a la bebé, sintiendo un poco de tristeza, solo pensaba que no podía acostumbrarse, pues a ella no le gusta apegarse a las personas. Pero solo ver a Renata y saber un poco más de ella y su sufrimiento solo la hace querer protegerla. Pero la voz de una mujer que entra, siendo atajada por los hombres de seguridad, la saca de sus pensamientos, haciendo que Renata se levante de un solo movimiento...
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Comments
Mar Sol
Seguramente es la tal Nikol, no sé por qué, pienso que esa mujer es algo del malvado ese de Marx.
2025-02-05
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Martha Correa
viejo pelón a ese si deberían resucitarlo y hacerle lo que le iban a hacer a la abuela
2024-10-09
1
Lourdes Mendez
que triste lo qué es capaz de hacer un padre cuando los mueve el interés
2024-07-26
2