Familia Saviano

Francisca

Salgo del dormitorio del Jet después de cambiarme de ropa y de maquillarme. Tuve que usar base y corrector para cubrir el enorme moretón. Inés me sigue envuelta en un hermoso vestido plateado, que resalta sus atributos.

Camino hacia Dante, quien no aparta los ojos de mí. Sonrío. Supongo que el vestido color ciruela que se ciñe a mis curvas fue el correcto.

Me siento a su lado y me coloco el cinturón. Estamos a minutos de aterrizar.

–Estás jugando un juego muy peligroso, nena –masculla en mi oído, logrando que toda mi piel se erice.

–No tengo miedo a jugar porque siempre gano –devuelvo.

Gruñe antes de mirar a Inés y sonreírle como papá lo hacía.

–Te ves preciosa. Creo que tendré que contratar seguridad extra para protegerte de miradas solapadas.

Inés sonríe y su rostro se ilumina.

–Por favor dime que tienes un hermano –dice mi hermana haciendo un mohín–. No es justo que mi hermana te haya hechizado primero.

–¡Inés! –le reclamo.

–Tengo un hermano. Pero harías bien en mantenerte alejada de él. Stefano no es el hombre para una chica como tú, créeme.

–¿Por qué no? –pregunta mi hermana interesada.

–Porque no –responde sin dar más explicaciones.

–No es justo –se queja Inés haciendo reír a Dante.

Por el altavoz escuchamos la voz del piloto que anuncia que comenzamos a descender.

Me aferro a la mano de Dante. Odio los aterrizajes.

Cierro los ojos hasta que siento el brusco golpe cuando el avión toca tierra.

–Ya terminó –susurra Dante.

Suelto su mano y hago una mueca al ver mis uñas marcadas en su piel. Eso debió doler, pero no se quejó ni me apartó en ningún momento. Este hombre está comenzando a meterse bajo mi piel y temo que no sé cómo detenerlo.

Dante se quita el cinturón y se acerca a la azafata.

–Que lleven todo el equipaje a mi casa.

–Como usted diga, señor.

–¿A tu casa? –pregunto cuando vuelve a mi lado–. Pensé que después de la cena volveríamos a México.

–No. Le prometí a Inés que la llevaría a visitar el Central Park –dice guiñándole un ojo a mi hermana.

–Eres el mejor –dice Inés antes de levantarse y coger su cartera.

El piloto anuncia que podemos bajar y eso hacemos.

Fuera hay una VAN esperando por nosotros. Nos subimos y salimos desde uno de los aeropuertos con más seguridad en el mundo sin pasar por migración y sin enseñar nuestros pasaportes. El poder de la ´Ndrangueta es impresionante.

–¿Tienes algún consejo para tratar con tu amigo? –le pregunto a Dante, quien está hablando con mi hermana mientras apunta hacia el horizonte a través de la ventana.

–No mientas. Gabriele tiene un detector de mentiras incorporado.

–¿Por qué mentiría?

Se encoge de hombros. –Es solo una advertencia.

El auto recorre la autopista a toda velocidad mientras yo trato de recordar todo lo que averigüé sobre el Capo de La Camorra.

No debería sentirme nerviosa, pero lo hago. Con Dante las cosas han sido fáciles y a ratos divertidas, pero no sé cómo será Gabriele Saviano. Y odio no saber.

–Tranquila –susurra Dante y toma mi mano–. El trato ya está listo, esto es solo una cena de celebración.

–Y para conocerme.

–Eso también –admite–. Gabriele prefiere el trato directo con sus socios y con sus enemigos también –agrega sin poder evitar sonreír–. Si le caes bien a su esposa tendrás a mi amigo en tus manos. Gabriele confía ciegamente en la hermosa Sofía, y últimamente mira el mundo a través de sus ojos.

–¿Hermosa Sofía? –pregunto molesta.

–Es una belleza, ya la conocerás.

Me cruzo de brazos y miro hacia la ventana, dando por terminada esta conversación. No sé por qué me molesta que llame hermosa a la esposa de su amigo, pero lo hace.

Dante sabe cómo llamar la atención de una mujer e imagino que Sofía no es inmune a sus encantos. Lo miro de reojo y tengo que admitir a regañadientes que se ve muy atractivo. Lleva puesta una camisa negra, sin corbata, y unos pantalones gris oscuro que abrazan sus musculosas piernas.

Suspiro al recordar lo que sentí cuando tuve ese cuerpazo bajo el mío.

–Es aquí –dice cuando el auto entra a un enorme camino con piedras.

Más adelante se alza una enorme casa que deslumbra por su belleza.

La VAN se detiene a unos metros de la puerta de entrada. Bajamos del auto y me obligo a respirar profundamente para calmar mis nervios. Es mi primera reunión importante como Líder del Cártel de Sinaloa.

No puedo fallar.

Un hombre atractivo abre la puerta antes de que toquemos.

Dante ríe. –Y yo pensé que el ansioso era yo.

El hombre de ojos verdes claros responde la sonrisa de Dante con otra. –Sofi escuchó el auto y me envió a recibirlos. Y ya la conoces, no hay nadie que se atreva a ir en contra de ella.

–Nona quizá –responde Dante y ambos ríen–. Mi amigo te presento a Francisca Guzmán y a Inés Guzmán.

–Bienvenidas –nos dice antes de saludarnos–. Al fin podemos reunirnos. Mi nombre es Gabriele Saviano.

–Lo mismo digo –devuelvo en inglés.

Es una suerte que Inés y yo sepamos hablar inglés a la perfección. Fuimos a un colegio donde todas las clases se impartían en ese idioma.

–Adelante –nos pide.

Una hermosa pequeñita se acerca corriendo y se lanza a las piernas del Capo de la Camorra.

–Papi, Leo despertó y tiene hambre.

Gabriele toma en brazos a su hija y besa sus mejillas antes de acomodar un hermoso prendedor en su cabello rubio.

–Tío Dante –saluda estirando sus brazos al hombre que está a mi lado.

Dante sonríe y toma en brazos a la pequeña. –Estás cada día más grande, pequeña.

–Soy más grande que Leo –responde ésta de inmediato–. Ni siquiera sabe caminar.

Gabriele y Dante ríen ante los comentarios de la pequeña.

–Es mi hija. Se llama Mía –me la presenta su orgulloso padre quien la mira con amor y protección.

–Eres muy hermosa –dice Inés y se acerca a la pequeña.

–Lo sé, mamá y papá me lo dicen siempre –responde haciendo reír a mi hermana y a todos.

–Por favor acompáñenme al comedor. La cena será servida en cinco minutos.

Los sigo mirando todo a mi alrededor. Es una casa preciosa.

Dante deja a Mía en el suelo y ésta corre hacia la hermosa mujer que está sentada en el comedor, quién le está dando de mamar a un bebé.

–Mami ya llegaron –dice la pequeña dando pequeños saltos.

La hermosa mujer le sonríe a su hija antes de mirar a Gabriele.

–Despertó antes de lo previsto –le dice a su esposo con una hermosa sonrisa.

–Así veo –devuelve éste, quien cubre a su mujer mientras ésta se acomoda su vestido cuando el bebé termina de mamar–. Mi amor, te presento a Francisca e Inés Guzmán, herederas del Cártel de Sinaloa.

La mujer le entrega el bebé a su marido y camina hacia nosotras envuelta en un hermoso vestido negro con lunares blancos, igual al que viste la pequeñita. Su cabello, lleno de rizos negros, está suelto y envuelve su hermoso rostro de muñeca.

–Bienvenidas –nos dice con una sonrisa–. Tenía muchas ganas de conocerlas. Y tú –añade apuntando a Dante–. Te demoraste demasiado en traerlas.

Dante abraza a la hermosa chica. –Ya sabes que me gusta tomarme mi tiempo –dice y luego se acerca a Gabriele y le quita el bebé–. Al fin nos conocemos, ahijado –agrega con voz dulce.

Ay, Dios, mi corazón late a toda fuerza al ver a Dante con un bebé en brazos.

–Puedes sentir como tu útero late mirando eso –susurra Inés en español–. Que suerte tienes –añade antes de recibir una copa que le entrega Gabriele.

–Creo que tenemos algo por lo que brindar –dice el Capo mientras me entrega una copa a mí y a su esposa–. Solo un sorbo, mi amor –le dice.

–Lo sé –responde ésta poniendo los ojos en blanco–. Es un fastidio a veces, pero lo amo –me dice en mi oído–. Soy Sofía Saviano por cierto.

Me relajo de inmediato a su lado. Sofía tiene algo que me hace sentir cómoda y en casa.

–Por esta nueva sociedad –dice Gabriele levantando su copa y todos hacemos lo mismo.

El sabor del Champagne inunda mis pupilas gustativas y no puedo evitar suspirar.

Sofía gime y luego se queja. –Maldita sea, está deliciosa –dice y bebe un trago más antes de dejarla sobre la mesa–. Es una lástima –agrega haciendo un mohín en mi dirección.

Sonrío. –Vale la pena –digo mirando al bebé que está en los enormes brazos de su padrino–. Gracias por recibirnos en tu casa.

Sus ojos se iluminan con entusiasmo. –Debes contarme todo sobre el Chapo Guzmán –pide dando pequeños saltos igual que su hija lo hizo hace unos minutos.

–¿Por dónde empiezo? –pregunto entusiasmada también. Su humor es contagioso.

–Por el principio –responde Sofía llevándome a sentarme a su lado.

Me relajo y le cuento la historia de mi tío, la vergüenza y la oveja negra del clan Guzmán.

Más populares

Comments

ved'ma

ved'ma

en culiacan casi tiene un altar el hombre a pesar que esta preso

2024-05-03

2

Momys.rub

Momys.rub

Q encuentro!!!!
Una buchona líder y unan esposa linda y fiera!! 3 lokilas !

2024-03-15

2

Cinzia Cantú

Cinzia Cantú

Un encuentro muy especial

2024-02-25

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play