Lo que antes hacía sentir extraño a Leo, se convirtió en un sentimiento de odio y frustración.
Odio por haber sido engañado todos estos años.
Al momento de analizar su situación el miedo y la confusión desaparecieron, y Leo solo tenía una cosa que hacer: obtener respuestas.
Llegó a su casa donde finalmente se enfrentaría cara a cara con sus "padres" quienes esta vez si estaban sentados en el living. Pero para su sorpresa, ellos se veían felices, incluso lo saludaron de forma amigable.
—Hola hijo, ¿Cómo estás? —Saludó Alessandra sonriente.
—Leo. Me llamo Leo. —Contestó frívolo, sin inmutarse.
El ambiente pasó a ser tenso e incómodo. Los mayores no entendían porque su hijo les hablaba de esa forma, sus caras interrogantes le pedían a Leo una explicación, y este sin pelos en la lengua, lo soltó:
—¿Quién es Artem Schurbakov?
Alonso y Sasha se exhaltaron impresionados.
—¿Qué? ¿Pero cómo es qué sabes de...? ¡El archivo! ¡Tú lo robaste! —Exclamó Alonso levantándose del sillón.
—Sí, fui yo. —Respondió Leo con descaro.
—¡Ah, suficiente! Tu días de barrendero han terminado. No más misiones, no más salir cuando se te dé la gana, es momento de que volvamos a las épocas en las que te entrenaba, porque al parecer te faltó aprender muchas cosas.
Alonso hablaba mientras se acercaba a Leo para intentar agredirlo, sin esperar que el quien terminaría siendo agredido sería el.
—Ya no soy un niño. —Lo encaró un Leo intimidante. —Está vez no te aprovecharás de mi, ¿Quién dijo que necesitaba tu permiso para ser libre?
—El mismo que yo te di para que tuvieras novia. —Soltó Alonso de repente. Leo quedó perplejo. —Ninguno.
—¿Novia? —Cuestionó Sasha confundida.
—¿No lo sabías? Es una chica muy bonita esa tal Alessia... sería una pena que le sucediera un "accidente" por tu culpa, Leo. —Amenazó Alonso con una sonrisa cínica.
—¡No te atrevas a hacerle daño! ¡Ella no tiene la culpa de nada! —Exclamó empujando al mayor.
—¡Conste que ahora vas a sufrir un verdadero infierno, el que tú mismo te has buscado!
Alonso tuvo intenciones de golpearlo y enseñarle quien era el que mandaba, pero Leo no lo permitió y lo que empezó como fuertes empujones se desató en una pelea cuerpo a cuerpo donde cada golpe era impulsado por la rabia acumulada en los dos contrincantes que, a pesar de no serlo biológicamente, eran padre e hijo.
—¡Ya basta, los dos! —Alessandra finalmente dio signos de existencia, tratando de separarlos en vano.
La pelea era buena para formentar apuestas, pues ambos eran luchadores expertos. Estaba muy difícil saber quien ganaría, a no ser que ambos terminarán muertos.
—¿¡De verdad crees que puedes contra mi, viejo decrepito?! —Exclamó Leo seguro de si, pues le había proporcionado varios golpes.
—¡No me subestimes, mocoso! Yo fui quien te entrenó, por lo que sé todas tus debilidades. —Alonso le dió un golpe en el estómago, para después agarrarle las orejas. —Yo sé todo lo que tu sabes, pero tu no sabes todo lo que yo sé.
Mientras Alonso hablaba, Leo se aturdió por la presión que ejercían en sus orejas y por instinto sacó un arma que tenia oculta y le disparó en la pierna.
—¡Ahg! ¡¿Qué crees que haces, maldito?! —Se quejó Alonso, agarrándose la herida.
—¿Te crees el Diablo? Este infierno no es tuyo, es mío. —Pronunció Leo sobandose las orejas.
—¡Hijo, cálmate! ¡Baja el arma, detente! —Decia Alessandra desesperada.
—¡Detenganse ustedes! ¡Yo no soy su hijo, y lo sé! —Le gritó Leo apuntando con el arma a sus padres.
Alessandra no supo como reaccionar, solo se quedó inmóvil. En cambio Alonso comenzó a reír de forma siniestra y se levantó con esfuerzo.
—Está bien... lo descubriste, felicidades. Sabía que lo descubrirías algún día. —Halagó Alonso sonriente.
—Habla ya. —Exigió Leo apuntándole con el arma.
—¿Quieres respuestas? Las tendrás... —Pronunció Alonso mientras sacaba una navaja de su bolsillo. —de los muertos.
Leo pensó en dispararle cuando repentinamente Alessandra golpeó a Alonso por detrás con una botella de whisky dejándolo incosciente. Leo lo agradeció, pero aún así no bajó la guardia, no confiaba ni en su sombra.
—¡Son unos animales! ¡Ensucian la alfombra, y sé que ninguno de los dos la va a limpiar! —Los regañó Sasha, lanzando los restos de la botella por ahí. —No sabes cuantas veces quise hacer eso. Bueno Leo... te llevaré con tus verdaderos padres, baja eso, te explicaré todo en el camino.
Leo desconfiaba mucho de la situación, la cual podía percibir como una traición por parte de Alessandra hacia Alonso, a quien había apoyado durante veinte años. Bajo su propio riesgo decidió aceptar el apoyo de la mujer, y así fue como los tres, uno de ellos incosciente, dejaron la casa que había sido cede de la familia Vindobi por mucho tiempo.
Esta vez el transporte escogido fue un yate privado con destino a un muelle clandestimo. Leo tuvo presente el hecho de que Alessandra lo traicionaría o lo atacaría desprevenido como hizo con Alonso, quien sería atendido debidamente más tarde.
De repente recordó la amenaza que Alonso hizo en contra de Alessia... ¿Debía llamarla y asegurarse de que estaba bien? ¿Y si su padre ya había mandado a alguien a lastimarla? ¿Por qué rayos se molestaba tanto en saber como estaba?
Reconoció que llamarla sería un caso perdido, pero de cualquier modo lo intentó y le mandó unos cuantos mensajes. Si no recibían respuesta antes del final del día, tomaría cartas sobre el asunto.
—¿De verdad tienes una novia?
Alessandra dió la orden de zarpar, y Leo estuvo todo el viaje pegado a su teléfono con una preocupación que el estaría dispuesto a negar.
—No, no es mi novia. Es solo una persona indefensa que no tiene porque salir perjudicada gracias a esto.
—Entiendo, pero no es para que te pongas asi. —Alessandra soltó una risilla.
—Si algo le llega a pasar no me lo voy a perdonar, porque está en mis posibilidades ayudarla... No como otras personas, que ven a un niño sufrir a manos de un maltratador, y no hacen nada.
El ataque le cayó a Sasha como un balde de agua fria.
—Te deje vivir sólo por la información, pero si intentas cualquier cosa te tocará compartir la urna con tu esposo. —Amenazó Leo. —Así que habla de una vez.
Alessandra no dijo nada, ambos se fueron a la parte interna del yate donde Sasha le mostró un archivo de color negro. Era como los sobres de colores con los que se organizaban, pero nunca había visto el color negro.
—¿Este color que significa?
—El color negro son archivos secretos que escondía de Alonso, elegí el negro ya que se camuflan en las sombras. Nada relevante.
Leo abrió el sobre y se impresionó al ver en su interior no un expediente, sino cuatro.
Cuatro objetivos.
—¿Qué es todo esto? —Leo extendió los archivos en la mesa sin entender.
—Si quieres saber la verdad, debes leer cada uno con atención. —Sasha tomó uno de los archivos. —Este es el hombre al que buscabas.
Leo tomó el expediente, y comenzó a leerlo.
Seudónimo: Artem Vindobi.
Nombre secular: Artem Schurbakov.
Apodo: El Zar de la Muerte (porque se decía que la muerte nunca le llegaba)
Edad: 34 (año de la supuesta muerte)
45 (suponiendo que siga vivo)
Género: Masculino.
Nacimiento: Stanlingrado, Unión Soviética.
Nacionalidad: Rusa y Soviética.
Residencia: desconocida.
Aspecto: pelo de color negro, ojos oscuros. Tenía diferentes cicatrices, no poseía ningún tatuaje o marca de nacimiento.
Crimenes: Sicariato, homicidio, estafa, robo a mano armada, invasión a propiedad privada, etc...
Historia: Artem Schurbakov era uno de los sicarios más temidos de toda Europa. Un ex agente de la antigua KGB, conocido por sus formas rápidas y efectivas de eliminar a un objetivo. Recorrió toda Europa por su trabajo, en medio de estos viajes se hizo el líder de la organización de sicariato de los Vindobi. Pero un día el Zar cayó en manos de su mayor enemigo: Makar Lindroich, quien provocó un accidente que supuestamente lo asesinó. Se conoce que se casó con la Italiana Mellea Vindobi, con la que tuvieron como descendencia a un varón llamado Leonardo.
—Vale, entonces lo que me dijo Olisky era cierto. —Sasha le extendió otro archivo. —¿De quién es ese?
—Leelo.
Nombre: Mellea Carmina Vindobi.
Alias: El Veneno de la Miel (mellea significa miel, y el veneno por lo letal que es)
Edad: 47
Género: femenino.
Nacimiento: Italia
Nacionalidad: Italiana
Residencia: Rostov del Don, Rusia.
Aspecto: tiene largo cabello rubio y ojos verdes. A pesar de su edad no tiene muchas arrugas, lleva una cicatriz en su mano izquierda.
Historia: hija de una importante familia mafiosa, Mellea fue entrenada junto a su hermana Alessandra para ser sicarias profesionales. Llegó a la universidad donde estudió biología molecular. No fue hasta que conoció a Artem Schurbakov que dejó su profesión y tuvo un niño al que llamó Leonardo. Las cosas iban bien hasta que Lindroich "asesinó" a su esposo y Mellea dejó a su hijo al cuidado de Alessandra, luego de eso se ocultó y nunca se supo nada de ella.
—¿Mellea es mi madre? —Sasha asintió. —Significa que tu eres mi tía, al igual que Alonso.
—Alonso no es precisamente mi esposo, pero no nos adelantemos. Ten, este es más importante.
Nombre: Makar Lindroich.
Alias: El Vengador, Puño de Hierro.
Edad: 53
Género: Masculino
Nacimiento: Berlín, Alemania.
Nacionalidad: Croata, alemana y serbia.
Residencia: desconocida.
Aspecto: desconocido.
Historia: Lindroich nació en Alemania, su padre era de origen croata y su madre alemana. Sus abuelos paternos eran nativos de Serbia. Tenía un hermano menor, asesinado por Mellea. Lindroich vivió una vida normal, se graduó del high school y estudió contaduría pública en la universidad. Luego se casó con Renata Beccari con quien tuvo un hijo. Todo era normal hasta que su padre fue asesinado por un sicario contratado por una empresa enemiga. Con deseos de venganza decidió acabar con los que aniquilaron a su padre. Durante la investigación poco a poco su razocinio se fue distorsionando, dejó de confiar en la policía y contactó a poderosas mafias italianas. Lindroich asesinó con sus propias manos al hombre que pagó para que asesinaran a su padre, siendo esa su primera víctima. Después fue a vengarse del sicario, Artem Vindobi, al que logró asesinar, pero Mellea asesinó a su hermano de vuelta, declarando así la guerra entre ambas familias. Rápidamente se volvió uno de los criminales más conocidos y más poderosos en la actualidad.
Adicional: Se supo que tiempo después, Lindroich descubrió a su esposa Renata siéndole infiel y en un ataque de furia la asesinó a tiros a ella y a su propio hijo que contaba con 6 años en ese momento. Sin un rastro de cordura, Lindroich juró dedicarle su vida a la mafia y su principal objetivo era acabar a todos los Vindobi.
Leo leyó el expediente dos veces, pero no entendía nada.
—No comprendo...
—Te explico Leo, Lindroich es el hombre que te ha buscado a ti y a tus padres durante años. Tu padre no murió en el atentado, está vivo y Lindroich lo sabe, pero no sabe la ubicación de ninguno de los dos. Si llegamos con tus padres podríamos idear un plan para acabar con Lindroich.
—¿Qué? ¡Explícate mejor! Y a todas estas... ¿Por qué esperaste precisamente este momento para plantearme todo esto?
—Aunque no sea tu madre biológica, soy tu madre al fin y al cabo. Yo te vi crecer, te crié y te di las bases. Por eso temía como te tomarías la noticia, pero ahora sé que estas listo.
—No me des el sermón de madre orgullosa, recuerda que yo viví todo lo contrario. ¿Si tanto me querías porqué nunca hiciste nada cuando Alonso me castigaba? ¿Para ti una madre hace eso?
—Ahora eres fuerte, Leo, incluso mucho más que yo... —Masculló cabizbaja.
—¿¡Te parece bien ver a tu sobrino llorando en el suelo después de haber sido golpeado con un fierro!?
—Alonso asesinó a tu tío, Leo.
—... ¿Qué?
Alessandra mostró el último expendiente del sobre. La foto era de un hombre completamente diferente, pero esa mirada de psicópata era la misma con la que identificaba a su padre.
Seudónimo: Alonso Vindobi.
Nombre Secular: Alonso Logni.
Alias: The Speed Killer (Llamado así en Occidente, por matar de forma rápida.)
Edad: 47
Género: masculino.
Nacimiento: Bruselas, Bélgica.
Nacionalidad: Belga.
Residencia: Nápoles, Italia.
Aspecto: cabello y ojos oscuros. Tiene diversos tatuajes de símbolos de póker y calaveras.
Historia: la historia de cómo se convirtió en lo que es se desconoce totalmente, salvo que era un niño que escapó de casa después de asesinar a un compañero de clases y buscó refugio en el mundo criminal.
—Cuando fui a la universidad quise dejar el mundo de la mafia atrás, vivir sin tanta presión sobre mis hombros. Y cuando estuve apunto de cumplirlo, Alonso llegó y acabó con todo. No me hizo nada porque me "portaba bien" y porque yo era el único medio para encontrar a tus padres... —Contó Sasha.
—Por favor no resumas nada, dime todo con detalle para ver si entiendo mejor.... Dijiste que Alonso asesinó a mi tío, ¿significa que no estás casada con Alonso?
—No Leo. Tu verdadero tío se llamaba Federico, incluso el intentó matar a Alonso, pero no lo logró. —Recordó Sasha con melancolía.
—¿Qué pasó?
—Sucedió hace muchos años...
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