...NIKOLAY...
Los dias pasaban y los codigos seguian tal y como los habia encontrado. No habia avanzado en nada, no sabia de quien provenían y como habian llegado a mi computador. Lo que estaba seguro es que por ahora no podia adentrarse en toda la información de mi negocio. Aun asi tenia la inquietud de que estuvieran clonando la informacion y de solo pensar todo lo que podian conseguir mi desesperacion aumentaba. Busque en todos los libros que se encontraban en la gran biblioteca de la sala, investigue en diferentes bibliografías digitales, pero nada podia ayudarme a descifrar esos codigos.
— Nikolay, toma esto. Necesitas descansar — Dijo Elijah entregandome un cafe el cual solo observe para volver mi mirada al libro frente a mi — Deja que tus hombres se encarguen de eso. Debes descansar.
— No me toques los cojones Elijah, ni siquiera yo soy capaz de resolver estos malditos codigos. No se quien mierda esta detras de mis negocios y eso me exaspera.
Todas las cosas que estaban en el escritorio volaron por toda la habitacion. Elijah solo me miro en silencio esperando que terminara con lo que seguro llamaria un berrinche.
— La unica opcion que te queda es la italiana.
Mis ojos se abrieron de par en par dejando ver una mirada incredula.
Bambi habia estado recuperandose, fueron dias silenciosos y tranquilos porque no tenia la fuerza necesaria para hacer sus escandalos cosa que agradecía profundamente porque seguramente la hubiera matado.
— Estas loco si crees que voy a meter a la puta italiana en mis negocios. Pareciera que entraste ayer a este mundo Elijah. Espabila. Joder.
— Espabila tu. Es tu unica opcion, es la mejor en el rubro. Ademas ¿Que podria hacer la italiana estando aquí encerrada? ¿Ir a cotillear sobre tus negocios mientras toma el te con sus amigas? Haz lo que se te venga en gana, pero sabes que en este momento es tu unica opcion.
Fulmine a mi mejor amigo con la mirada. En parte tenia razon y no podia discutirlo, hoy mi mejor opcion era la italiana, asi me pesara.
Un golpe, dos golpes, tres golpes. El sonido de vidrios quebrandose inundo la casa.
— Petrucci — Dijimos casi al unísono.
Casi a zancadas subi a la habitación dejando ver a una Bambi furiosa con uno de los guardias quien solo se reia en su cara.
— Para de actuar como si fueras un animal.
Espete al verla ganandome un almohadazo de su parte.
— ¿Y resulta que yo soy el animal? ¿Tu acaso tienes nocion de las atrocidades que estas haciendo junto a tus hombres? Eres un maldito gilipollas.
— Cierra la boca italiana, se me parte la cabeza de solo oirte.
Y es que no mentia, oirla chillar solamente producia un dolor en mis sienes.
— Pudrete ruso. Ahora desatame.
Mi ceja se arqueo y una sonrisa se formo en mi rostro, hora de hacer negocios.
— Justo sobre eso venia a hablarte — Bambi me miro sin comprender — Haremos negocios.
— Estas loco si piensas que voy a hacer negocios con el mismo gilipollas que me secuestro y que me tiene atada como un animal.
— Si tan solo escucharas lo que tengo para decirte y dejaras de quejarte tanto avanzariamos un poco mas.
— Muérete.
— Perfecto. Desátenla y llévenla de nuevo abajo. Asegurense de que no almuerce ni cene, de alguna manera pagara todo lo que rompio.
Los gritos de Bambi inundaron la habitacion. Veia como luchaba con mis hombres para que estos la soltasen pero le era imposible ganarles.
— Eres un puto gilipollas — Dijo mirandome y safandose del agarre de uno de mis hombres.
Bambi corrio rapidamente hacia mi pero fui mas rapido y la tome del cuello.
— Piensa dos veces antes de volver a acercarte a mi — Dije tirandola hacia el piso. Esta solo largo un quejido y tomo su cabeza, la cual aun se encontraba vendada
Mis hombres volvieron a tomarla y se la llevaron a aquella habitacion. Bambi pasaría el resto de sus dias en la oscuridad, ni siquiera merecia eso.
— Bueno esta bien, hagamos negocios.
La voz de Bambi retumbo en el largo pasillo de la casa ganandose mi atencion. Una sensacion de triunfo inundo todo mi cuerpo. Mi cabeza se movio hacia mis hombres indicando que la soltaran. Bambi fulmino a cada uno no sin antes patear a uno de los que la habian golpeado unos dias atras. Rode mis ojos. Todo era show para esta niña.
— Camina a mi despacho — Dije pasando por su lado.
A largos pasos me dirigi hacia mi despacho con Bambi y tres de mis hombres siguiendome por detras. Abri las grandes puertas y me adentre en aquella habitacion. Tome asiento en mi escritorio ganandome la mirada de una Bambi curiosa.
— ¿Y bien? ¿Cual era el negocio que querias hacer?
Bambi se sentro frente a mi y arqueo una ceja. Observe su rostro, tenia algunos cortes y hematomas cubriendo su blanca piel. Su largo cabello caia sobre sus hombros y su cabeza estaba cubierta por una venda.
— Necesito que hagas un trabajo por mi.
— ¿Que clase de trabajo?
— Tengo una serie de codigos que no logro decodificar, no se quienes son y que intentan hacer con la informacion de mi computador. Se que eres de las mejores en este rubro. Necesito averiguar quien esta detras de eso.
— Ya veo — Dijo tocandose su cabello — ¿Y que es lo que recibiria yo a cambio?
— Sabes que no puedo darte la libertad, asi que si lo estas pensando quita esa idea de tu cabeza. Lo que si puedo ofrecerte es una mejora en las condiciones en las que te tengo. Una habitacion, con ventanales, que veas luz. Tal vez ropa y un baño.
— ¿Tu pretendes que yo decodifique esos codigos aceptando que no me dejaras libre? No, no y no.
— Escucha italiana, te estoy dando una oportunidad de que el tiempo que estes aqui sea lo mas ameno posible, cosa que ni siquiera deberia, a cambio de que me decodifiques esos putos codigos. No voy a estar rogandote o lo tomas o lo dejas. No tengo tiempo de berrinches. Habla de una vez si aceptas o no.
— Es que no puedo entender que yo tenga que pagar por lo que in familiar mio te hizo en su momento. ¿Donde quedo tu calidad humana? Veo que nunca la desarrollaste.
Y dale con lo mismo.
— Ya Bambi, para. Solo responde lo que te pregunto no te explayes con tus estupideces psicologicas. ¿Aceptas o no?
La castaña rodo sus ojos.
— Dame el computador.
Nikolay Mogilevich
Bambi Petrucci
[...]
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