Alrededor de las dos y media de la tarde seguían hablando en la mesa, la conversación fue tan buena y sana que Mariângela incluso se olvidó del postre, Bryan comió bien y su padre estaba muy contento con eso y su felicidad se notaba en sus ojos.
Fue Bryan quien recordó la ensalada de frutas.
- Mariângela, ya llevamos un rato hablando aquí y estoy esperando el postre que hiciste, esa ensalada de frutas.
- Niño, en realidad está en el refrigerador, con tu permiso iré a buscarlo.
Mariângela se levanta, toma la macedonia de frutas que estaba muy colorida en un bol y la pone sobre la mesa.
- Me resultaba extraño, estos tres tazones de postre correctamente colocados, cada uno con una cuchara al lado. Y lo mejor guardé para el final porque me encantan las ensaladas de frutas. Dijo Gilberto.
"Esta mujer es increíble sin darme cuenta de que acertó con mi postre favorito."
Mariângela se aseguró de servir los platos a todos.
- Bryan probó y aprobó. Esta es la mejor ensalada de frutas que he comido.
Y Gilberto no está en desacuerdo con su hijo:
- Tienes razón Bryan, está realmente delicioso, cuál es el secreto de Mariângela para preparar cosas tan maravillosas.
Suena el teléfono de Gilberto, ya que un médico tiene que mantener su celular a su lado para que si ocurre una emergencia pueda contestar prontamente y en este caso su teléfono está sobre la mesa.
- Ah, es del hospital, tengo que contestar, lo siento.
Se levanta de la mesa mientras Bryan come otro plato de ensalada de frutas.
📱 Dr. Gilberto, aquí está el director del hospital
¿Cómo se cubre un turno esta noche para atender la UCI en el área de oncología?
📱 Por supuesto, ¿a qué hora quieres que llegue?
📱 Ahora mismo, si es posible, ¿tienes con quién dejar a Brian?
"Ahora tengo un ángel maravilloso para cuidar de mi hijo"
📱 Sí, no te preocupes, encontré una niñera maravillosa, Paulo.
📱 Simplemente me voy a dar una ducha y estaré ahí.
📱 Gilberto, si es tan maravillosa como dices y está soltera no te lo pierdas, es difícil encontrar una mujer así.
"De hecho, no tengo la intención de esperar que ella me dé la oportunidad de conocerla un poco más".
📱 Por supuesto que no voy a dejar que esperes ahí, Paulo, solo es hora de darte una ducha y marcharte.
📱 Vale, os espero aquí para el turno, así que hasta luego.
Paulo cuelga la llamada y va a comunicarse con Mariângela y Bryan, normalmente de guardia desde hace meses, llega a casa al mediodía mientras espera que llegue el otro médico para tomar el turno.
- Bryan, me llamaron para un turno en la UCI de oncología del hospital, estarás bien con Mariângela.
El niño le sonríe a su padre:
- Sí, papá, puedes trabajar tranquilo. Mariângela me cuidará muy bien aquí en casa, tengo a Baltho y a Judit para jugar.
- ¿De verdad vas a estar bien, Bryan?
- Sí, papá, si pasa algo ella te avisará, pero no te preocupes, no pasará nada, estoy bien.
Gilberto sale a ducharse y Mariângela ordena con cariño la cocina, al fin y al cabo fue rápido, solo almorzaron tres personas.
-Mariângela, toma una foto de Baltho en mi regazo, pero no me dejes mostrarla, está bien, estoy delgada, pero pronto me crecerá el cabello. La Dra. Aline dijo que solo necesito dos sesiones más de quimioterapia porque mi condición ha progresado bien.
- Claro, querido, vamos a la sala y tomemos la foto aquí en la cocina, ya terminé.
Van a la sala y Bryan toma a Baltho en su regazo, Mariângela toma su celular y toma la foto.
- La foto quedó genial, ¿quieres ver a Bryan?
- Por supuesto, Mariângela.
La mujer se acerca al niño y le muestra la foto.
- Mariângela es perfecta, ¿cuándo me la podrás imprimir? Lo voy a poner en mi habitación en un marco.
- Sí, querido, la imprimí, la foto realmente quedó hermosa.
Gilberto llega a la habitación vestido con ropa blanca sin abrigo, y con su mochila a la espalda.
- Bueno, ahora tengo que irme. Besa la calva de su hijo y le da la mano a Mariângela. Mañana volveré hacia el mediodía.
- Bryan, obedece a Mariângela, te amo.
- Puedes dejar papá, una princesa como ella no tiene forma de desobedecerte, te amo.
Gilberto sube al auto y se dirige al hospital. Tienen en cuenta que Bryan podrá hablar más privadamente con Mariângela si no está en casa y quiere dejarlos a ambos tranquilos.
Mariângela observa a Bryan jugar con Baltho y nota que se sonroja más y sus ojos dicen que está feliz.
Alrededor de las cuatro de la tarde, Bryan se queja:
- Mariângela tengo sueño, ¿puedes leerme un cuento para que pueda tomar una siesta?
- ¿Puedo, querida, a qué hora te llamo para cenar?
- Podrían ser las ocho de la noche para que podamos cenar juntos y jugar un poco más.
Mariângela sube a su habitación con el niño y saca un libro de cuentos infantiles para leer.
Ella le lee una, dos, tres páginas y se da cuenta de que ya estaba dormido, lo cubre con una manta ligera y se dirige a la sala a ver la televisión.
Antes de eso, va a su habitación para ver a July, a quien le encantó la cama que le dieron y todavía está durmiendo.
Mariângela vio las telenovelas de la tarde y acabó dormitando en el sofá, se despertó con Judit lamiendo su mano, normalmente hace esto cuando tiene hambre.
Se levanta y pone en el plato la comida favorita de Judit y mira comer al perro, recuerda a Gilberto y siente las mariposas revolverle el estómago.
"¿Por qué me siento así cuando pienso en Gilberto? Quiero protegerlo a él y a Bryan"
Mariângela ya no se daba cuenta de que se estaba enamorando de Gilberto.
"Por el momento la concentración y la salud de Bryan voy a dejar que las cosas sigan su curso, él es un médico hermoso y viudo y yo soy simplemente una persona común y corriente"
- Veamos qué pasa.
Vuelve a la sala, ve las noticias alrededor de las ocho y tiene que llamar a Bryan para cenar.
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