Capitulo 6

...BAMBI...

Esto es un maldito desastre.

Habia tratado de contar las horas del dia pero simplemente me era imposible identificar que hora y que dia era. Detestaba a ese ruso con toda mi alma. Habia pasado dias sin comer ni ver a nadie luego de haber tirado la bandeja con el almuerzo que el ruso me habia traido.

Trataba de mantenerme cuerda, pero era vivir en una constante oscuridad. Esto no era humano. Igualmente nada era humano cuando se trataba de la mafia.

Me levante de aquel colchon y fui hacia el pequeño lavabo. Observe las esquinas de la habitacion y vi camaras. Rodee mis ojos y saque mi remera y la utilice para tapar la que daba hacia el frente de mi cuerpo. Comence a lavar mi cuerpo sintiendome asqueada por la suciedad que habia en mi.

— Malditos rusos.

Espete al mismo tiempo que secaba mi cuerpo y volvia a colocarme la ropa interior, la cual habia lavado o al menos habia intentado.

Comence a caminar en esa habitacion tratando de descubrir algo nuevo lo cual era totalmente imposible. Me habia aprendido cada rincon de memoria.

Un sonido se escucho. Eran llaves. Por fin veria la cara de un ser humano despues de quien sabe cuanto. Me acerque a la puerta y observe por una pequeña ventana que tres hombres armados se acercaban a mi. Al llegar estos golpearon la gran puerta con un bate, mis ojos se pusieron en blanco.

No iban a golpearme. No podian. ¿Porque lo harían?

Rapidamente me puse en posicion de defensa por si a alguno se le ocurria a acercarme a mi.

Tres grandes cuerpos se adentraron en la habitacion. Retrocedi con lentitud para terminar de chocar con la pared. Estos tres hombres solo sonrieron mirandome.

Los tres se acercaron a mi como si una presa fuera, el miedo invadio mi cuerpo pero estaba dispuesta a defenderme. Uno de ellos tomo mu cabello haciendome gritar, sin pensarlo con mi codo golpee su costado. El siguiente con su bate golpeo mi abdomen haciendo que cayera al suelo y comenzara a toser, pateo mis costillas provocando que un quejido saliera de mi boca. Rapidamente tomo mi cabello levantandome encima del nivel del suelo, mi pie rapidamente golpeo su entrepierna provocando que este gruñera y me lanzara al suelo golpeando mi cabeza. Un pitido se sentia en mis oidos y mi cabeza dolia.

Sin dejar que me recuperara uno de ellos me levanto del brazo y golpeo de nuevo mi abdomen haciendome caer de nuevo de rodillas. Otro golpe pero esta vez en mi espada.

— Son unos malditos cobardes — Dije casi sin poder respirar. Pero estos no se inmutaron y continuaron su trabajo.

Golpe tras golpes iban a parar a mi cuerpo, no habia manera de que me defendiera de estas tres bestias. Por un momento senti que moria. Pero justo en ese instante se detuvieron, uno de ellos quito de la camara la remera con la que la habia cubierto. Salieron de la habitacion dejandome completamente inmovil, podia jurar que todos mis huesos estaban rotos.

Tome una gran bocanada de aire y sentia como mis pulmones dolian. Como pude me arrastre hacia el pequeño colchon y cai rendida cubriendo mi cuerpo con mis brazos queriendo morir en ese preciso instante.

— Alessandro sacame de aqui — Dije como si mi prometido de verdad fuera a oirme.

Una lagrima se desplazo por mi mejilla y me odie por sentirme asi de debil, si mi padre viera en lo que su hija se habia convertido realmente me abandonaria a la suerte de quien sabe que.

Tenia que buscar la manera de salir de aquel lugar, aprovechar la distraccion de alguien pero esta vez hacerlo bien, debia ganarme la confianza de quien sea incluso del mismisimo ruso si hacia falta. Pero debia salir de ahi, porque si no me matarian y de la peor de las formas. No podia prestarme para eso y tampoco dejárselas tan fácil.

Mis ojos poco a poco fueron cerrandose pese a que queria evitarlo con todas mis fuerzas.

Estos rusos me la pagarian.

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