CAP 5 Correr

Karol: ¿Qué haré contigo, mi negro sabroso? —Él solo la observa, lleno de ira. Ella camina hacia él para ignorarlo, toma el teléfono y trata de localizar a su padre sin éxito; su padre no contestó, lo cual la hace maldecir sin saber qué hacer para mirarlo.

Karol: No entiendo por qué haces esto: drogar a alguien para casarte. Eres guapo, rico, pero usas esto. Negro, eso me hace pensar que debes tener un gran problema.

La primera opción: es que tengas un problema allá abajo, o tu novia huyó al ver tu cara de culo. Ella se agacha para quitarle la amordaza. —Black la mira con frialdad.

Black: ¡ESTO ME LAS PAGARÁS MUY CARO! —lleno de ira. Ella se acerca para estar a su altura y estar cerca de sus rostros, mirando esos ojos cafés llenos de frialdad.

Karol: Yo soy la que debe decir eso. Mi negro... Piensas que puedes hacer todo lo que desees sin pagar un precio. Así que te diré esto: puedes ser todo lo poderoso que quieras, pero yo no te pertenezco, no soy un objeto o un perro que obedece a su amo, y este anillo que tengo en mi dedo puede ser valioso, pero sin sentimientos, solo es una piedra vacía. —Ella lo mira fríamente.

Black: En este mundo, todos tienen valor, no te creas diferente... Pero ahora eres mía. Piensas que me vas a tener así siempre. ¡Oh, mi Karol! Qué ingenua eres, para ser tan inteligente y tan tentadora. No eres rival para mí... —con su voz ronca, mientras ella solo lo observa.

Karol: La base de un matrimonio es la comunicación y la confianza, por eso necesitamos el divorcio, porque creo que tú y yo no somos compatibles, mi negro sabroso. Soy más de libertades. No creo en el compromiso, creo que esta es mi despedida, pero antes de irme, quiero hacer esto. — Para tomarlo por el velo, atraerlo hacia ella y besarlo con intensidad, sintiendo el sabor de sus labios y dándole un leve mordisco en su labio inferior. Para envolverlo de nuevo en sus labios, que él, por más que trata de resistirse, termina sediento ante ese beso gasto y lujurioso, para separarse de él y susurrarle al oído.

—Qué lástima, negro, eres delicioso, pero tu personalidad es una mierda —dijo, dándole un leve mordisco en el lóbulo de su oreja... Ambos sienten una atracción que es como imanes, a pesar de que apenas se conocen. Black no entiende cómo esa mujer que acaba de conocer lo hacía sentir esa tentación por sus labios y su cuerpo; qué embrujo manejaba ella, que lo había humillado de tal manera. Una parte de él quiere hacerla sufrir y hacerla pagar, verla arrodillada ante él, pero la otra parte solo quería sentir esos labios de nuevo y follarla hasta cansarse, para ser sacado de sus pensamientos. Cuando ella lo amordaza de nuevo, él la observa tomar su chaqueta.

Karol la huele para mirarlo y usarla.

—Hueles delicioso, chao, mi negro sabroso, me llevaré el anillo como indemnización. Después te mandaré a mi abogado para los papeles. Aunque no tuve tiempo de saborearte bien —sonríe con diversión, mientras camina hacia la puerta, sin antes lanzarle un beso, solo en su interior y con la chaqueta puesta y descalza, mientras quita el seguro del arma para asomarse y visualizar a dos hombres afuera vigilando. Llama a uno de ellos, que se acerca para que ella salga; cuando lo tiene muy cerca, lo golpea para dejarlo inconsciente. Karol está decidida a salir de ahí a cualquier costo e ir por su padre.

El otro hombre viene hacia ella y ella le dispara en la pierna para golpearlo y dejarlo inconsciente, pero Karol nunca ha matado a nadie en su vida, así que antes de irse le aplica un torniquete en su pierna con la corbata del mismo, para evitar que se desangre. Al terminar, vienen más hombres; ella toma el arma y sale corriendo, pues todo se vuelve un caos, ya que el hombre inconsciente despertó y está alertando a todos.

Así empieza una persecución por el hotel. Karol se encuentra en las escaleras, bajando lo más rápido posible, siendo perseguida por varios hombres, hasta llegar al cuarto piso. Sale de las escaleras y corre por los pasillos, poniendo un carrito de limpieza para obstaculizar a los hombres que la siguen, tratando de abrir algunas puertas de las habitaciones. Toca varias puertas hasta que abre una y logra entrar, usando su fuerza para arrastrar un mueble y obstaculizar la puerta. Escucha a los hombres tratando de abrir la puerta a patadas. Ella solo está agitada, sin aliento y sin salida, con el corazón en la mano, sin saber qué hacer, y observa a un señor saliendo del baño.

Karol: —¡Entra al baño ahora!— apunta con el arma, mientras el señor se asusta. Ella, buscando una salida, se asoma; solo le queda pasar al balcón de la habitación, observando que está a gran altura.

No obstante, ella teme a las alturas, pero no había otra opción; debía llegar al balcón. Continúa buscando otra salida, observa una sudadera en la cama, la toma, aunque le queda grande, la usa y la amarra bien a su cintura. Los hombres están a punto de abrir la puerta a empujones y patadas. El señor, ya mayor y asustado en el baño, ella únicamente suspira pidiéndole a Dios, guarda el arma en la chaqueta y sube por el barandal con miedo, pero no tiene otra opción si quiere salir de ahí, buscar a su padre y huir lejos de todos. Sin más opción, ella lo hace, saltando al otro balcón, lo logra con éxito. Al instante, los hombres la empiezan a seguir, haciendo lo mismo que ella; suben al otro barandal para saltar al siguiente balcón. Trata de no ver hacia abajo por la altura, pero debe dejarlo a un lado y lo hace hasta que logra abrir la ventana del balcón y entrar. Sale de la habitación y corre por los pasillos, cansada, pero sabe que debe seguir tomando las escaleras de nuevo rápidamente, aunque ya está cansada por la cantidad de escalones. Ella seguía, uno de sus pies estaba lastimado porque sangraba. No sabía cómo se había lastimado, pero la adrenalina del momento no la dejaba sentir dolor.

Ella sigue corriendo hasta llegar al área de servicio; el lugar está un poco solitario, y no ve a más hombres tras de ella. Empezando una persecución en la cocina con más de cinco hombres, ella trata de esquivarlos a toda costa, lanzando lo que se encuentra y defendiéndose como puede. Pues ellos eran varios... No obstante, ella sabía defenderse. Ya se encontraba cansada, así que solo corría lanzando todo lo que podía, aunque había algunos del personal que no sabían lo que pasaba y se quedaron inmóviles al ver la situación. Ella solo corría como si su vida dependiera de ello.

Hasta que encuentra la puerta por donde salen los empleados. Cuando por fin va a abrir, es tomada y lanzada contra la pared por uno de ellos, pero ella se da la vuelta y empieza a luchar con uno de ellos, dándole con lo que puede, hasta dejarlo inconsciente, para salir a la calle. Perdida, todo le daba vueltas; apenas empezaba a oscurecer. Empieza a correr hacia la carretera, siendo seguida por varios hombres, agitada, con su corazón en la mano. Corren mientras los hombres gritan:

—¡Detente, si no será peor para ti! —grita uno de ellos.

Karol no se detiene, y uno de ellos se lanza sobre ella. Ella saca el arma, pero se le cae y empieza una pelea de cuerpo a cuerpo. Ella toma el arma, pero el hombre también, y empieza a forcejear. Se le dispara, quedando ella inmóvil al darse cuenta de que tiene sangre en su ropa y su cuerpo, pero no es la de ella. Retira el cuerpo del hombre, tira el arma y se levanta, quedando en shock. Pero solo sabe que tiene que correr, y correr con el corazón a mil. Sin saber qué hacer, solo corre, sin saber que apenas su pesadilla comienza...

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