LAGRIMAS.

**** Thomas ****

Soy consciente que no estoy actuando de la mejor manera, nunca debí aprovecharme de mis influencias para obligarla a estar a mi lado, supongo que en parte las palabras de mi buen amigo eran ciertas, la fuerza solamente trae más resistencia, pero no podía hacer como si nada hubiese pasado nada, tiene una vida que deslumbrar.

En Vivían, visualice ese niño puro que un día tuve, con mil sueños y anhelos, que a la larga se convirtieron en mis pesadillas y miedos, a veces no sé logra todo lo que sé propone y ahora me queda claro. Verla derrumbarse de esa manera, agitó mi ser, lo cual provocó que me diese de cuenta mi grave error.

Le coloqué una cuerda en su cuello, la cual se aprieta con el paso del tiempo, quise compensar mis esperanzas frustradas en ella, quizás soy el peor de todo sus males. Sabiendo, que lo mínimo que puedo hacer para limpiar mi culpa es disculparme, así lo hago, gesto que es claramente mal recibido, una cosa si es cierta ella, no me soporta y sus razones tiene.

A punto de decirle algo, visualizo sus ojos rojos, por más que trate de disimular que nada ha pasado esas dos hermosas esmeraldas son testigo de ello, con el impulso de frotarlos y decirle que no llore más, la dejo marchar. Simplemente, un sentimiento desconocido golpea mi mente, haciendo sentir vulnerable e intranquilo, porque en el fondo se que esto lo he provocado yo.

Sin poder sacar esa escena de mi cabeza, me traslado a mi hogar, sitio donde empiezo a contarle todo a mi compañero (Zeus), buscando consuelo, pero solo recibo ladridos juzgatorios, dejándome en claro su postura. Derrotado, miro el techo, preguntándome como diablos solucionaré esto. Como si la respuesta fuera a llegar a mi cierro los ojos. Como me gustaría tener poderes divino y encontrar lo que me ahoga solo espero aclarar mi mente.

Al día siguiente, muy molesto con la vida misma y con una pesadumbre en todo mi ser, me levanto y empiezo a realizar mis actividades matutinas, ignorando el hecho de que me sienta como una mierda y que parezca que un camión me hubiese atropellado, pero es que debía callar mi mente y dejar de cuestionarme tanto y el ejercicio es la unica manera posible. Sé que la vida es incontrolable y por más que me esmere para que todo funcione bien, las cosas siempre se van a complicar, demostrando lo insignificantes que somos en este inmenso universo, pero no significa que deba conformarme con eso. Siempre he ido en contra del sistema y esta ocasión no será distinto.

- Hoy lo vamos a lograr.- me doy ánimos. Siempre unas palabras motivaciones puede cambiar todo.

Con mejor semblante tomo mis cosas y me dirijo a la universidad no si antes serciorarme que todo quede a la perfección para mi fiel compañero, por más dilemas que tenga no puedo faltar a mi trabajo, ese sería una falta para mi ética, amo lo que hago y no lo cambiaría por nada. Determinado a que sea un buen día, empiezo a impartir mis clases con ánimo y entusiasmos, por hay dicen que eres lo que refleja y eso espero lograr el día de hoy.

Cuando estoy a punto de finalizar mi mirada recae en ella, la cual solo me devuelve la mirada, haciendo que me equivoque en lo que estoy diciendo, obligándome a reaccionar rápidamente rompo el contacto visual y me concentro en mis apuntes, hoy mis instintos están a flor de piel.

Con todos ya retirándose, tomo asiento para descansar un poco, cuando una hermosa nube roja llega a mí y me roba un suspiro, confundiéndome.

- Hola.- dice con poca emoción.

- Hola.- respondo aún aturdido.

Quizás me va a decir que renuncia a nuestro proyecto, que ya no tolera más mi presencia, que quiere vivir.

- Hoy vamos a tener encuentro?.- me pregunta, explotando mi cabeza.

¿Esto esta sucediendo?, Es que no es normal verla tan sumisa y amistosa, creo que se le zafó un tornillo o le lavaron el cerebro.

- Si, pero si tienes algún inconveniente lo podemos aplazar, también mereces descansar.- afirmo, aun sin salir de mi estado de limbo.

- No es eso, solo quería asegurarme y …- pausas sus palabras, es como si no le gustase loq ue estapor sair de sus labios.- pedirle disculpa, mi actitud no ha sido la mejor, me porté demasiado grosera ayer, usted es mi profesor y lo mínimo que puedo hacer es mostrarle respeto, lo siento.- se sincera, dejándome frío.

Sin palabras la miro fijamente, no se ni que decir. Me ha tomado por sorpresa, ¿Serán sinceras o es otro truco más?.

- Cof, creo que el conflicto era mutuo, yo también me excedí y verla usted así, me avergüenza, como dijo, yo soy su profesor y debo ser su ejemplo a seguir y creo que no lo he hecho, de nuevo le pido disculpas.- también cedo con cautela, no se que esperar ya.

Ser terco no solucionará nada, el ego solo genera más discordia y considero que hemos llegado a un grado de nuestra vida que es lo último que queremos, porque una vida así sería una condena, que ningún ser humano merece vivir y más cuando tiene que verse las caras casi a diario.

- Supongo que ya todo esta solucionado.- me mira fijamente, esperando mi aprobación a sus palabras.

- Totalmente, espero y nos podamos llevar bien.- afirmo seguro, mientras no despego mi mirada, solo espero que este sea el inicio de una armoniosa relación.

Cada vez que contemplo su dos hermosas perlas me pierdo, es como si recibiera un mensaje del destino a través de ellas. Simplemente, me es imposible ignorarlos, como puede haber tantos sentimientos en ellos, definitivamente ella parece surreal.

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