TRE - Leyenda Alemana

Era de noche y el frío se alzó cuando Leo tocó la puerta de la mansión y en unos segundos le abrió un hombre grotesto más alto que él.

—¿Eres al que llaman Diablo? —Preguntó el hombre frente a él con voz gruesa, la misma que escuchó en la llamada.

—Si, soy yo.

—Adelante.

El hombre se hizo a un lado dejando pasar a Leo al interior de la mansión.

El sitio a pesar de tener cosas modernas también poseía cosas particulares que no se veian en cualquier lado, como pinturas y cuadros en las que mostraban imágenes crudas y sangrientas, pieles falsas que parecían ser humanas... hubo un cuadro que le llamó la atención, era de una mujer que tenia escrito en un cartel con letras de sangre: "Gracias por alimentarme"

El guardia que le abrió lo guió hasta el patio de la mansión, donde Leo centró su vista en el humo de lo que parecía ser una parrilla nocturna a las orillas de una piscina.

Aunque aparentaba ser un ambiente agradable, el frío de la soledad era lo que le arrebataba cualquier sensación de calidez, pues solo estaba una persona atendiendo la parrilla.

El aspecto de aquella persona se le hizo familiar a Leo, cuando se le acercó para hacerse notar esa persona lo encaró y pudo ver con claridad que se trataba de él mafioso de raíces alemanas: Roth Volker.

Roth Volker era un viejo de 54 años, y se había dedicado a la mafia por más de tres decadas. Nacido en Kassel, Alemania, fue la típica "oveja negra" de la familia, debido a su carácter agresivo y enfermizo. Tuvo en sus manos el control de una vida cuando apenas era un niño, asesinando animales y mordiendo a los niños que se le acercaran.

Su familia era de escasos recursos, y cuando entró en la adolescencia se dedicó a robar negocios, asaltar y estafar a las personas. Cuando cumplió la mayoría de edad asesinó a toda su familia, menos a un hermano, y se comió a su padre, que era al que más odiaba.

Luego de eso, su carrera como asesino y caníbal le dió la vuelta al mundo convirtiéndose en una leyenda en el mundo oscuro de la mafia, especialmente en Francia, donde vivió por un considerado tiempo.

Actualmente a sus 50 años, Volker era un anciano que se tintaba el cabello de blanco, retirado de los trabajos pesados para vivir de una organización de narcotráfico y una red de trata de blancas que el mismo controlaba.

Y a pesar de todo lo que logró durante su vida, él realizaba esa parrillada en aquella gran mansión. Solo, sin ninguna otra compañía que no sea la pena misma.

—Diablo, bienvenido. —Saludó el alemán  amablemente.

—Con que las leyendas nunca mueren, ¿Eh? —Comentó Leo cruzándose de brazos.

Nunca pensó tener a Roth Volker frente a frente, pues siempre fue bueno escondiéndose, y desde que se retiró pocos tenían su contacto o ubicación.

—Un placer conocerte también. Ven, siéntate por favor. —Volker apuntó a un sillón que estaba junto a la parrilla.

Leo le dió un vistazo al asiento, y después la parrilla con la carne asandose en la brasa. Por un momento sintio repulsión al pasarle la idea de que esa no era una carne de res común.

—No gracias. —El joven Diablo se quedó parado sin mostrar alguna expresion. —Solo dígame que quiere.

—¡Jaja! ¡Nun Dem! Los rumores eran ciertos, eres más rígido que una verga después del cuerno. —Volker tomó unas pinzas para darle vuelta a la carne. Continuó hablando —Bien, directo al grano. Verás, necesito que asesines a un engreído apodado Toreno, ese cabrón me ha estado robando y necesito que le den su merecido.

—Buoni, deme su ubicación. —Demandó Leo sacando su celular.

—No, no, aún no. A medianoche te enviaré la ubicación y todos los detalles. Una vez que lo mates, me mandaras una foto y recibirás tu paga.

—Vale, sólo le informo que le saldrá muy caro, por lo que debería ir preparando unos cuantos miles...

—Si, si, no te preocupes muchacho. —Dijo Volker, mientras cortaba un pedazo de carne, luego la incrustó en un tenedor y se la extendió a Leo. —¿Gustas? —Leo negó de inmediato con la cabeza. El viejo se alzó de hombros. —Te lo pierdes... ¿No se te ofrece algo de tomar?

—No gracias, ya debo retirarme. Pero otra cosa... —Anunció Leo, captando la atención del alemán. —Si no me paga con dinero a tiempo, lo pagará de cualquier forma, así sea con su vida.

—No te preocupes Diablo, te pagaré. —Aseguró Volker con una sonrisa.

El mafioso alemán se despidió de Leo con una amable actitud. De no ser por el pasado grotesco que lo persigue, cualquiera pensaría que es un abuelito buena onda.

Leo dejó la mansión y se dirigió a su casa a esperar la información.

Vió la hora, y se percató de que faltaba mucho para la medianoche. Tenía casa sola, por lo que decidió holgazanear.

Encendió su computadora y buscó información sobre Roth Volker para rememorar su historia y momentos de su infancia. El caníbal Alemán tuvo sus buenos tiempos enloqueciendo a la policía europea, e internacional. Cualquier criminal ansiaba tener la vida que tuvo él.

Sin embargo, cuando mirabas al hombre no había más que soledad en su alma y no se explicaba porqué. Volker podía tener todo lo que quisiera con tan solo pedirlo, y eso era lo único que bastaba en esta vida... ¿cierto?

De repente, Leo tuvo curiosidad en investigar sobre el tal "Toreno" por adelantado. Se hacía la idea de que si le robaba a Volker era porque quizá era uno de sus socios en alguna de sus redes criminales, o un cliente mala paga.

No obstante, realizó su búsqueda y lo único que encontró fue la siguiente información:

"Marco Toreno, alias el "Gunrun o Tiroteo" fue capturado y arrestado el pasado jueves después de varios meses de búsqueda. De origen extranjero, Toreno es responsable de ejecutar secuestros y tráfico de sustancias por todo el mundo. El arresto fue posible gracias a que alguien cooperó con la policía y lograron dar con su paradero. La policía se encargó de apresarlo en la cárcel de Santa María Capua Vetere en Sorrento."

Leo siguió buscando, pero esa fue la única información que consiguió, no había nadie apodado Toreno, solo ese tal Marco Toreno que a pesar de estar en Italia contaba con el detalle de ser extranjero.

En ese momento a Leo le llegó un mensaje, y junto a eso vió la hora: 00:00.

Abrió el mensaje, y como era de esperarse era de parte de Volker con la ubicación de la víctima.

Todo estaría bien, de no ser por lo que estaba viendo.

La foto del Toreno que debía asesinar, era la misma foto de Marco Toreno, y la dirección si mal no recordaba lo llevaba a las afueras de Nápoles, en el medio de la nada, lejos de donde estaba Toreno encerrado.

Leo no entendía nada, ¿Por qué Volker le mentiría? ¿Y por qué de manera tan mala?

¿Quien inculpó a Marco Toreno?

¿A quien iba a matar realmente?

¿Y si quiza era una trampa?

Todas esas preguntas giraban en su cabeza haciendo que Leo se confundiera más.

El Diablo pasó un largo rato pensando en que hacer o de que trataba esta situación. Al final, decidió buscar respuestas.

Una vez, Leo escuchó un dicho que decia: "Si hay más de dos personas, existen más de dos verdades." Por lo que decidió saber la historia de parte de Marco Toreno y darle una visita a su víctima.

No para matarla, sino para saber que se tramaba.

...❌...

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Comments

More more ❤️❤️

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Eyyy autora una persona de 50 no es anciana.....Que conte que no estoy en los cincuentas 😂

2023-11-19

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