EMOCIÓN.

**** Thomas ****

Al ver sus negativas antes mis propuestas, no me deja de otra que jugarme el todo, aunque no consiga mi propósito, se que una sonrisa puedo sacarle, de eso estoy seguro.

- "¿ Qué haces?, no me digas que estás pensando en mi".- bromeo, aunque en el fondo desearía que así fuera.

- "Que narcisista eres, no todo gira a tu entorno".- responde contundentemente.

Se que voy muy rápido, pero no lo quiero meditar mucho, no me quiero desgastarme en una lucha sin sentido

-" Ja, ja, ja, de pronto soy un soñador y me gusta aferrarme a las nulas posibilidades, creo que es lo bueno de ser humano".

- "Quizás y tengas razón, pero eso no es certeza y más cuando se trata de alguien tan de..".- deja las palabras al aire.

Al tener muy en claro que esto no se puede quedar así, busco su número y la llamo, quiero escuchar su voz. Al primer intento responde, permitiéndome entender que también estaba ansiosa.

- Hola.- digo con voz aguda.

- Hola.- responde agitada.

- Ahora si me dirás soy tan que.. porque juro que si no me lo aclaras podría creer que soy tan guapo, sexi, irresistible y buen besador, tú decides.- digo con una sonrisa de oreja a oreja, la cual quiere atravesar el teléfono.

- Tienes el ego muy alto.- exclama. Tan directa como siempre.

- Es que tengo que serlo o dime si de otra manera puedo atraer tu atención, aunque en parte no miento, dime mi pequeña Rojita.- me sincero.

- T..tu.- tartamudea, supongo que no se lo esperaba.

- Ja, ja, ja, no estés nerviosa, porque este solo es el inicio, porque soy más descarado y pervertido de lo que crees.- afirmo, dejándola salir mi otra faceta.- Tu solo esta abierta para todo lo que suceda y te de.

- Eres un idiota, no te lo han dicho.- esquiva el tema.

- No, pero me alegra que me lo digas. Sabes, este idiota te quiere ver.- confieso.

Me muero por probar sus labios de nuevo.

- Es imposible.- dicen cortantemente, dejándome ver que no está abierta a las negociaciones.

- Lo sé y eso me pesa... Mmm, puede que suene como una locura, pero podrías llegar más temprano mañana.- propongo sabiendo que posiblemente será rechazado.

- No se, lo pensare.- dice, creandome expectativas.

- Dale, nos vemos mañana, Have sweet dreams, Red . (que tengas dulces sueños, rojita).- me despido con pesar de ella.

- Your equal, rest. (tu igual, descansa)

Feliz empiezo a acariciar a Zeus, el cual fue testigo de esta candente conversación. Creo que esta arroz se está cocinando muy bien

...****************...

Al día siguiente muy temprano en la madrugada, me empiezo a alistar, esa maldita ansiedad de verla no me permitió descansar, siempre estuve pensando en ella y en sus labios, no quiero ni imaginar como estaré cuando sea completamente mía, Vivían esta sacando ese lado posesivo e inmaduro que pensé que no tenía, mi lema siempre ha sido la razón antes que el corazón o amor. No obstante, todo se está yendo a la mierda, pero lo que me preocupa es que aún no tenemos nada. No se que debo hacer, pero tengo que aferrarla a mi, solo así estaré seguro y tranquilo.

A paso firme y confiando que mi vestimenta la impresionará hoy, me adentro en la oficina, lugar donde espero ansiosamente su llegada. Si, se que no me dio certeza, pero algo me dice que si vendrá.

Inquieto miro el reloj, una y otra vez, deseando que el tiempo pase rápidamente para verla, pero por más que espere nunca llega ese momento. Decepcionado y desilusionado intento tomar mis cosas y marcharme, cuando de pronto su figura se atraviesa frente a mi y me lo impide. Supongo que mis esperanzas aún no están perdidas del todo.

- Hola.- dice con voz agitada y cansada.

- Hola.- respondo, como el hombre más feliz del mundo.- Creí que no venías.- le reclamo a pesar de mi alegría

- El tráfico no es bueno de mañana y menos en invierno.- se empieza a explicar, lo que me conmueve.

Realmente soy un estúpido, la cité a una hora y se me olvido que ella no tiene carro, estaba haciendo un show por nada.

- Gracias por estar aquí.- digo, atrayendola a mi.- pensé que realmente no vendrías.- me sigo quejando.

- La verdad lo dudé y aun no se que hago aqui, pero creo que ya hemos cruzado esa linea.- se sincera, dejándome estupefacto.

Realmente no se que esperar de ella.

- T..tú de verdad eres terrible, solo haces que mis ganas de caer en desgracia incrementen, definitivamente no puedo contigo.- hago un puchero.

- Tal vez, creo que estamos. man..- no permito que finalice, ya que robo sus labios.

Quiero perderme en su delicioso sabor, quiero que todo desaparezca y que lo único que importe seamos los dos, aunque me cueste aceptar por ella he caído, solo espero que sus sentimientos no sea como el sol, que desaparecer como el anochecer, porque le estoy entregando más de lo que cree.

Adentrándonos en esta emoción la tomo de la cintura y la guio hasta el escritorio, donde le quito su enorme abrigo y bufanda, para después reposarla con mucho cuidado en este, mientras la devoro con la mirada. Es como si estuviese a la vista un exquisito manjar.

- Puedo tomar esto como que ya tengo tu atención Vivían.- sentenció muy cerca de su oído, colocándole nerviosa.- Los ratones te comieron la lengua.- me burlo, es tan linda sonrojada.

- En parte te equivocas, mi atención solo es mía, por eso no exijas más de lo que no puedo darte, Thomas. El futuro ya lo dictaminara..- declara, dejándome helado.

Ella es muy madura y esta dejándome muy en claro su limites, pero es mucho mejor así. No me gusta andar con rodeos.

- Lo que digas, acataré cualquiera orden sin rechistar, me haces feliz, rojita.- Determinó, besando todo su rostro.

Dicho eso, vuelvo a saborear sus labios, mientras me meto entre sus piernas, permitiendo que la temperatura suba y nuestros cuerpos ansíen el toque del otro. Desesperado, empiezo a deslizar mi boca por su cuello, mientras ella suspira y se estremece. Encantado por este mágico momento intensifico mis movientos, en este instante mi unica meta es hacerla gozar sin importar el lugar. Creo que el deseo ha nublado mis sentidos.

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