CAP 4 Negro

Black: ¿Qué piensas hacer? —Ella da un salto. Al escuchar la voz gruesa del hombre proveniente del sofá, se vuelve para ver al hombre levantarse y poner el vaso vacío de licor en la mesa, y observa esa mirada fría e imponente de sus recuerdos borrosos. Ella está sorprendida y su corazón late rápido al ver al hombre frente a ella.

Observando al hombre, elegantemente vestido en un traje de color negro, de tez morena, musculoso y lleno de tatuajes, más alto que ella, pero muy guapo, justo su tipo, aunque ella sabía que quien fuera no la dejaría ir fácilmente.

Karol: ¿Quién mierda eres? —Sería con el teléfono en la mano. Mirándolo fijamente sin pizca de miedo, lo cual a Black le parece tan atrayente: su mirada y la belleza de sus ojos color ámbar, un tanto retadores.

Black: (solo la observa). —Cuida esa boca. Ahora me pertenece, así que cuida tus modales ante mi presencia. —Sin expresión, en un tono autoritario.

Karol: (se ríe y tira el teléfono en la cama, se acerca más a él, lo mira a los ojos sin miedo al éxito).

Karol: ¡Mira, Negro! Yo hablo la mierda que se me dé la maldita gana. Segundo: tú fuiste el que hiciste que me drogaran, ¿me puedes explicar qué significa esto? (mostrando el anillo de su dedo).

—Tercero: no soy un objeto, no pertenezco a nadie, solo a Dios. No a un negro de mierda como tú, que no es capaz de conquistar a una mujer y solamente la droga para casarse con ella. ¿¿¿sabe con qué fin??? —Con firmeza y un tanto de arrogancia, sin dejar de verlo a los ojos, sin importarle que solo se encontraba en panty de encaje y corsé. Eso hace que Black se irrite, pues a nadie le permite que le hable de esa manera, mucho menos a una mujer inferior a él.

Black: (la toma por el cuello, ella trata de soltarse de él).— Te dije que cuides tu sucia boca. Ahora eres mi esposa y me perteneces, te enseñaré que a mí se me respeta. Yo soy Enzo Black y soy muy poderoso. ASÍ SI APRECIAS TU VIDA. SOLO ME OBEDECE A MÍ. SI NO, ACABARÉ CON TODO LO QUE AMAS; MÁS TE VALE QUE NO INTENTES ESCAPAR, PORQUE TE ENCONTRARÉ. TE HARÉ ARDER EN EL MISMO INFIERNO.— Él sigue sujetándola, pero él no sabía que ella había notado su arma en su cintura; ese era su objetivo.

Karol: (Aunque él la tiene sujetada del cuello y su agarre es fuerte, ella aún podía hablar).

—Lo siento, Negro, me perdí; es que me distraje con el moco en tu nariz —señalando con su dedo. Mientras él está perplejo. ¿Quién es esta mujer? se preguntaba mentalmente, pero su forma de ser lo irrita a tal punto que quería matarla. Ya perdiendo la paciencia, la empuja y ella cae en la cama, para levantarse.

Karol: (Sigue con su juego, pero sabía que hacerlo enojar no era una opción, así que sabía una cosa: debía escapar y buscar a su padre para huir lejos).

—Está bien. Ya entendí, Negro, pero no te enojes; así te pones viejo. Entonces, ahora soy tu esposa y debo hacer todo lo que digas —en un tono suave mientras observa al hombre sin expresión y con el ceño fruncido.

Black: Qué bueno que lo entendiste, pero dime "Negro" de nuevo y lo lamentarás.—Serio mientras ella se acerca de nuevo, sin entender el cambio repentino de ella.

Karol: Como usted diga, pero analizando bien, es muy guapo, justo de mi tipo —poniendo su mano en su dorso; él solo la observa...

—Pero también noté que me observaste cuando me quité el vestido, eso quiere decir que te gustó... Siento en la forma en que me miras.— En un tono seductor. Black solo la mira tratando de analizarla. Ella intenta subir su mano que está acariciando su dorso, para llevarla hacia su rostro, pero al hacerlo él la detiene apartando su mano, tomándola por la muñeca.

Black: ¿Qué pretendes? —Ella lo mira y sonríe con astucia, para tomarlo con la otra mano libre en su cuello, parándose de puntillas, para poder robar sus labios en un beso, que dejó impactado a Black, porque él jamás esperó la astucia de Karol, dejándolo con los ojos abiertos. Él quiere alejarla, pero la tentación le gana y termina dejándose llevar por el beso, para tomarla por la cintura y profundizar la unión de sus labios. Karol aprovecha para abrazarlo, moviendo sus labios con más intensidad, recorriendo cada parte de su boca con su lengua, sintiendo el sabor embriagador del whisky, aprovechando que él ha bajado la guardia, para tomar el arma que se encontraba en su cintura. En cuestión de segundos, ella lo golpea con el arma en la cabeza, sin darle tiempo de que se levante, y lo vuelve a golpear, para tomar el velo y amarrarlo. Mientras él trata de liberarse, intentando entender qué fue lo que sucedió y quedando un poco aturdido por el golpe en su cabeza, sale un poco de sangre de la misma, pero ahora Black se encuentra en el suelo y atado con el velo de novia, mientras ella toma el arma y le apunta.

Karol: (Ella lo mira fríamente). Que creas que esta estúpida ya cayó, que voy a hacer alguien que te teme, que voy a ser una marioneta para seguir tu maldito juego, pues te jodiste, Negro. Mírame, imbécil, no sé quién eres y no me importa, pero solo te diré una cosa: me iré de aquí, y después te mandaré a mi abogado para que firme los papeles del divorcio, Pero en ese instante suena la puerta. Él sonríe con cinismo.

Black: ¿Dime qué harás para salir de este lugar? Este lugar está lleno de mis hombres, no podrás salir de aquí. Y si lo llegas a hacer, ten por seguro algo: te buscaré hasta bajo las piedras y te haré pagar por esto. No sabes con quién te has medido—lleno de enojo y frustración, tratando de soltarse. Pero la puerta vuelve a sonar de nuevo.

Él iba a gritar, pero ella lo amordaza con la corbata, sintiéndose un poco perdida al escuchar la voz de uno de sus hombres.

—Jefe, está bien, escuché un ruido—dice el hombre afuera de la puerta. Ella lo mira sin soltar el arma. Él solo quiere matarla con su mirada. Ella suspira y decide abrir la puerta entreabierta, dejando ver un poco de su cuerpo, tratando de ocultar sus nervios y el arma. El hombre la observa de los pies a la cabeza, devorándola con la mirada.

—¿Dónde está el Sr. Black?—tratando de ver hacia la habitación.

Karol: Él está en la cama. Si escuchas ruidos, es porque estamos en nuestra noche de boda; el ambiente está caliente. Pero si gustas pasar, hacemos un trío, pero no respondas que mi esposo te vuele la cabeza. Pasa, asume tu propio riesgo...—con una sonrisa, abriendo más la puerta.

—No. Solo quería ver que todo estuviese bien. Me retiro, Sra. Black—dice el hombre.

Karol: Está bien, pero puedo decirte que escuches lo que escuches. No nos interrumpas, estamos muy ansiosos de consumar el matrimonio.—Mientras sigue con el arma escondida.

—Sí, Sra.—para irse sin dejar de verla, y mientras ella le dice adiós, mueve su mano y sonríe. Luego cierra la puerta y suspira, mientras piensa qué hacer para salir de ese lugar y qué hacer con el hombre atado, para caminar hacia él.

Karol: ¿Qué haré contigo, mi negro sabroso?...

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