17

Nos unimos con las modelos al buffet, y todas rápido sonrieron al ver a Jasper.

—Reservamos está silla para usted, Sr. Jasper— dos de ellas se levantaron, y le mostraron la silla.

—A eso se le llama lambe ojos— dije en voz baja para mí, y Jasper me miró, como si me hubiera escuchado.

—Venga conmigo— caminó, y lo seguí.

Al acercarse a la silla, él les sonrió.

—Gracias— la jaló, y me hizo sentar en ella.

—¿Qué cree que hace? — pregunté en voz baja.

Él no respondió, alcanzó otra silla y se sentó al lado mío.

—¿Acaso están saliendo?— escuché que preguntaron unas chicas detrás de nosotros.

Esto va a ocasionar problemas. Planeaba levantarme, y Jasper puso su mano en mi muslo por debajo de la mesa, quise quitársela y me miró.

—Si te levantas de esa silla, te haré correr desnuda por todo el Hotel, ¿Te quedó claro?

—¡Atrevido!

—Lo dice la que cruza las piernas — sonrió —, ¿Termino el resto?

¿Cómo es posible que me deje avergonzar por un idiota pervertido?

—Algún día me vengaré.

—Ojalá sea esta noche.

No tuve tiempo de responder, cuando una de las modelos se acercó a Jasper.

—¿Tiene un momento, Sr. Jasper?

—Vengo enseguida — me dijo, antes de levantarse.

No hizo más que irse, y una mujer se acercó a mí.

—Hola, señorita— debía ser otra de las modelos, aunque no la había visto entre las chicas antes.

—Hola.

—Mi nombre es Paula.

—Mucho gusto, me llamo Nichole. ¿Eres modelo?

—Estoy comenzando aún, no tengo la misma experiencia que las demás. Desde que la vi, quería acercarme para preguntarle algo, ¿Usted tiene conocimiento de baile?

—¿Qué tipo de baile?

—De cualquier tipo.

—Sí, ¿Por qué la pregunta?

—Porque tengo una prueba en cuatro días, pero no soy muy buena en eso, y las demás no me quieren ayudar.

—¿Prueba de baile?

—Sí, hay una sesión de baile en la agencia, y es en la que estoy actualmente participando.

—No sé si pueda servir de algo, pues no sé si tenga tiempo para hacerlo.

—Creo que todas sabemos que la agenda del Sr. Jasper siempre está ocupada— sonrió —. Se ve que se llevan bien.

No tiene ni **** idea de lo que dice, aún así, sonreí.

—Se podría decir que sí.

Jasper se sentó al lado mío y ella sonrió.

—Fue un placer conocerla. Espero pueda ayudarme. Permiso.

—Igualmente— le dije, a lo que se fue a sentar.

Es la primera que se me acercan y no es a bombardearme por mi peso.

—¿Pasó algo? — preguntó Jasper.

—No, Sr. Jasper.

Cada quien ordenó lo que querían y cenamos todos. Las miradas de algunas estaban a nuestra dirección, y me estaba sintiendo incomoda. Están muy ilusionada con Jasper, y me ven como un estorbo. Jasper es quien complica las cosas. No había necesidad de sentarnos tan juntos. No se da cuenta que provoca malos entendidos, y lo menos que quiero, son problemas por tonterías.

—Voy a irme a la habitación— me levanté de la silla, y Jasper hizo lo mismo—. ¿A dónde vas?

—A llevarte a la habitación.

—No lo necesito. Sé muy bien como llegar, pero gracias.

—Yo no te pregunté, ¿O si?

Por más que traté de evitarlo, él se fue conmigo. Al entrar al ascensor, me pegué en la esquina, para que según abriera la puerta, bajarme.

—¿Tiene miedo de que intente algo?

—No es miedo, pero no sería bueno que nos vieran en una situación comprometedora. El ascensor tiene cámaras, por si no lo sabía.

—¿Y eso qué?

—Sr. Jasper, debería aprender  a comportarse. No sé porque hace esto, pero solo está complicandolo todo. Lo que hizo allá en el buffet, estuvo fuera de lugar. Estoy haciendo enemistades, solo por su trato especial.

—¿Qué está mal de lo que hice? No puedo comprenderla. Si la trato diferente, es porque usted es diferente; es mi asistente, no una de ellas. No sé porqué debería afectarle que la trate como lo hago. ¿Por qué se preocupa por el qué dirán?

—Porque a la larga, quien se verá afectada soy yo y mi trabajo.

El ascensor se abrió y planeaba salir, pero Jasper me agarró la mano, haciéndome entrar nuevamente.

—Puedo entender su inseguridad o su preocupación, pero está exagerando un poco las cosas. Nada tiene porqué afectarla, yo estaré ahí para defenderla y evitar cualquier tipo de problema.

—Está mezclando las cosas. Solo trátame como a cualquier empleada más, y listo.

—Lo he estado tratando, pero no puedo. No sé porqué no puedo verla como las demás.

—Se va a cerrar la puerta— metí mi pierna para evitar que se cerrara—. Si alguien nos ve así de cerca, pensarán que tenemos algo. No es correcto lo que hace.

—Fíjese que su única queja es por el que dirán, no es porque le desagrade del todo lo que hago o como la trato. ¿Por qué no se olvida de lo demás y se deja llevar por eso que está sintiendo?

—¿De qué habla?

—¿Va a decir que no desea que le haga más cosas, así como lo que hicimos antes aquí mismo? Ni usted misma se lo creería. Puedo comprenderla más de lo que cree. ¿Por qué no se olvida de que soy en realidad su jefe, y me ve como a cualquier otro hombre? ¿Ahí sí podría admitir que estaba excitada con la que hice, y que aún ahora al tenerme cerca, lo sigue estando?— esbozó una sonrisa maliciosa.

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