Gilberto se enamoró cada vez más de Mariângela, una mujer correcta y fiel a sus ideas y convicciones.
Se quedaron un poco más en la sala, pero ahora se abrazaron, se quedaron dormidos y Gilberto en cierto momento despertó y miró la hora en el reloj, que marcaba poco más de las once de la noche.
- Mariângela, amor, creo que dormimos aquí en el sofá de la sala.
Mariângela abre los ojos y, todavía medio dormida, se da cuenta de que sigue sentada en el sofá, se frota ligeramente los ojos cansados:
- Claro que dormimos aquí Gilberto, vamos a la habitación.
Suben las escaleras y van primero a la habitación de Bryan, quien está durmiendo con Baltho en la cama y Judit en su cama, todo está muy tranquilo y él se despide de su amada con un beso en los labios, todavía se toman de la mano por un rato. Mientras hasta que lentamente cada uno comienza a caminar hacia su habitación y sus manos poco a poco van soltando el agarre.
Él va a su habitación y ella va a la de ella y se apoyan en la puerta en caso de que Bryan necesite algo para entrar y despertarlos.
En su habitación, después de un agradable baño relajante, Gilberto se encuentra pensando que cada vez es más difícil salir con Mariângela sin tocarla más íntimamente.
"No puedo ahogarme aquí, tengo un hijo y Mariângela quiere seguir la tradición y él admira eso de ella. Si ella quiere seguir la tradición, no soy yo quien matará su sueño".
Se acuesta en la cama y pensando en ella duerme profundamente.
Mariângela se pierde en sus pensamientos:
"Gilberto es un hombre maravilloso y sus besos me hacen temblar las rodillas, pero si queremos estar juntos tenemos que hacerlo bien, no podemos apresurar las cosas, especialmente por Bryan, él siempre es lo primero".
Acostada en la cama, abraza al osito que él le regaló.
"Hoy eres mi compañero, pero en el futuro la persona a la que abrazaré hasta dormir será Gilberto".
"Ahí, Gilberto, Gilberto, Gilberto"
Mencionar ese nombre en sus pensamientos la hace quedarse dormida.
Viernes
Bryan se despierta y va directo a la habitación de Mariângela y salta sobre la cama.
- Cariño, ¿qué pasó?
- Nada, es que hoy me levanté muy agitado, mamá.
- Ah, cierto, y ¿dónde está Baltho?
Mientras ella pregunta, Baltho salta sobre la cama y comienza a lamerle la cara.
- Baltho, maldita sea, paremos, protestó Mariângela al perro a quien ni siquiera le importaba lo que decía.
La perra echa toda la cara, ojos, nariz, boca y no se cansa hasta que empieza a reír y toma a Baltho y se lo entrega a Bryan.
- Agárrate a ese cabrón, necesito levantarme.
- Ah, grandullón, Baltho empieza a lamer a Bryan también. El perro estaba feliz porque veía cada día la construcción de los cimientos de una familia que será feliz de por vida.
Mariângela se encarga de lavarse la cara, y cuida toda su higiene, se cambia y va al encuentro de Bryan.
- Querido, ¿tu padre ya se levantó?
- No, intenté despertarlo por todos los medios y él solo roncó más fuerte y se giró hacia el otro lado.
- Entiendo, déjame intentar despertarlo.
Mariângela va a la habitación de Gilberto y lo besa en los labios.
Como en un sueño acompaña el beso.
Y cuando ella va a levantarse, él la toma por la cintura y la tira sobre la cama y empieza a hacerle cosquillas.
Fue divertido, solo ella riendo, él riendo y Bryan, que estaba mirando cerca de la puerta, riendo.
Después de una fuerte carcajada, Gilberto se sienta en la cama:
- Cariño, me desperté cuando Bryan me llamó, me detuve un poco para ver qué hacía mi hijo, para mi sorpresa, te llamó como esperaba.
Mariângela sentada al otro lado de la cama tratando de no reírse. Mira a Gilberto y tiene otro ataque de risa.
- Tranquilo amor, terminarás ahogándote de tanto reír.
- Mamá y yo caminamos en una estafa mayor que tiene que fingir estar durmiendo.
- Entonces Gilberto, realmente me engañaste, dice Mariângela, ya recuperándose de la crisis de risa.
- Ven Bryan, preparemos nuestro café y el de los perros que ya deberían estar en la cocina esperando junto a sus tazones.
Mariângela y Bryan bajan a la cocina mientras Gilberto se prepara para otro viaje al Hoospital, tiene que visitar la habitación de Katy y ver cómo le va anoche y ver a tantos otros niños a los que les gusta el Dr. Gervásio y su perra Lulú.
"Buena idea que mi amigo Uilian le dé al Dr. Gervásio un amigo fiel."
Vestido con su ropa blanca y perfumado, Gilberto mira el traje en el que se guardan los anillos.
"Pronto estarás en el dedo anular derecho de la mujer que amo y un mes después en el izquierdo".
Cierra su armario y baja a la cocina donde le esperan su futura esposa Mariângela y Bryan.
Cuando llegó, Mariângela le sirvió una taza de café y Bryan, que ya había servido comida para los perros, ya estaba en el segundo plato de cereal.
- Papá, ¿vendrás a cenar hoy?
- Lo intentaré, hijo mío, pero es posible.
Gilberto termina su café y besa a Mariângela, ella huele su perfume y le marean las piernas.
- Con cariño Bryan, me tengo que ir, quiero llegar un poco temprano para ver cómo despertará hoy la niña que operé ayer.
- Sí, amor, sí, ella necesita atención y Bryan, el lunes, estamos los dos en su penúltima sesión de quimioterapia.
Bryan le da un abrazo a su padre y él se lo devuelve.
- Hijo, compórtate y obedece a Mariângela.
-Puedes dejarme, padre, obedezco, sí, la amo.
Gilberto sale y se dirige al auto. Comienza otro día y ese día está preparado para salvar muchas vidas.
Mariângela ve que su novio se va y se sienta junto a Bryan a tomar su café después de ese juego de cosquillas que Gilberto jugó con ella, está segura que será muy feliz a su lado.
Ella había ganado el premio gordo, aunque creía que el que los dos permanecieran juntos eran planes de una fuerza mayor, para que juntos criaran a Bryan con mucho amor.
En el hospital, lo primero que hace Gilberto al llegar es visitar a Katy, quien ya está despierta:
- Buenos días, Katy, ¿cómo pasaste la noche aquí en el hospital?
- Me lo pasé muy bien, doctor. Dormí bien, incluso soñé, pero me desperté con mucha hambre.
Gilberto mira su reloj:
- Bueno, querida, ahora son las siete y media y cuando sean las ocho llegará el desayuno y mientras comas bien, mantenerte alimentado e hidratado es importante para tu recuperación, así que bebe mucho líquido.
Gilberto va a hacerse pruebas y le pide permiso a la joven y se descubre las piernas y frota su espinilla en la planta del pie de Kate, quien se echa a reír:
- Doctor, deténgase, siento muy bien mis miembros superiores e inferiores, no se preocupe. Mi madre incluso me ayudaba a ir al baño temprano en la mañana.
- Qué bueno, querida, que sientas que la cirugía para extirpar el tumor fue un éxito.
-Y lo mejor es que no tuve que afeitarme todo el pelo.
- Para tapar el defecto, podría usar una gorra para ocultar el trasero de mono que queda.
Gilberto se rio de la lógica de la joven:
- Bueno, Kate, tengo la intención de darte el alta en quince días para que podamos quitarte los puntos y no tengas que volver solo para quitarlos.
- Está bien, sé que este tiempo es necesario e importante para mi recuperación.
- Si todos mis pacientes fueran así, no tendría que convencerlos de que tomaran la medicación.
- Pues las enfermeras te atenderán y te darán tus medicamentos en el momento adecuado.
- Voy a visitar a otros niños, a pasar un buen rato.
Gilberto sale del cuarto y va de cuarto en cuarto mirando a los niños y al ver que estaban bien, fue a la UCI para ver la situación de la niña que estaba intubada y para su sorpresa no estaba.
- Enfermera al niño que estaba en esa cama donde está.
- Pasó al semi intensivo, el doctor Gilberto ya puede respirar por sí solo y el médico de turno la trasladó hasta allí, por lo que pasará a la habitación, todo dependerá de la evolución de su cuadro en el semi intensivo.
- Gracias por hacérmelo saber, enfermera.
Gilberto sale de la UCI y se dirige a su habitación, hay casos que estudiar, quimioterapias que monitorear y, sobre todo, vidas que salvar.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 106 Episodes
Comments