Capitulo 13

...BAMBI...

El sonido de cadenas me desperto. Agitada y asustada pensando lo peor, mire mi cuerpo y alrededor mio, definitivamente no habia nadie y tampoco estaba encadenada. Toque mi uña viendo como un uñero se asomaba del cual tire y finalmente saque. Sangre comenzo a brotar de mi dedo.

— Muy inteligente Bambi.

Me levante de aquella cama y me acerque a la ventana viendo como los hombres de Nikolay estaban entrenando con cadenas y bates. Mi cabeza dolio haciendo que automaticamente la tomara con mi mano.

Algo cansada de la situación y del encierro tome un baño.

El agua caliente comenzo a mojar mi cuerpo, relajando cada uno de mis musculos. No podia dejsr pensar en Alessandro, en si estaba haciendo algo pars venir a rescatarme. Yo sabia que el compromiso entre ambos era meramente una cuestion de negocios, sabia que la unica enamorada de la relacion era yo, pero estaba segura que habia algo de cariño y que no me dejaria a la suerte de este ruso. Al igual que mi padre, sabia la forma de planear de mi padre sabia que se tomaria su tiempo para hacer las cosas bien y triunfar en el cometido, esperando que yo tambien hiciera mi parte. Y es que yo estaba haciendo mi parte pero no me estaba entregando totalmente, me sentia cansada, abrumada, todos los dias sentía angustia. Lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas las cuales se mezclaban con el agua de la ducha.

— Todo saldrá bien, todo saldrá bien. No tiene porque salir mal — Me alente a mi misma.

Al salir enrolle mi cuerpo con una gran toalla y tome la ropa interior que habia lavado hace unos minutos. Sabia que el ruso no me daria mas que este conjunto de ropa interior ni tampoco otro jean o remera así que debia arreglármelas cómo podía.

Coloque la ropa interior y me cambie nuevamente con la ropa que utilice los uñtimos dias. Un frío viento vino desde afuera casi congelándome, comencé a buscar abrigos en los muebles de la habitación encontrando una sudadera gris, que por el tamaño podia jurar que era de Nikolay. Sin importar que fuera a decirme me la coloque sintiendo como el olor del ruso se hacia presente.

Un golpe se hizo presente al otro lado de la puerta, la cual se abrio dejando ver a una señora con una bandeja con el desayuno. Esta me sonrio y se retiro sin mas.

— Apurate, tienes que trabajar — Dijo uno de los hombres mas cercanos de Nikolay.

Limpie mi boca y este coloco unas esposas en mis muñecas. Salimos de la habitacion siendo seguidos por tres hombres. A veces creia que era totalmente exagerado no es como si yo pudiera hacer algo que peligre la vida de la gente que se encontraba en esta mansion por tanto la sobreproteccion era innecesaria. Llegamos al despacho de Nikolay y al ingresar me quitaron las esposas, cuatro hombres se quedaron conmigo controlandome mientras yo me proponia a hacer mi trabajo.

Comence a terminar uno de los codigos que me permitiria comunicarme con mi padre mientras al mismo tiempo investigaba como lograr confirmar que los marroquies estaban tras de Nikolay.

Sabia que tenia que buscar como liberarme de toda esta gente, pero a su ves tenia que entregarle esto a Nikolay o era mujer muerta.

— Mary tráeme un cafe — Oi la voz de Nikolay del otro lado.

Ignorando que posiblemente vendría a su despacho continue con mi trabajo. Se oyó el ruido de la puerta abriéndose seguido de un suspiro. Levante mi mirada viendo a un Nikolay con un saco, el cual quito quedando en tal solo una camisa la cual desabotono y luego enrollo las mangas dejando ver parte de sus antebrazos. Seguido de esto romo un vaso al cual le coloco whiskey para luego terminárselo de un sorbo.

Madre santa, podia entender perfectamente porque era uno de los hombres mas codiciados de la mafia.

Tratando de sacar esas ideas de mi cabeza decidí continuar con mi trabajo.

— ¿Tu que haces aquí? — Oi su gruesa voz y pasos dirigiéndose hacia mi.

— El trabajo que tu no eres capaz de hacer.

Nikolay hizo un movimiento con su cabeza para que estos salieran dejándonos solos.

— ¿Tienes noticias sobre eso?

— Aun no. Estoy tratando de descifrar la IP para así poder saber desde donde viene — Note la posición incomoda en la que se encontraba y no se me ocurrió mejor idea que dejarle un lugar en aquella gran silla en la que estaba. Y para mi suerte el ruso tomo asiento a mi lado. Su perfume inundo mis fosas nasales haciéndome desfallecer. — Por ahora solo puedo asegurarte que se trata sobre los marroquíes. Si observas bien utilizan una codificación muy peculiar y especifica. Tómalo como una firma, un sello. De alguna manera ellos quieren que sepas que están tras de ti —Explique tratando de no demostrar los nervios que me generaban su mirada penetrante — Como se que necesitas información concreta, intentare de buscar la manera de encontrar algo que confirme que si se trata sobre ellos.

— No sabia que tenias la capacidad de usar tu cerebro .

Estúpido.

— ¿Siempre eres así de odioso o depende el día?

— Contigo siempre.

Un silencio invadió la sala. Debía aprovechar este momento y preguntarle sobre mi familia.

— ¿Tienes noticias de mi familia?

Nikolay me miro algo incrédulo y me sentí una niña pequeña pidiendo por un juguete.

— No, no las tengo. ¿Por que lo preguntas? — Algo en mi se removió, la desesperanza que sentía era cada vez mas grande. — En cuatro días tengo que volver a comunicarme con ellos para ver si prefieren los terrenos o te prefieren a ti.

Rodee mis ojos. No se que pretendía al decirme aquello, evidentemente quería hacerme sentir peor de lo que ya me sentía.

— Eres desgastante — Una carcajada se escapó de sus labios mientras miraba — Solo te limitas a tirar comentarios de mierda. A veces siento que hablo con un adolescente de quince años que busca lastimar con palabras. Madura ruso.

— Italiana me da absolutamente igual si mis palabras te lastiman o no, no es algo a lo que le preste atención. No creas que tienes ese nivel de impacto como para que yo me vea influenciado por lo que puedes sentir.

— Y es que veo claro que no desarrollaste la capacidad de relacionarte con otros seres humanos mas que solo para golpearlos, maltratarlos o asesinarlos. Es absolutamente normal que no te interese nada de lo que otros puedan sentir.

Ya mo tenia ganas de seguir discutiendo, quería salir de ahi y estar absolutamente sola.

— ¿Se supone que debo sentirme mal por lo que me estas diciendo?

—Me da absolutamente igual como te sientas — Me acerque a el para tomar mi abrigo, pero este agarro mi muñeca y me pego a su cuerpo.

— En ningún momento te dije que te fueras, ve a terminar tu puto trabajo si no quieres terminar con un disparo en el centro de la frente.

— Me dan absolutamente igual tu y tus amenazas, si quieres matarme hazlo de una buena vez y deja de dar tantas vueltas.

Nikolay dejo el vaso a un lado y rodeo mi cuerpo haciendo que quedar entre el y el mueble.

— ¿Entonces te da absolutamente igual lo que haga contigo? — Su cuerpo se pego al mío. Mentiría si dijera que no estaba sintiendo nada, tenía unos nervios de los mil demonios.

— ¿Que haces? — Dije con voz entrecortada — Deja que me vaya.

Con sus manos tomo mi cintura sentándome en aquel mueble. Nikolay abrió mis piernas y se coloco entre ellas. Quería reaccionar pero no podia, me golpeaba mentalmente por sentirme así con el. Con una de sus manos tomo mi pierna mientras la acariciaba.

— Suéltame — Hable entrecortado pero Nikolay solo sonrió.

Era apuesto, era el hombre mas lindo que había visto en mi corta vida.

Poco a poco su mano se acercaba mas a mi zona intima.

— Cuando te digo que hagas algo lo haces sin chistar ¿Esta claro? — Mi cabeza asintió casi de manera automáticamente.

¿Que coño estoy haciendo? Jesucristo sálvame

Los labios de Nikolay atraparon mi cuello dejando pequeños besos. El olor de su perfume era adictivo. Mi boca solo se limitaba a largar suspiros disfrutando como su boca se posaba en mi cuello y como si no bastara con eso Nikolay se pego a mi dejándome notar su erección a la misma vez que mordía mi cuello. Un gemido salió de mi boca y me desconocí.

¿Que rayos estaba haciendo?

Sentía la sonrisa de Nikolay sobre mi cuello, el cual continuo con sus besos bajando hacia mis clavículas. Decidida a disfrutar aquello cerré mis ojos y tire mi cabeza hacia atrás pero casi a los segundos Nikolay se alejo de mi.

— Espero que hayas entendido que quieras o no aquí haces lo que yo quiero.

Abrí mis ojos sin entender. El calor se hizo presente en mis mejillas, estaba muerta de la vergüenza. Maldito.

— Muy mal que te entregaras de esa manera a tu secuestrador pequeña Bambi — Dijo como si fuera divertido— ¿Que diría Alessandro si te viera en esta situación? Tu prometido Bambi. Ver como la mujer de su vida espera ser follada por su secuestrador.

Casi sin creer lo que estaba escuchando, este hombre nunca dejaba de ser un insensible. Tome un vaso que se encontraba a mi lado y lo lancé hacia su cabeza pero este se estrello contra la pared.

Un vaso voló hacia mi cabeza golpeando con la pared y partiéndose en mil pedazos.

— Eres un gilipollas, un maldito cerdo — Dije acercándome a dl— Ya quisieras verme deseándote, pero no hay nada que me de mas asco que tu.

— No parecía eso hace tan solo unos segundos detrás.

— Sea de esa manera o no, es a lo máximo que llegaras.

¿Que carajos estaba diciendo? Si quería dejar en claro que no producía nada en mi no lo estaba logrando.

Dispuesta a no volver a relacionarme con el me dirigí hacia la puerta y tire de esta esperando abrirla, pero se encontraba con llave.

Mierda, mierda y mas mierda. Justo ahora.

Nikolay se acerco a mi por detrás tomándome de la cintura y pegándome a el.

¿Que era lo que quería lograr?

Finalmente abrió la puerta dejándome salir

— Primero las damas — Rio y solo quería golpearlo hasta que fuera irreconocible — Y compórtate si no quieres terminar de nuevo en el calabozo.

Tenia que aguantarme sus juegos, andar trabajando como si fuera su empleada siendo que me había secuestrado, aguantar sus maltratos y golpes. Y como si fuera poco aguantar sus amenazas de que debía comportarme, todo parecía divertirle. Sin nada de paciencia me dispuse a abofetearle pero el ruso fue mas rápido tomando mi muñeca y apretándola haciendo que doliera.

— No me vuelvas a tocar en tu vida — Dije viendo que no quitaba su mirada divertida.

Salí de aquel lugar esperando que colocaran las esposas y me llevaran hasta mi habitación.

No quería ver a nadie, no quería hablar con nadie. Me sentía humillada, sola. Quería desaparecer. Quería salir de aquí e irme a un lugar donde nunca nadie pudiera encontrarme.

Nikolay Mogilevich

Bambi Petrucci

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