Un donante

Stefano siguió a Sol, la vio ingresar a la clínica, le sorprendió lo que podría hacer ella allí. Su madre es la dueña del lugar, por lo tanto, tenía un pase que lo identificaba y le daba acceso. Soledad iba tan metida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que su esposo la seguía de cerca.

Ella ingresa a la unidad de diálisis. Stefano lee ese letrero y no entiende. ¿A quién visita su mujer en ese lugar? Es la pregunta que se hace. 

Está a punto de ingresar cuando es interceptado por una doctora que lo reconoce.

—Señor Martín, me alegra que al fin Soledad haya hablado con usted y la esté acompañando. En esta etapa del tratamiento es fundamental el apoyo de la familia. —Él abre los ojos, mostrando que ha sido sorprendido por las palabras de la médica. Ella se percata de que hablo de más, pero ahora es demasiado tarde.

—¿Qué tiene mi esposa?

—Sabe que no puedo hacerlo, estaría violando la confidencialidad del paciente médico—. Stefano enfurece, esa no es la respuesta que necesita.

— A la mierda, sus normas. La que acaba de ingresar es mi esposa. Si usted desea conservar su empleo, me va a dar su diagnóstico—. El tono de voz que utiliza es demandante e intimidante; por lo tanto, la mujer asiente.

—Sígame, por favor, a mi consultorio, allí hablaremos con calma. 

Escucha cada palabra de la doctora y se niega a creer lo que está diciendo, no es capaz de ir junto a su esposa, sale del consultorio en estado de shock sin darse cuenta, comienza a deambular por la ciudad. Siente que su cuerpo pesa, que su respiración se agita, su rostro está humedecido. Recibe una llamada de su amigo y responde en medio del dolor.

📱—Aló. 

📱—Sander, no la puedo perder, ella es mi mundo —pronuncia con su voz entrecortada. El exdelantero escucha a su amigo mal y se preocupa. 

📱—¿Dónde estás? — Es lo único que pregunta. No se atreve a averiguar los detalles del dolor de su amigo, piensa solo que ha descubierto que la Rubia lo está traicionando por las actitudes que ha tenido. Aunque su esposa la defiende.

📱 —Estoy cerca de la oficina de Sol —no se había dado cuenta de cuánto camino, solo hasta cuando levantó su rostro para mirar dónde se encontraba. Sus pasos lo llevaron a ese edificio, pero no se siente con el valor de mirarla a la cara.

📱— Ingresa a la cafetería que está cerca, ya le digo a Kevin que salga y yo salgo para allá. Sander en ese momento no piensa si puede ser descubierto, solo sabe que su hermano del alma lo necesita.

Llama a Kevin y le solicita que vaya con Stefano, quien está mal, que lo que ha descubierto de su esposa lo ha dejado fuera de sí. Él, sin dudarlo, va junto a su hermano.

Montiel ha sido testigo de los cambios de la Rubia. Ella ahora no sonríe, se mantiene al margen con ellos, incluso a su esposa que son tan buenas amigas la evita, siempre le saca excusas para no verla, no quiere pensar mal de ella, pero todo le resulta muy extraño. 

Minutos después de la llamada de Sander llega al lado de Martín, quien está perdido en sus pensamientos y no nota su presencia. Se acerca, se sienta junto a él y lo llama.

—¿Stefano, qué sucedió? ¿Por qué estás así? —Mira a su hermano y lo abraza mientras solloza y dice.

—No la puedo perder, ella es mi vida, necesito conseguir un riñón —Kevin lo mira ante las palabras que acaba de pronunciar. Mientras Stefano seca su rostro y piensa, «¿cómo?» «¿O dónde lo conseguirá?»

—Explícame —solicita Montiel. Stefano le cuenta sobre la plática con la doctora.

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Inicio Flashback

—Su esposa ha desarrollado Lupus. En su cuerpo portaba los genes, de acuerdo a la historia clínica el padre lo sufrió, por lo tanto, ella lo heredó solo que estaban dormidos y se han activado de manera agresiva. Su primera aparición tuvo lugar hace tres meses —escucha las palabras de la doctora y se siente el hombre más miserable—, eso fue para el cumpleaños de su hija.

—¿Cómo pasó? —Interroga.

—Ella llegó en la tarde con un fuerte dolor abdominal, con mucha fiebre y sudando. Yo la atendí, me informó que su orina estaba saliendo con sangre. Lo primero que pensé fue en una infección, pero luego me comentó de algunas ronchas en su cuero cabelludo. —Stefano recuerda lo de su cabello, ella pensó que había sido culpa del champú y no le prestaron atención. La médica continúa. — como le dije anteriormente al revisar su historia clínica, observé que el padre de Soledad había sufrido y fallecido de Lupus, así que solicité exámenes más especializados.

— ¿Usted qué quiere decir? —pregunta negándose aceptar que la mujer de acero está muy enferma.

—Los exámenes arrojaron que ella tiene nefritis lúpica, la cual ha producido una insuficiencia renal, sus riñones están fallando —mira a la doctora fijamente y siente cuando sus ojos se cristalizan. —Hemos comenzado a realizar diálisis; sin embargo, no es suficiente. La señora Martín necesita con urgencia un trasplante de riñón. De la forma en que avanza la enfermedad, su tiempo se agota. —Esas palabras lo han dejado en trance, preferiría haber descubierto que su mujer lo engaña, pero que su vida está en riesgo y puede morir, nunca lo imaginó ni en el peor de los escenarios.

—¿Dígame, qué tengo que hacer para salvar a mi esposa?

—Lo primero que necesitamos es un donante compatible. 

—¿Quién puede ser? 

—Un familiar, pero según nos dijo, solo está su hija a quien descartamos porque puede ser portadora también de los genes. Y su madre es una señora de edad, por lo tanto, no son viables —su cabeza da vueltas, ¿cómo así que su hija puede tener esa afección? Abandona sus pensamientos y continúa escuchando a la doctora—. Necesitamos un donante y la lista de espera es muy extensa — señala la especialista. Él solo sabe que necesita encontrar ese riñón, ya que no está dispuesto a perder a la madre de su hija y la mujer que ama.

Fin Flashback.

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Kevin ha escuchado atentamente.

—Stefano, por favor, déjeme ayudar a conseguir ese riñón. Porque tu obligación es estar junto a Sol, ella te necesita—. La voz de Kevin se escucha acongojada, ella, además de ser su cuñada y socia, es su amiga. Una a la que quiere con el alma.

—¿Cómo hago? Sí, ella me ha excluido, además de que me siento la peor sanguijuela por pensar mal de ella y haberla dejado sola, pasando por cada momento —mientras habla, toma su rostro y suspira.

—Habla con ella, dile que estás enterado y no te vas a hacer a un lado —él asiente—. Tú sabes que yo viví la muerte de mi madre y el odio de mi padre, porque ella jamás habló de su enfermedad y simplemente la oculto. No quiero que eso te pase, baja el orgullo y corre junto a tu mujer. No importa cuantos desplantes te haga o cuántas veces te eche, es el momento de demostrar cuánto la amas—. Las palabras de Kevin lo hacen reflexionar, él no la dejará sola y estará junto a ella luchando una nueva batalla y volverá a hacer su arquero, el que atrape los golpes. 

Ahora, ¿dónde conseguirán ese riñón?…

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