CAP 20 Mensaje

Mientras Renata y Karol se encontraban en la sala hablando, llegó una mujer con un cuerpo despampanantemente plástico, rubia y muy hermosa. Se bajó de un auto deportivo, caminando con sus tacones, que hacían sonido al caminar, y se acercó con superioridad hacia los hombres de seguridad, siguiendo su camino como si nada. Los hombres empezaron a apuntarle y a decirle que se detuviera, porque ella no tenía permitido entrar a la propiedad por ser una de las amantes de Marx.

—Tranquilos, chicos, solo vengo de paso a ver a mi amiga Renata. Así que bajen eso. No se vayan a lastimar, mis amores. —Siendo apuntada por los hombres de seguridad, atajándole, a ella el pasó. Los hombres se comunican con Marcos porque ellos no pueden disparar sin autorización, pero si ella da un paso más, está violando los territorios del señor Black, los cuales, por ser la amante de Marx, tienen derecho a matar. Mientras tanto, no.

Pero en el instante en que Renata escucha la voz de la mujer de afuera, se levanta en un solo movimiento, presa del miedo, porque ella reconoce la voz de esa mujer que le había hecho la vida imposible cuando se encontraba bajo el poder de Marx: Chantal, una de sus amantes, y era una de las que la golpeaba, la castigaba y la dejaba sin comer por varios días si no hacía lo que Marx decía, todo por orden de él. Así que se esconde como una niña pequeña detrás de Karol.

Karol no sabe qué pasa ni quién es esa mujer, solo escucha la voz de ella peleando con los hombres para entrar a la casa. Karol se voltea para tratar de tranquilizar a Renata.

Karol: ¿Quién es esa mujer?... Que es una amante del Negro. Tranquila. ¿Dime qué pasa? No tengas miedo, yo te protegeré, lo recuerda. —Ella mueve su cabeza.

Renata: Ella es Chantal, es la amante de Marx. Ella me lastimaba, me golpeaba y me encerraba sin comer por varios días. Karol, al escuchar eso, sintió una rabia al mirar a Renata.

—Vamos a salir a ver qué quiere esa desgraciada. ¡Mírame! —tomándola por la barbilla para que la mirara.

— Renata, sé que viviste cosas difíciles. No me quiero ni imaginar, pero si esa mujer está aquí debe ser por algo. Así que vamos a salir y tú, mi amor, no vas a temer, porque ella es solo una mujer y usted, señorita, es una guerrera y no está sola. Así que si tiene miedo, ocúltelo en el fondo de su ser y salga y dé la cara. Yo voy a estar con usted, pero usted va a estar bien y no le va a dar el poder a ella de hacer lo que plazca con usted. ¿Me entiende? Vamos a ver qué quiere esa zorra y si no, yo me encargaré de darle su merecido.— Recalcando, Renata solo mueve la cabeza, escuchando sus palabras.

Por otra parte, afuera se encuentra Marcos apuntando a Chantal con el arma.

— Le pido que se vaya y lo olvidaré, pero si sigue, le meteré un balazo en la cabeza, porque estará violando el tratado —dice Marcos con seriedad, observando a la mujer.

— A ver si puedes —ella solo se ríe.

— No puedes dispararme porque tu jefe aún no tiene el control; si me disparas, el tratado se cancela porque aún no estoy en los límites, solo vine a dar un mensaje a mi querida amiga. Entre más rápido salga, más rápido me iré —siendo rodeada por todos los hombres, mientras ella se siente intocable porque aún sigue en la entrada.

Saliendo Karol y Renata de la mansión para ver dicha escena, la mujer está rodeada por todos los hombres de seguridad, e incluso Marcos. Mientras la mujer está como si nada, con aires de grandeza. Hasta que las mujeres alzan la vista y observan a las dos mujeres salir, al instante que Karol cubre a Renata.

Chantal, al ver a las dos mujeres, sonríe al lograr su cometido, al ver a Renata con su barriga.

— ¡Vaya!, ¡vaya! Que tenemos aquí a nuestra querida y dulce Renata. Solo vine a traerte un mensaje de parte de tu querido esposo, querida: tu esposo te dará un plazo para que vuelvas junto a él o empezará a acabar con todo lo que amas. Tú le perteneces y siempre serás de él, y ahora tendrás a su heredero. Así que te dará un plazo para que vuelvas a su lado en menos de un mes, antes de que nazca el mocoso. Si no, atente a las consecuencias; tu hermanito no podrá contra Marx. Y no podrás esconderte toda la vida, mi querida. Sabes que extraño mucho divertirme contigo; bien lo pasábamos juntas. —Sonríe maliciosamente. Renata solo la mira sin decir nada, tomando la mano de Karol, que estudia la situación y a la mujer para soltar a Renata y caminar hacia ella bajando los escalones.

Karol: Con qué cinismo viene a mi casa a irrumpir nuestra tranquilidad. —Quedando al frente de ella mientras Karol se pone delante de sus hombres y les hace la seña para que bajen las armas; e incluso Marcos se la queda bien, pero todos lo hacen.

Chantal: No vine a hablar con las sirvientas. —Esas palabras hacen que Karol se ría.

Karol: Déjame presentarme, querida, como debe ser. Soy Karol Black, soy la señora de esta casa. —(Se acerca más a ella con una mirada retadora).

—Pero prefiero ser comparada con una honrada sirvienta. —(Observando a la mujer de los pies a la cabeza con gesto de burla, lo que hizo enojar a la mujer).

—Hacer una puta, plástica y oxigenada. —

Chantal: ¡Cómo te atreves! No sabes lo que soy capaz. ¡MALDITA! —Enojada.

Karol: Sí sé lo que eres capaz de hacer: golpear, encerrar sin comer a alguien, solo porque crees intimidar. Pero déjame decirte que eres tú quien no sabe de lo que soy capaz. Yo te puedo enviar al mismo infierno y hacerte comer toda la mierda que me dé la gana. Te diré esto: quiero que te largues o muevas ese feo culo plástico que tienes y le digas a tu querido Marx que mi esposo y yo lo haremos pagar una por una, cada lágrima y cada dolor que le hicieron sentir a Renata. —Con una frialdad en su mirada que causa intimidación a cualquiera.

Chantal: Me iré, pero esto no se queda así; esto me lo pagarás, ¡Maldita! —Entre dientes por la ira.

Karol: Dime, ¿dónde? ¿y cuándo? Y si es ahora mismo. No sabes cuánto quisiera arrancarte esas extensiones y meterlas por la boca. — La mujer mira a Renata, que se encuentra arriba de los escalones de la entrada.

Chantal: Más te vale que vuelvas o caerá mucha sangre. —Renata, al ver a Karol, tiene más valor para bajar los escalones. Se acerca a ella para ponerse junto a Karol.

Renata: Dile al bastardo que no volveré y mi hermano acabará con él y lo mandará al mismo infierno, al igual que tú. —Chantal mira a Renata, pensando en tomarla por la fuerza y golpearla, pero Karol, leyendo sus intenciones, con un solo movimiento de su mano hace que Chantal se golpee la nariz ella misma, sangrando de inmediato y manchando su fino traje.

Chantal: (agarrándose la nariz).

—¡Eres una maldita! —Para ir a su auto y Karol le grita burlándose de ella.

Karol: ¡Me envías la cuenta del cirujano, pero creo que la tenías un poco desviada! —Mientras todos observan irse a la pelirrubia enojada y subir al auto para tirar la puerta sin antes.

Chantal: ¡Esto no se quedará así! —Para arrancar su auto. Renata empieza a reír porque, por primera vez, alguien la puso en su lugar.

Renata: Gracias, de verdad... Sin ti no habría podido hacerlo, pero debemos cuidar que Marx no descansará hasta matarme o tener a mi hija. —Suspirando, llena de preocupación.

Karol: (la abraza). Dijiste que somos amigas, eso hacen las amigas. Vamos, subamos, para que descanses, pasando la mano por su hombro y ayudándola a subir mientras Marcos la sigue.

Marcos: Gracias. —Ella solo sonríe.

Horas más tarde...

Black termina su reunión... Hasta lograr su propósito de adueñarse de un pozo petrolero del que Marx estaba detrás de él, solo para fastidiarlo, porque sabían que ardería de ira al enterarse de quién es el nuevo dueño. Al subir al auto junto a sus escoltas y empezar a moverse, pensaba en todo el camino en Karol. Pues a través de un mensaje de su hermana le había dicho que ya había despertado, había comido y le agradaba mucho. Él se siente un poco cansado, pues no había dormido mucho, porque cuando lo hacía solo soñaba con Karol y cuando no lo hacía, no salía de sus pensamientos.

Decidió recostarse en el auto y cerrar los ojos para tratar de descansar un poco antes de regresar a la mansión, pues extrañamente se sentía un poco emocionado al volverla a ver; era un poco extraño para él todo lo que Karol le hacía sentir. Al tener los ojos cerrados, una notificación lo hizo despertar. Al mirar su celular, era un mensaje de Marcos y además un video que él reproduce al instante. Se observa la forma en que Karol protegió a su hermana de Chantal, tanto así que solo se le dibujó una sonrisa en su rostro. Hasta llegar a su mansión y visualizar a Karol en uno de los balcones, sintiendo una extraña sensación que albergaba en su pecho, decidió bajar y observarla, pues sentía que ella también lo estaba mirando. Aunque estaba oscureciendo, la luz que reflejaba el atardecer la hacía ver aún más hermosa…

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