MAS CERCA.

Obligándonos a reaccionar nos separamos y volvemos a nuestras antiguas posiciones, para después conducir a rumbo a su casa, bajo sus instrucciones. Aunque esta mocosa sea muy linda y un espectáculo de ver, debo recordar que esta loca y es un peligro total, lo último que deseo es problemas y dolores de cabeza.

Determinado a que esto solo será algo académico, me dirijo a mi hogar, con la finalidad de descansar y desestresarme, pero a mi mente seme viene un recuerdo suyo, si no supiera el odio que me tiene podría decir que su rostro sonrojado fue de vergüenza, que en vez de molestia, ella va a acabar con mi paz mental.

No voy a negar que sentí atracción cuando la miré por primera vez, sus ojos tienden a cautivarme y hacerme sentir en calma, es como si un inmenso mar me abrazara y me librará de mis pesadillas. Es como la primera brisa cálida de la primavera que anuncia su llegada, pero que se puede tornar como la más fría brisa de invierno, lo mejor es guardar cierta distancia.

- Creo que he comenzado a perder la cabeza, Zeus.- me río de mi propia idiotez.

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Los días pasan y nuestros encuentros se vuelven más armoniosos y recurrentes, es como si algo hubiese cambiado desde ese día. Aun recuerdo vívidamente el día que me devolvió la bufanda, estaba tan apenada y sin palabras que solo se me quedó viendome con una mirada profunda y confusa, consternandome. Supongo que ya salí de la lista negra y ahora pase a la azul.

- ¿Qué te da a entender esta párrafo?.- pregunto, acercándome a su lado.

- Un amor deseado e imposible.- Afirma sin titubear. Es como si fuera una experta.

- ¿Segura?.- abro mis ojos, con la intención de hacerla dudar.

- Sí, es claro que por más que se amen y luchen por terminar juntos, no lo lograrán. La sociedad es muy fuerte y arriesgar todo por algo muy fugaz, no se si lo valdrá. En un extremo tenemos sus familias y sueños, toda la vida que han construido paso a paso, mientras que en el otro un sentimiento y una persona, ¿es justo hacer tanto sacrificio y daño?.- me contesta, dejándome impactado.

- Pero tendrán su felicidad, algo que no tiene precio, ¿te gustaría vivir para ti o para ellos?.-contraatacó.

Como si hubiese dado en el clavo, me mira. Es como si nunca hubiese pensado en eso. Luego de muchos segundos en silencio, me habla.

- ¿Y que estaría usted dispuesto hacer Señor Adams?.- pregunta tomándome desprevenido.

¿Cuando fue que los papeles se cambiaron?. Sin embargo, es una respuesta que tengo muy en claro.

- Si es por esa persona que he estado esperando toda mi vida, haría cualquiera cosa, si es necesario daría mi alma. Cuando se ama no se mide.- declaró, como si fuera lo absoluto.

- Y usted ya lo ha hecho?.- sigue cuestionando.

Riéndome ante tal situación, decido responderle, quiero saciar toda su curiosidad.

- No, pero se que me llegará el momento, quizás sea mañana, en una semana o años, los tiempos de Dios son perfectos, solo debes saber esperarlos.- confieso, aunque el amor signifique debilidad, también significa fuerza y calidez.

- Que profundas palabras.- murmura, haciéndome explotar en una carcajada.

- Y tú?.- la interrogó interesado.

Antes fue su turno y ahora me toca a mi.

- No se, digamos que no pienso lo mismo que usted, amar significa entrega y no se si sea capaz de hacerlo, no me gustaría perderme por complementar a otro.- afirma, dejándome pasmado.

¿Qué la lleva a decir tal barbaridad?. Sabiendo que no puedo dejar que este pensamiento negativo siga rondando en su mente, me acerco más a ella, arrinconándola.

- Y si no es perder sino sumar, que pensarías de ello.- susurro muy cerca ella.

- N..no entiendo.- tratamudea muy nerviosa.

- Ay mocosa, no te hagas la inocente que no lo eres, digamos que no soy profesor, soy un chico que se te acerca con intenciones muy clara, digamos que fue amor a primera vista y te ofrece todo lo que quieres o has buscado, ¿que dirias?- sigo murmurando, tratando de hacerla entender.

- ¿Y qué con eso? a la larga no ganaria nada, el amor es limitado y efímero.- dice sin importancia, rompiendo toda mi inspiración, que condenada.

- Es en serio que lo preguntas, no juegues con palabras que te pueden hacer llora, uno se puede quemar, mejor paremos esta conversacion aqui.- le señalo, no quiero descontrolarme y hacerla ver que se equivoca.

Es la primera vez en mi vida, que siento esa necesidad de hacerla tragar sus palabras, no aguanta tan brutalidad junta.

- ¿Por que?.- se sigue haciéndose la blanca paloma.

- Rojita es mejor que cuides lo que sale de tu boca, porque un día de estos te vas a meter en problemas y quedar frente a todos como una ignorante- le advierto.

Con esto ya dicho, nuestras respiraciones se empiezan a dificultar y a pesar, es como si mágicamente el aire hubiese desaparecido. Cuando me encuentro por perder la noción y hacer algo que realmente estúpido por la maldita atmósfera me alejo rápidamente de ella. Es mejor quedar con lo que no fue que lamentar.

- Creo que ya por hoy estuvo bien, te puede retirar.- digo, dándole la espalda.

No tengo el valor para verla, después de esa locura, prácticamente traicioné todos mis ideales por un momento de confusión.

- Entiendo.- responde, tomando sus cosas con intenciones de marcharse.

No sé si escucho es decepción o desilusión en sus palabras, es como si esperara algo, lo cual me hace dudar si estuvo bien dejar eso así. Sin meditarlo mucho y queriendo comprobarlo, me desplazo rápidamente a ella y la tomo del brazo, atrayéndola a mi, lo que cause que nuestros cuerpos choquen y queden muy cerca. Realmente he perdido la cordura.

- ¿Ahora lo entiendes?.- pregunto sin saber porque lo dije.

- No.- dice mirándome fijamente, confunsa por mi pregunta.

- Los instintos Vivían, es lo más parecido al amor, es esa impulsividad.- le devuelvo la intensidad. Sin saber que hacer o arreglar mi cagada. - ¿Me odias?.- digo, reprediendome en el instante.

Es como si su respuesta fuerá el detonante para mi posteriores acciones, necesito saber si tanto le mortifico. Donde llegue a decir que si, me alejare finalizando esto como nuestro último encuentro. No voy a retener a alguien que le fastidio.

- No.- no lo duda ni un segundo, es como si lo tuviera muy claro

- ¿Por qué te comportas como si lo hicieras?.- la obligo a mirarme, mientras la devoro con la mirada.

Me dice una cosa, pero su actitud demuestra otra o es quelo estoy sobrepasando demasiado

- ¿Y usted porque me trata como si le fastidiara?- responde mi pregunta con una pregunta.

Muy inteligente la condenada.

- Nunca ha sido así.- me sincero.

Puede que su impresión no haya sido muy buena, pero no significa que ya la haya catalogado como algo malo. Nunca se puede juzgar un libro por su portada.

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