Mariângela, ¿quién cuidará de mí? Sepan que no me gustan mucho las batas blancas, empiezo a sonar fría y me pongo muy nerviosa.
- Tu padre me dijo, de hecho, si quieres cuidarte, haré un trato contigo: no usaré bata blanca y tú me ayudas, tomando tu medicamento a la hora adecuada, almorzando. Adecuadamente, desayunando y mejorando cada día. ¿Qué opinas Bryan?
El niño piensa un poco y acepta el trato con Mariângela:
- Acepto, pero te prometo que harás mi propia comida, mi padre solo hace caldo de pollo y yo ya no puedo comer caldo de pollo.
- Ja, ja, ja, cierto cariño, no te preocupes, te voy a preparar una dieta rica en frutas, cereales integrales, carne, pescado, huevos, legumbres (frijoles, garbanzos, guisantes, lentejas) y mucha agua y jugos naturales.
- Sí, frijoles, hace tiempo que no como frijoles, ya puedo saborearlos en la boca.
Gilberto vio a Marinagela hablar con su hijo y se encontró pensando:
"Qué misterios tiene esta mujer, es la primera persona dispuesta a hablar con Bryan y él está feliz, lo puedo ver en su cara y sonreír, es una pena perturbar más la conversación..."
- Bryan, veo que te gustó Mariângela, necesito acordar el precio para que ella venga a cuidarte.
- Está bien papá, sé amable con ella, está bien, me gustó mucho. El pequeño toma a Baltho en su regazo y le pregunta:
- Papá, puedo ir a jugar al patio trasero con Baltho.
Gilberto se sorprende con el pedido, Bryan no ha jugado en el patio trasero desde que falleció su madre, incluso tiene miedo de ir allí.
- Oh, claro hijo, sí, te vendrá bien tomar aire hoy, es un lindo día.
El niño sale muy alegre y feliz de jugar en el patio con quien ahora es su mejor amigo.
Mariângela observó que Gilberto estaba un poco avergonzado por el pedido del chico y se atrevió a preguntarle si quería trabajar en la empresa para poder ayudar a Bryan, ella tenía que saberlo todo.
- Giberto Vi que estabas un poco avergonzado por la petición de Bryan de jugar en el patio trasero, incluso puedo notar por tu lenguaje corporal que te sorprendiste. ¿Por qué?
- Observaste bien Mariângela, lo que pasa es que Bryan no juega en el patio desde hace dos años desde que falleció su madre, y me sorprendió el pedido. Muchas cosas han cambiado aquí en casa desde que ayer le enseñé tu foto.
- Oh, estoy feliz de que esté reaccionando a la tristeza y volviendo a ser el niño feliz que era antes de la enfermedad.
- Como sabes, era un niño feliz antes de la leucemia:
- Gilberto, me dijeron sus ojos, su lenguaje corporal cuando corrió y me abrazó, realmente estaba feliz.
"¿Qué mujer es esa, Dios mío, tengo que contratarla para dormir aquí? Quedarme con Bryan 24 horas me ayudará mucho cuando necesite estar de turno en el hospital" "¿Pero cómo puedo convencerla?"
- Mariângela aceptarías si te contratara para dormir y cuidar a Bryan diariamente, necesito a alguien las 24 horas del día.
- Oh, sería un gran honor poder convivir con el chico mañana y noche, pero ¿tienes algún problema?
- ¿Cuál? Tal vez pueda solucionarlo.
- Mi perrita, la madre de Baltho, no puedo dejarla ahí sola.
- Sí, claro, no te preocupes, puedes traerla, se ve que ama a los niños y Baltho no extrañará a su madre.
- ¿Hablas en serio, Gilberto? ¿Realmente puedo traerla?
- Sí, incluso le proporcionaré una casita, para que no se quede en el patio trasero.
- Hay otro problema.
- Vaya, ¿uno más?
- Sí, el problema, dijo Mariângela, jugando con los dedos, es que Judit duerme conmigo en casa, en mi habitación, lo siento.
- No hay problema Mariângela, dejamos de lado la idea de la casita, Judit puede dormir contigo en su habitación y caminar libremente por la casa, que es enorme.
Mariângela se levanta del sofá y lo abraza:
- Gracias Gilberto, eres un hombre maravilloso.
"Dios mío, ¿qué me está pasando? ¡No puedo decirle que no a esta mujer!"
- Bueno, el problema ya está resuelto, que para mí no era un problema de perros, cuidemos tu salario.
- Pago 2.500 quincenales, ¿qué te parece? Sé que cuidar niños puede ser un trabajo duro a pesar de que son tan dulces como Bryan.
- El valor es excelente, estuvimos de acuerdo.
- Bueno, ve a buscar tu ropa y a Judit mientras Bryan y yo ordenamos la habitación de invitados.
- Lo iré a buscar, será rápido y cuando regrese le prepararé algo de comida a Bryan si me lo permites.
- De eso también puedes encargarte, como dijo, está harto del caldo de pollo.
- Muy bien, bienvenida a tu nuevo trabajo Mariângela.
- Gracias Gilberto. Mariângela fue a su auto a buscar algunas cosas de Judit para guardarlas en la casa de Gilberto mientras comenzaba un nuevo ciclo en su vida. Antes de salir con el coche le toca la bocina.
Cuando el auto desaparece de la vista, él entra. Bryan ya está en la habitación:
- Papá, ¿quién tocó la bocina?
- Mariângela hijo, fue a buscar a Judit y algo de ropa, decidimos que ella cuidará de ti 24 nueras al día.
- Papá, ¿dormirá aquí todos los días?
- Sí, hijo, puedo cuidarte y soy médico y muchas veces tengo que trabajar turnos en el hospital con ella aquí, tengo más tranquilidad a la hora de trabajar.
El niño corre hacia su padre y salta a su regazo.
- Gracias papá, te amo.
- Ahora vamos a prepararle la habitación de invitados.
Gilberto y Bryan fueron a ordenar la habitación de invitados para que Mariângela se sintiera como en casa.
Mientras tanto, Mariângela hizo las maletas y no se puso la bata blanca por respeto al niño y porque había hecho un trato con él. Cogió a Judit y las colocó en el asiento trasero del auto y las bolsas en el maletero.
Subió al auto y lo puso en marcha.
En menos de diez minutos estaba frente a la casa del médico y llamó y contestó Bryan.
- Quien es.
- Bryan es Mariângela.
- ¡Papá, llegó, llegó!
Gilberto va al frente de la casa, abre el portón y ayuda a Mariângela con sus maletas mientras ella toma a Judit y cierra el auto.
Bryan tiene miedo de acercarse a Judit, pero Mariângela lo tranquiliza:.
- Puedes acercarte, querida Judit, soy una niña y una hermana pequeña.
Bryan se acerca y abraza al perro:.
- Da la bienvenida a la madre de Baltho a tu nuevo hogar.
Judit lame al niño para agradecerle su afectuoso abrazo.
- Judit realmente es una perrita genial, vayamos a ver su habitación.
Mariângela mira a Gilberto, quien asiente con la cabeza.
Sigue a Bryan, escaleras arriba.
- Mira aquí en el medio está mi habitación, la de la derecha es la de mi padre y la de la izquierda es la tuya.
El niño abre la puerta y ve la hermosa habitación y, al lado de la cómoda, una cama nueva para Judit con su nombre grabado.
Judit, sabiendo que la cama es para ella, se aleja del lado de la niña y se acuesta en su cama.
- Niña Judit, aún no es el momento.
- Déjalo en manos de Mariângela, ella sabe que es para ella y quiero que vengas conmigo a la cocina porque quiero que me prepares un rico almuerzo.
Mariângela acompaña al niño a la cocina y para su sorpresa, Gilberto estaba allí tomando un refresco.
- Te dejaré tranquilo para que puedas cocinar.
Gilberto va a la sala a ver la televisión y Mariângela se queda con Baltho y Nicolas.
- Bueno cariño, ¿qué quieres comer?
- Quiero pescado, asado, frijoles, ensalada y jugo de maracuyá.
- Claro y para mí es para tu padre le voy a agregar el arroz. ¿Qué os parece una ensalada de frutas de postre?
- Vaya, ¿puedes hacer Mariângela? Hace tiempo que no como ensalada de frutas.
Mariângela se pone el delantal para empezar a preparar el almuerzo, ya son las once de la mañana y con un poco de suerte el almuerzo estará listo alrededor de la una y media de la tarde, ya que tiene que cocinar frijoles y hacer arroz.
En menos de 30 minutos cocina el pescado, prepara el arroz, el zumo y la macedonia de frutas de postre. Solo faltaba que los frijoles se cocieran y ella los sazonara. Después de cocer los frijoles, los sazonó y dejó que el caldo se espesara.
Todo listo, llamó a Gilberto, quien percibe el buen olor en la habitación.
Entra a la cocina a comer y Bryan agradece a Dios.
- Gracias Dios por traer a Mariângela, Baltho, Judit por nuestras vidas, la casa ahora será más feliz, y con sus cuidados pronto regresaré a la escuela porque estoy cansada de hacer ejercicios en casa, bendice a mi padre, a ella y a mí con tus bendiciones.
Todos dijeron amén y comenzaron a servirse y Gilberto quedó encantado con la joven que no solo era la enfermera de su hijo, sino también la mujer que poco a poco fue conquistando su corazón y él estaba dispuesto a cautivarla.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 106 Episodes
Comments