CAP 11 Un vestido

Karol, al entrar al baño, suspira, se lava las manos y la cara en el lavabo. Pues todavía las imágenes estaban presentes de lo que había pasado el día anterior; no podía olvidar que había acabado con la vida de varios hombres. Nadie te prepara para ese tipo de situaciones. Y lo otro era que no sabía lo que le pasaba con ese hombre; era como si sintiera un deseo intenso por él y esa excitación que despierta en ella solo con tentarlo. Decide salir del baño, abriendo la puerta y asomando levemente su cabeza para ver si él sigue ahí en la habitación.

Pero no está, lo cual la hace salir por completo, caminando un poco sin apoyar uno de sus pies, para encontrar una bandeja de comida y, sin pensarlo, empieza a comer, como si su vida dependiera de ello. Al terminar de comer y no dejar ni una sola miga en el plato, observa entrar a un hombre con dos bolsas que ella reconoció al verlo; fue la última persona que vio antes de ser drogada.

Karol: ¡Yo a ti te conozco, wey! —se levanta, dejando la bandeja en la cama para señalarlo con el dedo.

—¡Tú, malparido! Fuiste el desgraciado que me drogó; por tu culpa estoy metida en este embrollo. Así que me las pagarás, imbécil —enojada, toma el cubierto de plástico en su mano.

Marcos: Lo siento de verdad... Lo siento, pero no tuve opción. Si no, el Sr. Black me habría matado. La novia había huido y tú eras mi mejor opción. Lo siento... Lo siento de verdad. —Mientras pone las bolsas en el sofá, da un paso hacia ella.

—¿Y qué piensas hacer con ese cuchillo de plástico, arañarme el cuello? —mira a la chica, golpeada y enojada, con el cuchillo.

Karol: No te puedo matar, pero al menos puedo dejarte tuerto, imbécil. —Ambos terminan riéndose y bajan el cuchillo.

—¿Quieres que te perdone? —Ella lo mira y él mueve la cabeza afirmando.

—Dame información de tu jefe —se sienta en la cama y estudia al hombre que tiene frente a ella, sabe que le conviene hacerlo su amigo.

Marcos: Señorita, no puedo hacer eso. Quiere que el jefe me mate.— Sentándose en el brazo del sofá.

Karol: No te estoy pidiendo que traiciones a tu jefe, sino que me ayudes con cierta información que no le hará daño a nadie. Me ayudará a desempeñar el papel. Como por ejemplo, ¿por qué la novia huyó antes de la boda?— Intrigada.

Marcos: (Suspira un poco frustrado y se rasca la cabeza.)

— Está bien, pero es lo único que puedo decirle. Lo demás, usted averigüe por su cuenta: el compromiso del señor es un simple requisito para tener más poder y así ayudar a su hermana. Y su esposa, o la que iba a ser su esposa. Prácticamente, solo se han visto una sola vez y su matrimonio se dio para salvar la vida de sus padres, porque ellos le habían robado al Sr. Black.

Entonces, a cambio de perdonarlos, él pidió a su hija en matrimonio, lo cual sus padres aceptaron, para irse del país la noche antes de la boda. Solo nos dimos cuenta hasta ayer en la mañana, cuando tú te cruzaste en mi camino. Es lo único que puedo decirte.— Recalcando.

Karol: ¡Okay! Más o menos entiendo esa parte... Ahora la pregunta es: ¿la mujer digna para ser su esposa es la misma que huyó o es otra?— Haciendo comillas en "digna".

Marcos: Solo le diré que son diferentes mujeres... — Para tomar las bolsas.

—Le traje ropa para que salga del hospital, porque le han dado el alta y el señor Black la espera afuera. Ahí encontrará artículos de aseo y ropa. Así que, cualquier cosa que necesite, no dude en pedírmelo. Soy Marcos.— Para verlo salir.

Karol toma las bolsas para ir al baño, para asearse. Al salir, sale enojada gritándole a Marcos que estaba afuera, esperando en la puerta.

—¡MARCOS... MARCOS!—

Marcos, al entrar, trata de contener la risa al verla.

Karol: ¿Me puedes decir? ¡¿A qué abuelita le robaste, maldito vestido?! Me parezco a mi tía Tere. ¿Qué mierda es este color? A perro corriendo. Sabe que me quitaré esta porquería y quémalo. Mejor me voy en bata; hasta un saco de papas me quedaría mejor que este vestido de porquería...—enojada, mientras Marcos solo se ríe de ella.

Marcos: La verdad se veía bonito y la vendedora me dijo que estabas a la moda... (se ríe). ¡Pero es horrible! Espérame aquí, te conseguiré algo.— riéndose.

Karol: Lo mira. ¡Tienes mierda en esos ojos o qué!... ¡Estoy horrible! ¿Y qué color es este? — Para ir al baño mientras Marcos sale a conseguir ropa.

Al salir en bata de nuevo, observa con la puerta entreabierta a varios hombres armados al frente de la habitación, observando al negro en el celular discutiendo. Al ver al médico, vuelve y se asienta en la cama.

—Buenos días, vine a darle el último chequeo para darle de alta. — El médico, entrando, empieza a revisarla. Ya le entregué la fórmula a su esposo. Déjeme decir que está bien, siga las indicaciones, solo realice actividades relajadas, nada de movimientos bruscos. Se ve que su esposo la ama, pues casi me mata ayer de lo preocupado que estuvo. — Ella sonríe.

Karol: ¿Sabe algo de Robert Rivas? —Intrigada.

—Sí, salió bien de la cirugía, fue trasladado a uno de los mejores hospitales. — Eso la hace suspirar de alivio.

Karol: ¿Me puede prestar su celular?, ¡por favor!—

—Su esposo no me dejó que entrara a la habitación con él, lo siento. — Para salir de la habitación, observando entrar a Marcos de nuevo, sudado.

Marcos: Espero que esto te guste. — Entrando y entregando una bolsa.

—Sr. Black, quería que vieras esto. — Le pasa el celular, con un video de su padre, dormido. El médico explicaba que está en observación y estará dormido por unas horas más. — Ella solo devuelve el celular más tranquila para levantarse y cambiarse, sin antes tomar el vestido anterior y lanzarlo a Marcos.

Karol: Te lo devuelvo, para que lo regreses a la abuelita que sé que lo robaste o límpiate el culo con él. — Para irse, él se ríe de la particularidad de Karol. Es alguien muy interesante.

Para salir ya lista de ese lugar, pero a pesar de tener el pie lastimado no aceptó usar la silla de ruedas, solo salió de la habitación, caminando, para ver a Black afuera.

Black: Solo la observa salir, de los pies a la cabeza, para darse cuenta de que a pesar de los golpes, ella es exquisitamente hermosa. Se para al frente de él.

—¡Negro, estoy lista! ¡Nos vamos! —Mientras Marcos quedó impactado porque él odia que le digan Negro, ya que su padre lo odiaba por serlo. Por eso él no permite que lo llamen de esa manera, pero no le dijo nada. Mientras ella y Black son rodeados para ser escoltados, ella camina cojeando y él no lo tolera, así que la carga en un solo movimiento, dejándola sorprendida. Sin saber lo que les espera...

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***