Orien esperaba con impaciencia la llegada de Thomas. Estaba curioso por saber el contenido del libro de magia y también quería conocer más sobre cómo funcionaba ese mundo. Ese día Orien le pidió a su madre una moneda de plata, Amelia se sorprendió, ya que, su hijo nunca antes le había pedido dinero.
Orien después de recibir la moneda, le dijo a su madre que iría a la biblioteca. También esto dejó boquiabierta a la mujer, su hijo no era alguien apasionado por los libros. Tantos cambios a veces le hacían sentir a Orien como un extraño, alguien que ella no conocía para nada.
Orien siguió el camino que Natalia le mostró la otra vez, iba con prisa debido a que la nubes estaban algo grises y temía ser atrapado por la lluvia que venía en camino. Al llegar saludó al señor Kazmel y luego le dio la moneda y tomó ese libro que captó su atención la otra vez.
En un rincón alejado observó al hombre que el señor Kazmel mencionó la otra vez. Se sentó y dio una mirada discreta a la apariencia del hombre. Este a diferencia de los demás del pueblo, vestía muy limpio y elegante, traía una pipa en su boca y soltaba humo de vez en cuando. La piel del hombre era arrugada debido a la edad, sus ojos brillaban en un tono carmesí. Orien bajó la vista rápidamente cuando la mirada del hombre tuvo contacto con la suya.
No le dio más importancia y Orien decidió centrarse en su lectura.
—No he terminado de leer el libro. ¿Tengo que volver a pagar una moneda nuevamente? —El señor Kazmel negó.
—La moneda es para que leas todo el libro, si hoy no lo terminaste puedes regresar mañana. —Orien sonrió feliz después de escuchar eso.
—Nos vemos mañana señor Kazmel. —El señor Kazmel le despidió con el balanceo de su mano y embozó una sonrisa mientras veía como el niño llegó a la puerta y salió.
—Parece alguien diferente. —El señor que estaba sentado se levantó y dejó el libro sobre la mesa. —¿Ya te vas?
—¿Es el niño de Amelia? —Preguntó el señor y Kazmel asintió. —Su destino ha cambiado, antes veía a un niño que podría morir en cualquier momento. Ahora, puedo ver una voluntad de seguir con vida.
—Garrett, nuevamente hablas cosas extrañas. Además, el destino no cambia su rumbo.
—No seas ignorante Kazmel, algunos pueden cambiar la dirección del destino con sus voluntades. —Kazmel volteó los ojos y tomó al hombre del hombro y lo encaminó a la puerta.
—Ven otro día, hoy cerramos.
—Me han mandado una carta, es sobre mi regreso a la capital. Realmente no quiero ir.
—Garrett ¿Por qué me cuentas esto? Haz lo que quieras con tu vida, no tengo nada que ver en ella.
—Eres mi hermano, creo que debes enterarte. Además, sabes que no iré. —Kazmel le siguió empujando hasta dejarlo afuera y cerró las puertas.
—¡Y deja de fingir ser un anciano! —Gritó desde adentro. Miró por la ventana y vio como Garrett empezó a perderse en mitad de los árboles. —Hermano… eh.
En eso algunos recuerdos vinieron frescos a la memoria de Kazmel. Garrett y él, se habían criado juntos desde jóvenes, creando así un vínculo de hermandad entre ellos. Nacieron en una región cerca de la capital, Garrett desde joven era inteligente, astuto y talentoso. Sin embargo, para Kazmel fue distinto, todo lo que concernía con la magia, no era lo suyo. Por eso le agarró amor a los libros y se aferró a ellos hasta el día de hoy.
Kazmel suspiró cuando recordó el día en que Garrett llegó sumamente contento a contarle que lo habían aceptado como docente en la academia de magia. Desde entonces los logros fueron más y Garrett se convirtió en subdirector en la academia de magia de la capital. Algunas veces Kazmel sentía algo de envidia, sin embargo, el era un hombre calmado y no se dejaba dominar por los sentimientos. Después de todo, leer te convertía en alguien sabio.
—Ya regresé mamá. —Orien entró corriendo a su casa. La lluvia que pensó que llegaría, no cayó ese día sino al siguiente.
—Ven a comer algo. —Ella sostuvo sus mejillas y luego besó su frente. A Orien al principio ese gesto le fue incómodo, pero, ahora lo toleraba. —¿Y que leíste?
Orien se sentó en la mesa mientras su madre le servía vegetales hervidos. —Guerra de dioses y demonios. —Amelia sonrió y tomó asiento también.
—Es un buen libro, lo leí cuando era más joven. Saber más de los dioses también sería bueno, la próxima vez lee: Los tres dioses que mantienen el orden de todo. —Orien asintió mientras probaba la comida.
Como había dicho Amelia Thomas regresó después de los tres días, ella lo recibió con un beso y Orien sin saber como recibirlo solamente se quedó observando desde el marco de la puerta.
—¿No me extrañaste campeón? —Su padre abrió sus brazos esperando que Orien vaya hacia el. Orien chasqueó la lengua. En su otra vida él era el tipo de persona que no le gustaba mostrar tanto afecto, besos y abrazos no era lo suyo. Esa podía ser la razón del porque jamás pudo entablar una relación con alguien más. Solamente tenía a Salomón, quién era su amigo y al mismo tiempo su guardaespaldas.
—Odio los abrazos. —Orien desvía su mirada y observó a las vacas comiendo el pasto. Su madre abrió los ojos de la sorpresa, no podía creer que su cariñoso hijo odiara los abrazos, eso era imposible. Amelia estaba dispuesta a decir algo; pero, Thomas la interrumpió.
—No te preocupes, no pasa nada. —Thomas sacó del saco un libro con carátula marrón y de cuero. —Me costó mucho conseguirlo, no puedo creer los cara que son y solamente es lo básico. —Orien se acercó a Thomas.
—Gracias papá. —Le estrechó la mano a su padre. —Lamento no poder abrazarte, prometo acostumbrarme.
—No importa. Puedes saludarme como te sientas cómodo. —Desordenó el pelo de Orien. —Por cierto, las cosas se adelantaron. La prueba de revelación es mañana en la tarde, deberíamos salir en la madrugada para llegar a tiempo.
Orien miró con asombro a Thomas. ¿Qué había sucedido se preguntaba? Thomas al ver su rostro habló. —Creo que es por la llegada del príncipe heredero a la academia, llegó antes de lo planeado y no le quieren hacer esperar.
—¿Eso no quiere decir que algunos no podrán llegar a tiempo a la revelación? —Thomas asintió suspirando.
—No se puede hacer nada. Creo que la prisa es más porque la revelación del príncipe se está haciendo más tarde que el de los demás niños.
—¿Cuál es la edad del príncipe heredero?
—Diez años. La edad promedio es de ocho años. —Miró a su hijo. —Aunque no lo has cumplido solamente quedan pocos meses para que tengas ocho años.
Tocan la puerta y Amelia abrió, una mujer de pelo escarlata y ojos escarlatas estaba con una niña escondida detrás de ella.
—Señor Nadali, escuché que la revelación se adelantó. Por favor lleve a Noa con ustedes. —Hizo una media reverencia.
—No hagas eso. La puedo llevar, sabes que somos vecinos.
—Gracias señor Nadali. —La mujer hizo que Noa saliera de su escondite.
—Mamá…
—Noa, se que puedes lograrlo. —Le entregó la niña a Thomas. —La dejo en sus manos. —Las lágrimas comenzaron a bajar por el rostro de la mujer. Un último abrazo fue la despedida.
Orien miraba a la niña, ella estaba sentada en la mesa. Noa se notaba nerviosa, era la primera vez que venía a esa casa, además no era cercana a esa familia, solamente su madre hablaba con Thomas de vez en cuando.
Por otra parte Thomas y Amelia mantenían una pequeña discusión, seguramente por la responsabilidad que acaba de asumir Thomas sin consultar a su esposa.
—¿Irás a la academia para ser fuerte? —Noa rompió el silencio incómodo y Orien asintiendo le dijo.
—Sí, y también para traer dinero a mis padres. —Ella sonrió mientras jugueteaba con sus manos.
—Sabes, el príncipe heredero estará este año. Quiero conocerlo, como soy hermosa; seguro tengo la posibilidad de tomar su corazón. Y entonces seré la persona más rica del imperio.
—Si que fantaseas. Piensas que alguien de la familia real, se casará con alguien de baja clase y débil también. —Los ojos de Noa se inundaron de lágrimas. —Se realista, esto no es un cuento de hadas. Este mundo es peligroso y tú deberías saber esto desde ya.
Ella asintió mientras se secaba las lágrimas y dijo la voz calmada.
—Sé como es el mundo, pero a veces para no rendirse es bueno soñar, aún sabiendo que son imposibles.
—Vaya…
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Comments
Alicia Salamanca Hernández
y ese príncipe que privilegio tiene todos los niños van a participar en la revelación o no 🤔🤔
2025-02-07
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Alicia Salamanca Hernández
Orien siempre muy firme en decir las cosas claras 🤭
2025-02-07
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Alicia Salamanca Hernández
está niñita sueña muy alto y no son las cosas así 😥😥
2025-02-07
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