Hermanos del alma

—Mar, por favor, ayúdanos a que la información sobre la muerte de Sander no se filtre aún. Nosotros vamos por los chicos —pronuncia Stefano afligido.

—Nosotros vamos con ustedes, nos dan dos minutos y nos colocamos algo presentable, en el camino podemos ir llamando — agrega la Francesa. Mientras se dirige con su esposo hacia la habitación para cambiarse de ropa.

—Aquí te esperamos, llamaré a Víctor para que se comunique con la seguridad de la casa de Sander, mientras llegamos.

En ese momento al teléfono de Soledad llega un mensaje.

📨—No soy de los que amenazan, cumplo lo que prometo, agradezcan que no encontré a los mellizos o a sus hijos.  Ahora estamos en paz. Perdí una gran cantidad de dinero y a mi hermano. El causante de ello pagó con su vida —la Rubia palidece ante el mensaje y deja caer su teléfono. Llamando la atención de Stefano.

—¿Qué pasa, Amor? — Ella está en shock y siente que el aire le falta mientras sus ojos se llenan de lágrimas.

Su esposo la envuelve en sus brazos. Mar, quien regresa con Kevin, le sirve un vaso de agua y se lo pasa. Ella comienza a beber mientras sus manos tiemblan. Montiel toma el celular y lee el mensaje en voz alta para que todos los presentes se enteren.

—No fue un accidente, los mataron y querían matar a los chicos —vocifera la Francesa. Kevin toma su cabeza con las dos manos, no puede creer que eso este pasando.

—¡Malditos, desgraciados! —grita el vicepresidente. 

—Debí reforzar la seguridad, pero me confié, creí que habían comprendido que no nos vendríamos —manifiesta Sol entre sollozos. 

— ¿Me pueden explicar? No entiendo nada —protesta Mar. Kevin se acerca y la abraza mientras llora sobre sus hombros. 

—Hace unos meses llegó un hombre con un maletín que contenía millones de euros. Buscó a Sander y se lo entregó exigiéndole que las estrategias para los siguientes partidos hicieran que Manches perdiera la liga de clubes. Él se lo regresó y se negó a hacer tal cosa. —Explica Kevin, dejando sorprendida y angustiada a la Francesa. La mujer de acero continúa hablando ahora.

—El sujeto lo amenazó, le dijo que la próxima visita no sería de cortesía y que si no llevaba a cabo lo que le dijo, tendría consecuencias. Lo que hicimos fue reforzar la seguridad de los jugadores y de las instalaciones. Durante unos meses también reforzamos la seguridad de cada uno de nosotros. De ese hombre no se volvió a saber nada y bajamos la guardia. —Soledad termina de hablar en medio del llanto, sintiéndose culpable de la muerte de sus amigos.

—Este individuo pretendió matar a los mellizos o a nuestros hijos. Eylin y Cristopher están en Arabia y tienen bastante seguridad, la cual redoblaremos en este momento —anuncia Martín.

—Pero Hannah y Antón, ¿dónde están? —pregunta Mar. Mientras salen y abordan el auto para dirigirse a casa de Sander.

—No tengo idea — dice Kevin. —Stefano, ellos no te han escrito cómo eres el tío preferido —en ese instante él cae en cuenta de que se le apagó el teléfono y aún no ha encendido. Toma un cable, lo conecta mientras maneja; unos minutos después lo enciende, donde ingresa un mensaje de Sander.

📨 —Stefano, salimos rumbo a América con los chicos. Tomás, el hermano de Mil, se enfermó, nada serio, pero tenía que ver el juego de un nuevo talento que es importante para el Manches. Te hablo cuando aterricemos en 14 horas aproximadamente. —Leer ese mensaje hace que a todos les regrese el alma al cuerpo.

Stefano se orilla y detiene el coche bajándose y arrodillándose mientras agradece al cielo que su amigo del alma y su mujer están vivos. Soledad baja y corre a su lado, lo abraza y llora. Los momentos de angustia vividos fueron infernales.

Los esposos Montiel Moreau, quienes se encuentran en la silla trasera del coche, envuelven sus manos cada uno alrededor del otro, regalándose un cálido beso. Mientras ruedan por sus mejillas lágrimas de felicidad. Ellos también bajan y los cuatro se unen en un abrazo sincero.

Después de tan emotivo momento, regresan al auto.

Stefano llama a Trebor.

📱—Aló Trebor.

📱—¿Dime, ya estás con mis sobrinos?

📱—Trebor, escúchame y no digas nada hasta que termine. Sander y Mil están vivos, van rumbo a América con los chicos. — Del otro lado de la línea se escucha el llanto y el agradecimiento. —No sé quién murió allí, pero las cosas son más complicadas de lo que parecen. Ya te copio el mensaje que le enviaron a mi esposa.

📱— Gracias, Stefano, es la mejor noticia que me han dado. Estaba muriendo. Gracias, ya averiguaré con el mensaje que me enviaste. Ya le pido a mi jefe de seguridad que refuerce el anillo de seguridad de mis hijos. Y ya averiguaremos quién está en el auto. Envía personal para que reciban a mi hermano en América. Rastrear el rumbo de su avión no es complicado.

📱—Así lo haré. Hermano, te amo, cuídate. —expresa Stefano despidiéndose de su otro hermano de la vida.

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La policía, junto a sus jefes de seguridad, analizan la situación. La persona que está detrás del atentado quiere cobrar una supuesta venganza; él piensa que ha matado a Sander y a su esposa. Sacar a la luz la verdad es colocar en riesgo a los chicos; por lo tanto, la sugerencia es que para el mundo el exdelantero y su Mulata permanezcan muertos mientras atrapan al responsable.

El que el auto se haya incendiado y los cadáveres estén irreconocibles permite mantener la farsa.

Sander y su familia llegaron a América. Al aterrizar, había personal de seguridad esperándolos. No lograba entender lo que pasó. Allí fueron dirigidos en la más estricta seguridad a una villa que posee Soledad en California.

Los chicos mantenían los móviles apagados, era una costumbre que mantenían con sus padres siempre que estaban en familia. Cero celulares, por tal razón, eran ajenos a lo que sucedía.

Al llegar a la villa, el jefe de seguridad le entrega a Sander un teléfono para que pueda realizar una videollamada con sus amigos, los cuales están todos juntos esperando y al verlos, las lágrimas de felicidad del otro lado no se dejan esperar.

Ellos le cuentan con detalle lo sucedido. La decisión a tomar es dura, ya que deben decir adiós a su vida, pero la prioridad son sus hijos y sus hermanos del alma, su familia, por lo tanto, no hay discusión. Para el mundo, Sander Scott y Milagros Sarmiento estarán muertos mientras descubren quién está detrás de todo.

¿Quienes murieron?

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