CAPITULO 13. Negocios

Finalmente han pasado dos años desde que llegué a este mundo. En este tiempo, he trabajado arduamente para cambiar mi destino y acercarme a mi familia. Los resultados han sido más que satisfactorios, y ahora puedo decir que tengo una relación fuerte y cercana con mis hermanos.

Con Christian, el príncipe heredero, las cosas han mejorado considerablemente. Lo que comenzó como sesiones de entrenamiento para mejorar mis habilidades de combate se convirtió en algo más. A través de nuestras prácticas y desafíos compartidos, hemos construido una relación basada en el respeto y el apoyo mutuo. Christian es un hermano protector, y sé que puedo contar con él en todo momento.

Raon, mi medio hermano, ha pasado de ser alguien que me miraba con desconfianza a ser mi mejor amigo y compañero. Nuestra misión para encontrar un médico que pudiera salvar a su madre, la reina consorte, fue el inicio de nuestra amistad. Desde entonces, hemos compartido muchas aventuras y desafíos, y hemos aprendido a confiar plenamente el uno en el otro. Raon es alguien en quien puedo confiar ciegamente, y su presencia siempre me da fuerzas.

Aeloria ha sido una confidente inestimable durante todo este tiempo. Su apoyo ha sido crucial para mí, especialmente en momentos de incertidumbre. Hemos encontrado en la otra el apoyo necesario para superar cualquier obstáculo. No sé qué haría sin ella a mi lado.

Además de todo eso, logré la unión de mis padres, incluso se fueron por un par de meses al extranjero dejando a Christian a cargo del palacio como su autoridad de príncipe heredero le dictaba.

Ahora, a solo veinte días de mi cumpleaños número 12, me siento emocionada y ansiosa. La tradición en nuestra familia dicta que, al cumplir 12 años, desarrollamos un poder especial heredado: el poder del trueno y la capacidad de controlar parte del clima. Este evento es un hito importante en nuestras vidas, y he esperado este momento con gran anticipación.

Además, este año iré a la escuela imperial, más conocida como la "Academia Philleon", es un lugar con gente excepcional y la mejor institución educativa del imperio, que es en donde todos los hijos de nobles y de gente adinerada en el imperio asisten normalmente. Son cinco años en la academia, los primeros dos son de área común y luego nos someten a exámenes para las áreas o departamentos a los que creamos que somos aptos, puede ser magia, administración o artes marciales.

Estaba sentada en el balcón de la ventana en mi habitación mientras recordaba todo lo que ha pasado hasta ahora en estos dos años, de un momento a otro fui interrumpida por los suaves golpes a mi puerta llamando mi atención.

- Princesa, su alteza el segundo príncipe ha venido a visitarla.

- Bien, arreglen todo para servir el té en el jardín, bajo en un momento.

- Como ordene su alteza, permiso.

La sirvienta se retiró y en su lugar entraron otras para prepararme. Después de unos minutos finalmente bajé para recibir a mi hermano.

- Príncipe Raon, — hice una reverencia y reí levemente — es un gusto recibirlo, ¿a qué debo el honor de su vista?

Él odiaba cuando de pronto era tan formal con él.

- Tsk hermana... — puso una cara de disgusto — no hagas eso — reí de nuevo.

- Bien, lo siento, entonces vamos a sentarnos — ofrecí con una sonrisa y él asintió.

- Conseguí lo que me pediste.

- Me alegra tener un hermano tan confiable — sonreí, mientras un leve sonrojo cubría el rostro de Raon.

- Entonces, querido hermano mío, o tal vez, debería decir, socio — él rio levemente tras asentir — comencemos con nuestro plan.

Continuamos planeando nuestras inversiones en algunos negocios locales que sabía, serían bastante populares en el futuro, con ayuda de Aeloria claro, y así mi hermano y yo comenzaríamos a obtener nuestra propia fortuna.

- Hoy iré a visitar a mi madre — comentó.

- Por favor, dale mis saludos de tu parte — pedí, sorbí un poco del té en mi taza.

- No quisieras.. acom-.

Se aproximó una sirvienta.

- Disculpe la interrupción su alteza, pero ha venido una visita para la princesa.

- ¿Para mí? ¿Quién es?

- El joven maestro, Alistair Gale.

¿Alistair? No me dijo que vendría....

- ¿Lo invitaste?

- En realidad, no. Por eso me sorprende que esté aquí, debe ser-

De pronto, fui interrumpida.

- Entonces dile que se vaya, mi hermana y yo estamos ocupados — ordenó, con un tono de indiferencia mientras bebía de su taza. Me quedé pasmada por unos segundos.

- Como ordene, su alteza.

- ¡Espera! — la detuve — Raon, no puedo echarlo así sin más.

- Pero no está invitado — me veía con una expresión triste.

Aaah no hagas esa expresión...

Soy tan débil ante mis hermanos...

- ¿En serio...? — él continuaba — Ahg bien, pero iré yo misma a pedirle que reprogramemos la cita.

- ¡¿CITA!?

- Bue-bueno, visita, me refería a la visita — coloqué mi mano en mi frente.

Qué absurda situación

- Bien, apresúrate — dijo con recelo.

(...)

- ¡Princesa! — se acercó Alistair de inmediato.

- Hola, lord Alistair — sonreí e hice una reverencia.

- Lamento irrumpir así en el palacio, pero, iba hacia la sala de entrenamiento con padre y quise pasar a saludarla, ¿Está ocupada? — estaba levemente sonrojado, supongo que se ha apenado por sus modales.

- En realidad, lo estoy — sonreí y él parecía preocupado — pero me alegra verte por aquí, parece que realmente no dejas de entrenar ni siquiera durante las vacaciones.

- ¿Es así? Bueno, en realidad es poque el siguiente año serán las pruebas para el departamento de artes marciales, así que debo esforzarme el doble — hablaba confiado, tal como siempre lo es.

Ambos sonreíamos, hasta que escuchamos a alguien aclarando su garganta aproximándose a nosotros.

- ¿Perdón, acaso interrumpo? — apareció Raon y me vio directo a los ojos, para luego ver a Alistair.

- Saludos a su alteza, príncipe Raon. — hizo una reverencia en saludo.

Pero Raon lo ignoró.

- Hermana, creí que le dirías que estábamos ocupados en asuntos más importantes.

Dios Raon, ¿tienes que ser así de infantil?

Un sonrojo leve apareció en mi rostro.

- Hermano, Alistair solo pasaba a saludar, fue mi culpa retenerlo aquí por tanto tiempo.

- No, no tiene que disculparse princesa, fue mi culpa por venir sin invitación previa.

- Pff al menos lo admite — murmuró Raon y ambos volteamos a verlo.

- Entonces, me retiro. — hizo nuevamente una reverencia y de igual forma fue ignorado por Raon, luego se dirigió a mi — nos vemos, princesa — tomó mi mano y se despidió besando el dorso de ésta — Raon veía todo de reojo.

(...)

- Realmente nunca voy a entender por qué te cae tan mal Alistair — le reproché.

Solo obtuve un leve bufido como respuesta.

- Hermana, ¿quieres dar un paseo por el jardín? — ofreció de repente cambiando el tema, no pude evitar sonreír ante sus mejillas levemente sonrojadas.

- Claro que sí, vamos — él ofreció su brazo para escoltarme y lo acepté, él sonrió.

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^^^Continuará...^^^

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