Karol se encuentra despertando un poco atontada y perdida al abrir sus ojos y observar una gran habitación en tonos rojo, blanco y negro. Al mirar su cuerpo, se da cuenta de que está vestida con un pijama de seda de color dorado y tirantes. En sus manos tiene la señal de haber sido canalizada. Lo único que recuerda es haberse acostado en la cama totalmente desnuda, porque la ropa no había llegado, con vagas imágenes de un hombre de piel oscura cargándola y cuidándola, pues no sabía si era verdad o un sueño.
Lo que Karol no sabía es que ella estaba siendo observada por alguien. Al sentarse en la cama y mirar a su alrededor, se encuentra con la mirada de una chica de ojos café, piel morena, cabello castaño oscuro y trenzado, muy hermosa, con una notable barriga de gestación.
Al observar a la chica que sonríe muy feliz, Karol se pregunta quién es ella. Ella se acerca para presentarse, llena de emoción.
—Soy Renata Black, tu cuñada. Estaba ansiosa por conocerte desde que te vi llegar en brazos de mi hermano y Marcos me contó todas tus hazañas. Presiento que tú y yo seremos grandes amigas —dice emocionada mientras se sienta en la cama tocando su barriga. Karol la observa, notando que es muy diferente al negro, muy cálida.
Karol: Es un placer, Renata —dice mirando por si veía al negro sabroso por algún lado, pero nada.
Renata: Si buscas a mi hermano, él se tuvo que ir a una reunión de negocios. Vendrá en horas de la noche, pero dime, ¿cómo te sientes? Le diré que te traigan de comer. Bienvenida a casa —dice antes de salir a la puerta para notificar a uno de sus hombres que trajeran comida y volver.
Karol la observa con ese vestido de color azul cielo que la hacía ver muy hermosa con su barriga. Luego observa todo a su alrededor, ya más despierta, dándose cuenta de que está en otro lugar. Karol mira intrigada, revisa su cuerpo y ve que los hematomas ya se ven menos. Aunque todavía son muy notables, la herida de su brazo duele, pero no se siente tanto.
Karol: ¿Dónde estoy? —pregunta, observando todo a su alrededor, justo en el instante en que Renata se asienta en la cama acariciando su barriga.
Renata: Estás en Italia, esta es nuestra casa. Mi hermano te trajo el día de ayer; hubieses visto la forma en que te trajo y te cuidó durante todo el viaje y toda la noche... ¡Es increíble! Por fin se me hizo el milagro de que encontrara una mujer y lo hiciera olvidar a Nicole... Nicole era una buena mujer, pero ella es parte del pasado de mi hermano. Solo está obsesionado en encontrarla desde que nuestro padre los separó a él de ella, pero para mí solo la usa como pretexto... Para no enamorarse, porque tiene miedo a que le quiten eso de nuevo. Pero usted, señorita, está conquistando a mi hermano, se está ganando su corazón; créame, usted, señorita, lo tiene loco. Únicamente que él no quiere aceptarlo, pero te ayudaré; seré tu aliada para que conquistes a ese hombre. —Karol solo se ríe de la emoción de la chica, pero un poco desconcertada de que estén en Italia. En su mente, ese nombre de Nicole se repite una y otra vez, imaginándose que esa es la mujer que él, Negro, piensa que es "digna" de ser su esposa. Y no ella, sintiendo una extraña sensación al saber ese nombre. Pero si algo ella sabe es que siempre ha sido clara con sus sentimientos y no se anda con rodeos a la hora de aceptarlo, aunque también entiende cuál es su verdadero lugar a su lado.
Karol: No creo que sea así, solo está agradecido porque le salvé la vida. Yo sé cuál es mi lugar. Si Marcos te contó, sabrás la forma en que me casé con tu hermano: fui drogada y me desperté siendo su esposa... Él y yo tenemos un trato: debo pagar el dinero que él usó para pagar las deudas de mi padre y seguir siendo su esposa, o hasta que esa mujer aparezca. —Suspirando, entró una señora con una bandeja de comida. Renata le da las indicaciones a la señora de poner la bandeja; en un instante, con un movimiento, saca unas patitas de la bandeja para ponérselas en la cama y que ella empiece a comer. Mientras ella observa toda la comida, con una sonrisa, pues tenía mucha hambre.
Renata: ¿Qué pasa? ¿Hay algo malo con la comida? — un poco intrigada al ver la expresión de Karol.
Karol: No, no. — (sonríe) — Sino que ustedes, para ser tan ricos, comen como pobres, y nosotros, los pobres, comemos como ricos... porque comen tan poquito. Ahora entiendo por qué el Negro siempre tiene esa cara de culo. — Con diversión, llevándose el tenedor a la boca.
Renata suelta la risa y se vuelve a sentar en la cama mientras ella come, con emoción.
Renata: ¡Tranquila! Si quieres más, puedes comer todo lo que quieras, pero te diré. — Poniéndose seria, mientras su cara refleja tristeza y toca su barriga para suspirar.
—Lo siento, fui la única razón para que mi hermano buscara la forma de casarse. Tal vez los planes no hayan salido como él quiso, pero igual consiguió la esposa, y presiento que es la correcta. Mi hermana tuvo que casarse para protegerme de ese maldito hombre... — Tratando de contener las lágrimas, se levanta y se asoma a la ventana sin dejar de acariciar su barriga. Un poco perdida en sus pensamientos, voltea y observa a la chica en la cama.
Karol deja de comer para poner su bandeja a un lado y levantarse con la intención de caminar hacia ella, pero al intentarlo, falla. Aún se siente un poco mareada por las pastillas que le dieron para dormir. Renata la ayuda a volverse a sentar de nuevo.
—Solo come y deja que se pase el efecto completo del medicamento. ¡Sí! — para que ambas se sienten en la cama.
Karol: No tienes por qué sentirlo, sea cual sea lo que te haya sucedido. Creo que no ha sido tu culpa. ¡Sí! Yo, si tuviese una hermana, haría cualquier cosa para protegerla. También. — Ella sonríe un poco.
Renata: Sé que mi hermano es bastante difícil por su forma de ser, pero muy en el fondo, en el fondo, pero en el fondo no está mal. — (Sonríe)
—Solo que él está lleno de cicatrices causadas por nuestro padre, que lo aborreció por tener un tono de piel más oscuro, al igual que nuestro abuelo. Pero eso no le importó para ser un racista de mierda y lo golpeara, y sintiera su desprecio cada día tanto que nunca lo trató como a su hijo, pero siempre ha sido un gran hermano. Aunque somos diferentes, para mí no es importante el tono de piel, pero mi padre decía que un negro no podía ser su hijo... —con tristeza. Pero se levanta y sonríe.
—Cuñada, termina de comer, tienes todo lo que necesitas. Tranquila, no dejé que Marcos elija, porque si no tendría papel higiénico por todo el año —sonríe, para irse mientras Karol recuerda un suave beso, pero no está segura si fue verdad o un sueño, tocando sus labios y sintiendo un cosquilleo en el estómago...
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Updated 60 Episodes
Comments
Gilda Herrera
Se equivoco de mamá ella está hermosa
2025-03-27
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Mar Sol
Renata me parece muy bonita, agradable, sincera y buena.
2025-02-05
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Rosa Perez
Sí me fascina la historia 🥰🥰🤗🤗
2025-01-19
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