9

                       Nichole

—Siento mucho haber subido, pero no sabía su número y quería avisarle sobre la hora, ya que se había demorado mucho y no quería que fuera a llegar tarde otra vez por mi culpa.

—No te preocupes, ya iba a bajar. Vámonos— le cerró la puerta en la cara a la chica y siguió caminando como si nada.

Como era de esperarse de alguien como él. Me hacen algo así, y de la vergüenza creo que, me mudo de país y me cambió el nombre. Hasta sentí lástima de la pobre mujer.

Lo seguí y él quiso manejar. Se mantuvo en silencio mientras manejaba y yo no me atrevía ni a respirar. Estaba como un globo lleno de helio, inflada. Se detuvo en un restaurante antes de ir a la reunión y no teníamos mucho tiempo. No quise cuestionar nada, solo entré con él. Nos sentamos en la mesa y me miró. Me sentía como un perrito al ser regañado, y eso que, no ha abierto la boca.

Sacó una tarjeta de su cartera y me la dio.

—Ese es mi número, puedes llamarme cuando sea.

—Gracias, lo anotaré en mi teléfono— saqué mi teléfono y al encender la pantalla, Jasper rio —. ¿Sucede algo?

—Tiene unos gustos muy peculiares, Srta. Nichole.

Al mirar la pantalla, fue cuando caí en cuenta que tenía aún la foto de dos chicos besándose. Había olvidado quitarla. Sentí tanta vergüenza que apagué la pantalla del teléfono.

—Tragáme tierra y escupeme en Marte— murmuré y Jasper rio —. Mejor guardo su número en otro momento.

—No tiene que avergonzarse, yo también tengo ese tipo de imágenes, pero no precisamente de hombres. ¿Se las muestro? — esbozó una sonrisa y más incómoda me sentí.

Hablar ese tema con un jefe,nno es apropiado. Todo me tiene que pasar delante de él.

—No, no se preocupe.

—Es para que estemos a mano y no se sienta avergonzada por algo tan simple.

—No, no se preocupe. Ya se me pasó.

Luego de ordenar, él volvió a mirarme.

—Quiero disculparme y explicarle lo que presenció en la agencia.

—No, no tiene que hacer nada de eso.

—Yo quiero hacerlo. Esa mujer que vio es Karina. Creo que ya ha escuchado hablar sobre ella en varias ocasiones. Fue mi anterior asistente. Tuvimos un problema hace unos meses, donde me drogaron, y por su actitud, asumí que posiblemente había sido ella. Ese día hubo una fiesta y ella me brindó una copa, y luego de eso, me comencé a sentir mal. Ella fue quien me encontró bajo el efecto de esa droga, y quiso supuestamente ayudarme, pero para mí fue muy sospechoso todo. No sucedió nada esa noche, porque pude salir de ahí a tiempo. No me maté haciendo investigaciones, solamente la despedí. Ella nunca lo admitió, y hasta el sol de hoy lo niega, pero para mí estaba muy claro. Por los años que tuvo trabajando para mí, preferí solo despedirla y que ella recapacitara por su error.

—Comprendo.

—Espero luego de esto, ella no vuelva a aparecerse por la agencia, y de hacerlo, tiene autorización de echarla. Ella y mi madre, se han vuelto muy cercanas últimamente y no quiero que eso provoque problemas innecesarios. También quería mencionarle que si alguien la menosprecia o la hace sentir mal, no importa quien sea, tiene derecho de responder. Lo menciono, porque mi madre se la he metido en la cabeza que quiere que Karina sea mi asistente y está buscando la forma de que renuncies, pero tienes prohibido hacerlo. Es bueno tener la confianza entre nosotros de decirnos las cosas, para que nuestra relación de jefe y asistente, sea duradera y cómoda para ambos. ¿Está de acuerdo con eso?

—Sí, Sr. Jasper.

—Me alegra mucho. Coma y asegúrese de llenarse como lo que dijo el otro día — sonrió.

                    Cindy

—Nada salió como quería. Su hijo me trató mal. No creo que esto vaya a funcionar, señora. Yo realmente no le hice nada a su hijo. Ese día que entré a buscarlo y lo vi sudando, con su respiración agitada, lo que quería hacer era ayudarlo y él malinterpretó todo. Sigue culpándome de eso. No va a perdonarme nunca.

—Ya cálmate, linda. Yo pensaré en otra forma, ahora esperemos un poco.

                     Nichole

Al terminar de almorzar, fuimos a la reunión. Estuvimos varias horas ocupados. Nos dieron unas fotos que fueron tomadas de las modelos, y teníamos que escoger las mejores. Jasper estaba muy concentrado y mis ojos se desviaban hacia él. De alguna manera de este ángulo no se veía mal. Su expresión tranquila, mientras hacía el trabajo, era de alguna manera relajante. Mientras esté así calladito y sin sacar los colmillos, se ve muy atractivo. Sus rasgos son muy finos y recuerdo que su piel es muy suave.

—¿Quiere sacarme una foto?— preguntó repentinamente, que me hizo girar el cuello como un ganso al lado contrario.

—¿Está hablando conmigo, Sr. Jasper? — fingí no haberlo estado mirando.

—No tiene que fingir, es muy mala para eso. Sus piernas están temblando, y sin darse cuenta, sus orejas la delatan. Me pregunto ¿qué ha estado pensando sobre mí, que le ocasionó ponerse tan nerviosa?

—No estaba mirándolo.

—¿Y cuándo dije que me ha estado mirando?

Me he delatado como una idiota.

—Yo no dije eso— murmuré, en un tono tan bajo, que lo más probable no me escuchó.

Sentí cuando giró mi silla, haciéndome encararlo?

—Al menos míreme, si va a decir algo. Es de mala educación que me dé la espalda.

Tenerlo tan cerca me puso nerviosa. Tiene unas pestañas muy largas. No es la primera vez que se me acerca un hombre, pero algo en él, me pone muy nerviosa. Tenía el corazón a punto de salirse del pecho y no encontraba qué decir.

—¿Le gusta el pan? — los nervios me hicieron preguntar algo extremadamente ridículo e innecesario.

Jasper rio.

—Es una pregunta inusual, pero sí, me gusta el pan, y también las chicas que se ponen nerviosa cuando están frente a mi— se tapó la boca y fingió asombro—. Oh, creo que acabo de dejar escapar un pensamiento en voz alta. Que descuidado soy — esbozó una sonrisa y me dejó otra vez sin palabras.

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