CAPITULO 20. Un malentendido

Mientras paseaba por los jardines del palacio, el aroma de las flores y la tranquilidad del entorno ayudaban a calmar mi mente, que seguía reviviendo el encuentro que acababa de tener con el príncipe Isis. Aún sentía un leve rubor en las mejillas al recordar cómo había mantenido la compostura y disimulado mi nerviosismo ante él. El hecho de que no supiera quién era yo, lejos de ponerme nerviosa, me había dado una extraña sensación de libertad.

Caminé un poco más y, entre los rosales, noté la presencia de una joven de cabello color platino y ojos azules, que parecía absorta en la belleza de las flores. Su porte elegante y la serenidad que irradiaba me hicieron suponer que se trataba de la princesa Aisha, la hermana de Isis, la otra Santa reconocida por su habilidad para invocar espíritus.

Sentí un leve nerviosismo al acercarme, pero decidí que no podía dejar pasar la oportunidad de presentarme.

- Disculpa — dije con suavidad, a medida que me acercaba —, tú debes ser la princesa Aisha.

Ella levantó la mirada, y cuando nuestros ojos se encontraron, me ofreció una sonrisa cálida, que al instante me hizo sentir más cómoda.

- Sí, así es. Y tú debes ser uno de nuestros honorables invitados. — dedujo mientras sonreía — ¿Puedo saber tu nombre? — sonreí.

- Es un gusto por fin poder conocerte princesa Aisha, mi nombre es Victoria y soy la princesa del imperio de Westdall — me presenté seguido por una reverencia.

Ella parecía sorprendida tras escuchar mi nombre.

- El gusto también es mío, espero que tengas una estancia grata en nuestro imperio. — continuó cordialmente.

Sonreí tímidamente, sintiendo una especie de alivio al ver que su actitud era amigable. Antes de que pudiera responder, Aisha dio un paso hacia adelante, y de repente, tropezó con una raíz sobresaliente. Todo sucedió en un instante.

La vi caer al suelo, golpeándose la muñeca en el proceso. Me alarmé al ver la mueca de dolor en su rostro.

- ¡Oh no! — me arrodillé rápidamente a su lado — ¿Estás bien? Déjame ayudarte.

La preocupación se apoderó de mí mientras intentaba examinar su muñeca, preguntándome si el golpe había sido grave. Pero antes de que pudiera hacer algo más, escuché unos pasos apresurados acercándose. Levanté la mirada justo cuando una voz familiar, autoritaria y cargada de alarma, resonó a nuestro alrededor.

- ¡Aisha! — La figura de Isis apareció de repente, su mirada fija en su hermana y luego en mí, lleno de preocupación y sospecha.

Mi corazón dio un vuelco al verlo, y el pánico se mezcló con la confusión al notar la severidad en su expresión. Antes de que pudiera explicarme, él se acercó rápidamente, y su voz cortante me atravesó como un dardo.

- ¡Aléjate de ella! — ordenó, su tono implacable — ¿Qué le has hecho?

Las palabras me dejaron helada. Apenas podía procesar lo que estaba ocurriendo. Quise explicarle, decirle que solo estaba intentando ayudar, pero su mirada dura y la dureza en su voz me hicieron sentir pequeña y culpable sin razón.

- No… — murmuré, tratando de encontrar las palabras adecuadas — Yo solo…

Aisha quien entre leves quejidos también había intentado explicar la situación simplemente fue ignorada por las duras palabras del príncipe heredero.

- Eres la misma persona que encontré antes vagando por aquí sola ¿No? me encargaré de averiguar quién eres y serás castigada por esto — me interrumpió bruscamente, mientras ayudaba a Aisha a levantarse — deberías irte antes de empeorar las cosas — dirigió una última mirada hacia mí con frialdad.

El nudo en mi garganta se apretó más. Sentí que mis ojos comenzaban a picar, pero me negué a llorar frente a él. La dureza en su voz, la sospecha injusta, todo me dolía más de lo que podía admitir. Sin decir nada más, me levanté lentamente y me alejé, mi corazón apesadumbrado con cada paso que daba. No podía creer lo rápido que todo había salido mal.

Mientras me perdía entre los arbustos, lejos de su vista, dejé que una lágrima silenciosa rodara por mi mejilla. No sabía cómo había llegado todo a este punto, pero lo único que deseaba en ese momento era desaparecer.

(...)

Cuando Victoria finalmente desapareció entre los arbustos, Aisha, detuvo abruptamente el andar de su hermano para confrontarlo.

- Hermano Isis, espera — dijo, deteniéndolo — Estás equivocado.

El príncipe, que ya había comenzado a calmarse, la miró con confusión.

- ¿Qué quieres decir? — preguntó aun desconcertado.

Aisha suspiró y le explicó lo ocurrido, señalando cómo había tropezado accidentalmente y que Victoria no solo no tuvo la culpa, sino que intentó ayudarla de inmediato.

El rostro de Isis se tensó, la sorpresa y el arrepentimiento se hicieron evidentes en sus facciones al darse cuenta de la injusticia que había cometido.

- No puedo creer que… — comenzó, pero su voz se desvaneció al entender la magnitud de su error — Cometí un error.

Ella asintió con una expresión de resignación.

- Sí, lo hiciste — admitió suavemente — ella no lo merecía, solo trataba de ayudar.

Isis cerró los ojos por un momento, una mezcla de remordimiento y frustración reflejada en su rostro.

- Debo arreglar esto — murmuró, aunque sabía que podría no ser tan sencillo.

(...)

Finalmente, después de regresar a mi habitación decidí refrescar un poco mi rostro, lo que menos necesitaba para esa noche era presentarme a la cena con la cara hinchada.

Después de aproximadamente una hora nana regresó con algunas doncellas para comenzar a prepararme para la cena de esa noche.

- Señorita, se ve encantadora en ese vestido — expresó con entusiasmo una de ellas.

- Es verdad, nuestra princesa es la más hermosa de todas — continuó otra.

Ellas siempre hacían ese tipo de cumplidos, eran muy lindas.

- Gracias — dije con pesar, aun decaída por lo ocurrido esta tarde.

Ambas lo notaron e intercambiaron miradas.

- ¿Se encuentra bien princesa? — tenía un tono lleno de preocupación.

- ¿Eh? Lo estoy Lisa, no te preocupes, tan solo sigo un poco cansada del viaje.

- Entiendo, entonces le prepararé un té relajante para cuando regrese y pueda descansar profundamente esta noche — dijo con una sonrisa.

- Te lo agradezco.

Así fue como terminé encaminándome hacia el comedor, en el camino me encontré con Christian, quien me escoltaría hasta dicho lugar.

- Príncipe y princesa de Westdall, que gusto recibirlos esta noche — el emperador dio la bienvenida.

Luego de los saludos debíamos sentarnos, en un momento crucé miradas con Isis, él parecía sorprendido después de todo, sin embargo, opté por desviar rápidamente la mirada, aún era incómodo por lo de esta tarde.

.......

.......

.......

.......

.......

^^^Continuará...^^^

Más populares

Comments

Jacqueline Uribe

Jacqueline Uribe

mas capitulos porfa gracias espero con ansias mas de estos bellos capitulos

2024-08-22

1

Mitsuki G

Mitsuki G

Ya iba a pensar que está Aisha era mala por qué se tropezó muy fácilmente y como no decía nada para defender a Victoria cuando su hermano empezó amenazar pensé que lo había hecho por celos de ser la otra santa por lo menos cuándo vio que no estaba Victoria le dijo a su hermano que fue un accidente por lo menos fue sincera y no fue aproposito para hacer quedar a Victoria y ahora sí quedó ella triste que su personaje favorito le dijiera todo eso ahora espero que Victoria esté ocupada con su amiga para que ese tonto que la juzgo antes que saber que paso le cueste trabajo estar a solas con Victoria para pedir perdón ya que Victoria lo perdonara ya que fue un error por él amor a su hermana pero merece un poco de sufrir de remordimiento y mientras está Victoria calma sus sentimientos para que lo perdone sin sentirse obligada así ambos estarán calmados

2024-08-20

7

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play