Una verdad inesperada

Alejandro:

A pesar de la excusa que esos dos dieron mandé a Sebastián a investigar, solo espero que me pueda dar información importante, no creo que Maximiliano tenga algo que ver con el secuestro; sin embargo, se que tienen algo entre las manos, y me intriga saberlo, que es lo que está ocultando.

Estoy trabajando en mi despacho, Miranda debe estar en su universidad, pues no puede descuidar sus estudios, está mañana que me levanté fui a mi despacho y la dichosa rosa estaba en perfecto estado, hacía apenas unos días estaba muriendo, no sé cómo cuidarla y tampoco me dieron un manual para hacerlo, pero me da curiosidad saber que fue lo que pasó para que ahora este como si nada.

Necesito averiguar cuánto antes como debo cuidarla o la pobre pasar a otra vida, y el mundo entero se sumirá en un gran caos, maldita sea necesito concentrarme y encontrar a los culpables, y ya estoy trabajando en eso, pero ese maldito que ha estado interrumpiendo mi trabajo estos últimos años debe estar involucrado, no hay duda de eso.

Sebastián ingresa a la oficina, trae una carpeta, supongo que ya terminó con lo que le mandé a averiguar, me entrega la carpeta.

— Espero que esto sea de gran utilidad, aquí están cada uno de los movimientos realizados por el señor Maximiliano, debo decir que me costó mucho rastrearlo, pero lo logré —

— Bien hecho Sebastián, puedes retirarte y te aseguro que te aumentaré el sueldo —

Sebastián se retiró, yo tomo entre mis manos el paquete y lo abro de una vez, veo movimientos bancarios que ha realizado el cretino, ha gastado en joyas, perfumes para mujer, entre otros gastos estúpidos.

— Definitivamente, tiene novia, estos gastos lo confirman —

Veo fotos del en restaurantes, pero lo que llama mi atención es una foto en dónde está con una persona conocida para mí, pero sobre todo a una a la que últimamente no le tengo aprecio. Prefiero no especular tanto, al final del sobre, hay una memoria, la tomo y de inmediato pongo a reproducir su contenido.

En las imágenes veo a Maximiliano y a esta misma persona, el le entrega algo al susodicho, este video parece una grabación de video de seguridad del restaurante de verdad que Sebastián a hecho un gran trabajo. Maximiliano y el susodicho intercambian palabras, el hombre saca el contenido de el sobre y yo no quepo de indignación.

— Maldito cabrón — yo tiro todo de la mesa enojado.

Mi secretaria ingresa asustada.

— No pasa nada, vuelve a tu lugar de trabajo—

Ella sale y mi mente empieza a trabajar y a tejer y completar cada uno de los indicios, me regaño mentalmente, ¿cómo no me di cuánta? El cabrón incluso vino a ayudarme, no lo puedo creer, tomo mi chaqueta y salgo hacia el garage de la empresa, allí está mi coche, conduzco hasta el apartamento de ese imbécil, tomo el ascensor y cuando llegó a su puerta tocó, a penas abre lo tomo del cuello y entramos a su apartamento, cierro la puerta con mi pie, y luego lo lanzo al sofá, el solo me mira asustado.

— Alejandro por Dios ¿Qué pasa? —

— Te atreves a preguntar qué pasa, de verdad que eres bien hijo de... —

Empecé a caminar por el lugar, que cínico podía llegar a ser Maximiliano.

— Pues te pregunto, porque llegas a mi casa enojado me tomas del cuello y me lanzas como quieres, pero no das explicación —

— Explicación la que me debes tú, ¿se puede saber que hacías con Mateo en ese restaurante? —

— ¿Cómo sabes de ese encuentro? —

— Tú ¿qué crees?, averigüe, ya me parecía sospechoso que no quisieras conocer a Miranda, claro ya la habías visto antes... jamás te creí capaz de esto, lo espere de todos menos de ti cabrón.—

— Ok, acepto que me reuní con Mateo, pero todo tiene una explicación —

— Vamos dime ¿qué explicación? Porque digas lo que digas todo queda claro —

— Alejandro, lo hice porque ya necesitabas abrir tu duro corazón al amor y Vi en tus ojos algo distinto cuando mirabas a Miranda —

Yo solo lo miro indignado, quien se creía ¿cupido? Que irónico al propio cupido le colocan una encerrona.

— Sabía que tu arrogancia no te iba a dejar ver las cosas con claridad, por eso te acorrale con las noticias, sí, fui yo quien le dio la información a los medios y puede que exagerar un poco con respecto a su relación, pero debes aceptar que Miranda te gusta —

Yo me lanzó hacia el, pero el desgraciado se me escapa de las manos.

— Espera, vamos debes aceptar que te gusta y que yo solo te estaba dando un empujoncito para qué te acercaras a ella —

— y ¿por qué ocultas te lo dé Lucia? ¿que tiene que ver ella en todo esto? —

— Bueno, ella me ayudaba convenciendo a Miranda o dándome cierta información —

— Claro, los dos nos vieron la cara de idiotas, joder, pero que te pasa, no soy un niño al cual le pueden controlar la vida. Ahora entiendo tu grandioso plan de que viviéramos juntos, lo tenías todo planeado —

— Yo no secuestre a Miranda, solo vi la oportunidad y sugerí la idea, pero fuiste tú quien acepto de inmediato. No te Vi quejándose al respecto —

— Idiota —

— Vamos viejo, acepta que te gusta — el me mira — No estés enojado conmigo, aún recuerdo la encerrona que me hiciste con tu madre, cuando me citaron para conocer a la hija de su amiga.

— Claro, y ahora te vengaste — ambos nos miramos y soltamos la risa — Bien acepto que ese día me pase, pero joder mira todo lo que orquestaste para que Miranda y yo estuviéramos juntos.

— Pero debes aceptar que fui muy sutil, si Miranda no me hubiese reconocido tu yo no estuviéramos teniendo esta conversación — el idiota se echa a reír y me tiende la mano — venga ya perdón.

— Solo está vez y solo porque te la debía, pero no vuelvas a meterte en mi vida, porque no respondo —

— vale, pero la verdad es que ambos hacen una pareja genial —

Le doy un golpe en el hombro, ambos nos empezamos a reír al observar el desastre que hicimos en la sala del apartamento, me quedo un rato hablando con Maximiliano y tomando nos unas cervezas, no puedo estar enojado con mi único amigo, aunque sea un cabron.

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