Mientras esperaban respuesta, volvieron al bar donde los sicarios seguían peleando, inclusive había unos cuantos cuerpos moribundos en el suelo. Entre los dos tomaron algunas armas regadas por ahí, y a pesar de que evitaron a toda costa a los hombres discutiendo, Leo sentía una mirada sobre él.
-Amazing, cada vez que trabajo con un Vindobi todo termina vuelto un caos. -El Inglés sacó una pequeña broma para calmarse después de salir de la masacre. -Tienen ese don especial, jeje...
Leo se quedó estático, y sin más obligó a El Inglés a frenar el paso.
-Espera, ¿Has trabajado con un Vindobi antes?
-Yes. Fueron casi las mismas circunstancias, la única diferencia es que tu no eres atractivo...
-¿Quién era? Dímelo.
-Mellea Vindobi, ¿Quién más? Con lo de atractivo tuviste que adivinarlo. -Reveló El Inglés. Leo abrió los ojos completamente. No podía creerlo, simplemente no podía. -Esa fucking pelirroja, trabajé con ella sólo una vez gracias a Dios.
Leo frunció el ceño confundido. En la foto que Alessandra le mostró de su madre esta era rubia al igual que ella. Pero también podía ser un nuevo dato, su madre se cambiaba el color de pelo.
-¿Sabes su paradero? Necesito encontrarla, cualquier tipo de información sirve.
-No sé nada de ella. I'm sorry Devil. -Dijo el inglés. Leo maldijo su suerte. Estaba tan cerca, y tan lejos. -Pero sé quién sí... lo llaman: "El Búho", es un informante muy conocido, se hace llamar así porque lo ve todo desde las sombras. Fuera de Rostov del Don nadie lo conoce, pero él si los conoce a todos. Sé que el Búho y Mellea eran uña y mugre, si alguien sabe algo de ella sin duda es él.
-¿Dónde puedo encontrarlo?
-Vive en el bosque, te recomendaría conseguir transporte para la mitad del camino. ¿Tienes paper and pincel?
El Inglés anotó con más detalle la dirección del Búho. Leo estaba satisfecho y profundamente agradecido con El Inglés, si encontraba a su madre se solucionarían muchas dudas y finalmente se sabría la verdad de todo. Pero eso sí, primero era lo primero y eso era que Lindroich respondiera el mensaje para encontrarlo y así patearle el culo.
Y cómo si lo hubiese invocado, Lindroich respondió el mensaje después de casi una hora. No esperaron para ver el mensaje en inglés que decía:
..."I'm here."...
...(Estoy aquí)...
A su lado estaba la dirección, y lo que más les sorprendió fue que estaba en un estacionamiento frente al hotel en el que estaban.
-Mira nada más, no hay que ir a él, él vino a nosotros. -Reaccionó El Inglés emocionado. -¡Go, Devil!
-¡Wait! -Leo lo detuvo. -No podemos aparecernos como si nada. Ni siquiera estamos seguros de que en verdad sea él quién está aquí. A lo mejor es un peón.
-¿Y eso es un obstáculo? Según sé, eres bueno para sacarle información a la gente, Devil. Y un peón nos serviría para iniciar. -Aconsejó El Inglés, Leo le dió la razón. -Tengo una idea. Saldré yo primero, diré que estoy en representación de esos idiotas y cuando me entregué el dinero te mandaré un mensaje para que aparezcas.
-Supongo que es lo mejor que podemos hacer con tan poco tiempo. -Leo suspiró. -Más te vale no escaparte sin avisar.
-¿Are you crazy? La recompensa de Lindroich, más la tuya ¿Cuánto sería en total? ¿5 quintillones de euros? No dejaré ir esa oferta a la ligera. -Los ojos de El Inglés brillaron ante su ilusión.
La exageración le causó gracia interna a Leo.
-Vale, apenas salga huyes, porqué lloverá sangre.
Ese hombre era fácil de comprar, ni siquiera con dinero, sino con palabras. Eso le preocupaba, pero al mismo tiempo le facilitaba las cosas por el momento. El Inglés se adelantó y junto a una última afirmación de qué podía confiar en él, salió. Leo se quedó esperando detrás de la puerta, con un rifle cargado y su teléfono en manos esperando el mensaje.
Pasaron unos minutos, que quizá por la desesperación e inquietud de Leo se volvieron largos. Al fin tendría a Lindroich frente a frente, junto a él las respuestas a millones de preguntas y saciar su sed de venganza, y quizá así olvidaría lo solo que estaba.
No pudo evitar ver sus manos, todavía sentía sangre de su madre Alessandra manchandolas y unas palabras resonaron en su cabeza:
...¿Qué quieres que te diga? ¿Qué eres un hombre maldito? Todos a tu alrededor terminan mal, solo traes desgracias, por eso tu madre te abandonó... jeje... A este paso ¡Vas a terminar solo!...
Finalmente el teléfono vibró. Le llegó el mensaje que tanto esperaba.
..."Es él en persona,...
...lo acompañan pocos peones. ...
...Hora de tu gran entrada, Devil."...
Lotería.
Leo salió al estacionamiento con sigilo, ocultándose entre los carros. Vió el auto que buscaba, en el cual se veía la figura de un hombre con sombrero y gafas de sol sentado en el asiento del piloto, y fuera del auto parecía que estaba El Inglés conversando con el piloto. El aspecto del conductor le recordó al extraño hombre de negro que se cruzó en Nápoles mientras salía de la cafetería. Para colmo, Lindroich le había desgraciado la vida desde antes sin darse cuenta. Pero todo terminaría.
Leo le lanzó una señal a El Inglés, informándole que estaba a punto de atacar. A pesar de la lejanía y la oscuridad, el hombre divisó la señal y de inmediato salió corriendo con un maletín en manos. Leo se armó de valor y salió de su escondite, apuntándole con el rifle al hombre dentro del auto.
-¡Sal del auto, ahora! -Demandó Leo rígido.
No obstante, el hombre no se movía de su sitio. Leo amenazó con dispararle más de una vez, pero ni se inmutó.
Leo bajó el rifle y abrió la puerta del auto. La cantidad de sangre que escurrió del auto lo sorprendió. Le quitó las gafas y el sombrero al hombre, y Leo en medio de un impacto sorpresivo no pido creer que se encontró con el cadáver apuñalado de El Inglés, quién tenía en su frente un corte sangrante con la palabra:
..."TRAITOR"...
Esto no era posible. No lo entendía, pero si El Inglés estaba ahí muerto... ¿Quién fue el hombre al que le dió la señal?
Leo se fijó que en ambas manos del cadáver había dos celulares, uno era de El Inglés, y el otro era desconocido. Leo tomó el desconocido y vió el mensaje con la ubicación mandada por Lindroich, dando a entender que ese teléfono era de él.
-¡Maldición! -Exclamó Leo frustrado. -¡¡LINDROICH!! ¡Sal de una vez, cobarde!
Leo comenzó a gritarle a la noche, a pesar de eso sabía que no gritaba en vano. Aseguraba que en ese momento Lindroich debía estar escondido riéndose de él.
De repente, el teléfono que tenía en la mano vibró. Leo vió por inercia un curioso mensaje.
..."BOOM."...
Leo lo pensó rápido, y al darse cuenta corrió lejos del estacionamiento de un brinco. En ese momento el auto explotó de forma masiva.
La fuerte explosión y las alarmas de los autos a su alrededor aturdian los oídos de Leo, sus heridas se abrieron nuevamente por el forcejeo, y sólo el gran humo del auto que se extendía hasta el cielo inundaba su vista.
¿Cómo era posible?
¿Cómo Lindroich se había enterado de su plan?
¿El Inglés lo había traicionado, o había otros involucrados?
Leo no podía con tanto. Para colmo, el teléfono en su mano volvió a repicar, llegando otro mensaje.
..."Un placer tratar contigo hoy, Diablo."...
"Esta guerra acaba de empezar.
Atte: M. Lindroich. "
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