Esa noche Orien tuvo un sueño, más bien era un recuerdo presentado en forma de sueño —mejor dicho pesadilla—.
Orien vivía en una enorme casa, dos pisos y un hermoso jardín de pinos. Una fuente con una estatua de un ángel y su padre tenía varios autos de distintos modelos, guardados en una gigantesca cochera.
—¿Papá cuando regresará mamá? —Su madre había sufrido un accidente automovilístico y la habían internado en el hospital.
—Ella… —Su padre lo mira con mucha tristeza. —Tu mamá está en un lugar mejor, más lindo que este, ella es feliz.
—¿Se fue a lugar más lindo y nos dejó solos?
—No, ella está esperando por nosotros. Pronto iremos con ella. —El ambiente triste cambió a uno lleno de gritos y emoción. Ahora no era la casa grande de antes, sino que, un estadio grande.
—¡Ganamos! —Su padre saltaba de la emoción y él imitaba sus movimientos y repetía lo que su progenitor decía.
Y de la nada ese lindo y hermoso ambiente se volvió oscuro.
Orien estaba sentado en la sala, la niñera le había ordenado quedarse quieto y esperar la comida. La puerta se abrió y él se levantó para saludar a su padre.
Cuando llegó a la puerta, vio a una mujer vestida de rosa y con una maleta del mismo color junto a su padre.
—¿Quién es ella papá?
Quien le respondió no fue su padre, sino la mujer.
—Tu nueva mamá, te voy a querer y cuidar mucho.
—¡No! No quiero una nueva mamá—, miró a su padre con lágrimas en los ojos, —¡Dijiste que mamá nos estaba esperando! ¿La dejarás sola? ¡ella no es feliz, si nosotros no vamos y la acompañamos! ¡Te odio papá!
Y luego de eso las imágenes comenzaron a pasar rápido, la mirada de su padre cambiando y no siendo tan cálido como antes, la mujer viendo su vientre y golpeándolo porque no era su hijo o porque ella todavía no podía quedar embarazada.
Todas las imágenes se volvieron borrosas y un sonido ensordecedor se hizo presente, luego escuchó su voz gimiendo y sollozando. Se veía a sí mismo en el rincón de su habitación, llorando mientras sostenía su cabeza y se pegó a sí mismo. Sintiendo dolor, mucho dolor, uno asfixiante, un dolor en el pecho que podría matar a cualquiera, era insoportable.
—¡Despierta Orien!
—¡Aaaj! —Exaltado y respirando desesperado se despertó, su corazón latía muy rápido.
—¡Oye, cálmate! —El príncipe heredero sostuvo el rostro de Orien entre sus palmas, —tranquilo, es solo una pesadilla.
Orien observó al príncipe heredero y luego comenzó a respirar de mejor manera.
—¿Qué hago aquí? —Orien preguntó y sin que él mismo quisiera, lágrimas empezaron a caer por su rostro.
—No llores… me haces sentir triste. —Darién le abrazó. Orien se sorprendió, no podía comprender el comportamiento del príncipe, ni tampoco su personalidad, Darién era uno hoy y al otro día otro.
—Que raro eres, princesa. —Orien se alejó y mientras se reía se secó las lágrimas. —No he llorado, me escuchas; esto es agua salada y salió solo ¿Bien?
—Soy una tumba, no le diré a nadie. Con la condición de que me obedezcas por todo un día. —Darién sonrió y Orien volteó los ojos.
—Ni en sueños. Por cierto, ¿Qué hora es?
—Medio día, creo—, Orien se sorprendió y agarró de los hombros al príncipe heredero.
—¿Eso quiere decir que acabo de faltar a clases? ¿no pudiste despertarme? Siempre te despierto. —Orien estaba algo molesto ahora, no le gustaba ser irresponsable y también el vaguear le hacía sentir como una mierda de persona.
—Bien lo dices, tú me despiertas. Si tú no despiertas, yo duermo hasta el otro día, si es posible. —Darién se rió y Orien lo soltó y volvió a acostarse. —¿Volverás a dormir? —Le preguntó Darién acercándose nuevamente a él.
—¿Qué más hago? Ya falte a clases y me siento depresivo ahora mismo. Largo niño. —Orien le dijo mientras se acomodaba de costado.
Orien movió las piernas para que el príncipe heredero se bajara de su cama pero, Darién se sentó sobre sus piernas.
—Deja de llamarme niño, soy mayor. ¿Por qué hablas como anciano? ¿No tienes hambre? Salgamos a comer.
—Ve solo y deja de joder niño. —Orien tomó la sabana y se tapó la cabeza.
—Entonces, acompáñame a una subasta, no sé si sabes que es… —Orien volvió a sentarse y sorprendió al príncipe heredero quien casi se caía de la cama.
—¿Has dicho subasta? Rápido, bájate. —Orien se levantó y entró al baño dejando al príncipe heredero sin palabras.
«Le gustan las subastas». Pensó él príncipe heredero y luego comenzó a arrepentirse de haber invitado a Orien.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 46 Episodes
Comments
Alicia Salamanca Hernández
sera que curar el cuerpo dónde el habita si consigue los ungüento o posimas en la subasta Darién le ayudara a conseguirlas😅😅🤔🤔
2025-02-07
1
Alicia Salamanca Hernández
Darien será que también recarno el cuerpo del príncipe y viene de otro mundo 🤔🤔😅😅
2025-02-07
1
Alicia Salamanca Hernández
entoces Orien es un príncipe o algo así 🤔🤔
2025-02-07
1