Capitulo 17

Sentía como me hervía la sangre, pero no podía perder el control en este momento, al menos no con ellos que me habían desgraciado la vida. Caminé hacia la puerta.

Jason: LARGUENSE…

Cordelia: Jason… Por favor.

Jason: QUEEE SEEE LARGUEEENNN…

George, miró a Cordelia asintiéndole la cabeza, pero ella estaba negando, su aventura no le ocasionó más que haber decidido perder todo lo que ella por mucho tiempo soñó.

Él se puso de pie con ayuda de ella. Empezó a caminar hacia la puerta, su mirada la fijó en mí.

George: Jason… no te atrevas a golpearla… Está esperando un hijo mío.

Sentí como me habían arrojado agua hirviendo encima, ella solo negaba con la cabeza… él ni siquiera tuvo la preocupación de esperarla cuando tomó sus llaves de la mesa que no me había percatado. Solo negó con la mirada saliendo.

Necesitaba calmarme. Todo podía ponerse en riesgo en mi carrera y por una mujer no lo iba a permitir.

Cordelia: Jason…

Jason: VETE CORDELIA.

Cordelia: ¿Dónde? ¿A dónde voy?

Jason: Con tu amante, eso si es que dejó a su novia para venir hasta mi casa para revolcarse contigo. SOLO VETE.

Cordelia: NO ME IRÉ… ERES MI ESPOSO.

Jason: Pero no el padre de ese bebé que llevas en tu vientre. Largo antes que haga una estúpides..

Cordelia se dio la media vuelta empezando a subir las escaleras. Negué con la cabeza, ella no se iba a quedar por nada del mundo. Escuché que George aceleró sin quiera esperarla.

Me apresuré alcanzándola, la tomé de los brazos empezando a bajarla por las escaleras.

Cordelia: JASON NOOO…

Jason: AQUÍ NO TE VAS A QUEDAR. LAAAARGO…

Abrí más la puerta empujándola hacia afuera… La lluvia estaba a todo lo que daba… Cerré la puerta dejándola afuera.

Cordelia: JASON… ABREME, HABLEMOS… HABLEMOS… TE LO RUEGO. TE LO RUEGO MI AMOR… YO TE AMO.

Los golpes en la puerta cada vez eran más fuertes, subí las escaleras rápidamente, no la quería seguir escuchando, entré a la habitación donde estaba el armario, empecé a bajar mucha de su ropa, no quería nada de ella en mi casa. La quería fuera de aquí, fuera de mi vida. Su traición me estaba doliendo demasiado. No podía perdonar algo como esto, mi esposa, mi mejor amigo… No, me negaba a creerlo. Bajé las escaleras…

Cordelia: JASOOON… HAY FRÍO… ABREME… MI AMOR..

Abrí la puerta caminando hacia la entrada arrojando su ropa por los escalones. Ella me sostenía de los brazos.

Cordelia: No lo hagas, no me eches… solo te tengo a ti, mi padre jamás me lo perdonaría. Solo te tengo a ti. Solo a ti.

Jason: Eso debiste haberlo pensando. AHORA VETE…

Me apresuré soltándome de su agarre de ella. Estaba ya mojada por la lluvia que caía a cantaros. Cerré la puerta quedándome reposando en la puerta. Ella golpeaba la puerta. Sus gritos desesperados estaban por toda la calle, los vecinos de seguro estarían escuchando pensando lo peor.

Cordelia: No pienso tener este hijo. Te lo juro. Jason… ábreme… hablemos. Te lo ruego. Perdóname, en verdad solo a ti te amo. Por favor mi amor.

Cerré los ojos con fuerza, mis ojos se llenaron de lagrimas… No dejé que ninguna cayera. No podía demostrar debilidad y mucho menos por una mujer que había mandado a la basura todo el sacrifico y logros que tuvimos juntos.

Ella golpeaba la puerta una y otra vez. Solté un gran respiro. Abrí la puerta mirándola fijamente. Ella se arrojó hacia mis brazos. La abracé con fuerza… Inhalé su aroma empezando apartándome de ella.

Cordelia: Mi amor perdóname. En verdad. Te juro que no fue mi culpa. No estabas aquí, te extrañaba.

Jason: Quédate.

Ella me miró sonriendo, asintió con la cabeza cuando intentó abrazarme nuevamente para agradecerme. Me aparté de ella mirándola fijamente que con todo el dolor del mundo.

Jason: Quédate, el que se va soy yo. Te mandaré los papeles del divorcio.

Cordelia: ¿Por qué? Podemos solucionarlo.

Negué con la cabeza…

Jason: No Cordelia, no estaría tranquilo nunca en pensar que cada que salgo de casa otro puede estar en mi lugar. ESO NO ES VIDA.

Me aparté de ella caminando hacia mis maletas, las tomé saliendo de la casa. La lluvia empezó a humedecer mi uniforme, abrí la cajuela de mi camioneta metiendo mis maletas, ella llegó a mi lado sosteniendo mis manos…

Cordelia: No te vayas, podemos arreglarlo todo. Vamos de viaje, podemos olvidarnos de todo.

Jason: Conmigo no lo harás.

Cerré la puerta de la cajuela, ella sujetó mi camisa cerrando sus puños evitando que no me subiera.

Cordelia: Vamos, Jason, podemos salir de eso.

La tomé de sus muñecas con fuerza para hacer que me soltara, la miré negando con la cabeza.

Jason: ¿Cómo me pides olvidar? METISTE A GEORGE EN MI CASA, EN MI CAMA, EN NUESTRA INTIMIDAD, NO TE IMPORTÓ CORDELIA. SE ACABÓ. LO QUE HAGAS DE AHORA EN ADELANTE NO ME TOMES ENCUENTA.

Abrí la puerta de mi camioneta, entrando, ella sujetó la puerta evitando que me vaya. Me abrazó con demasiada fuerza y con lagrimas en los ojos, pero el daño ya estaba hecho. Todo lo que construimos en la confianza, en el amor, a ella nunca le importó.

Jason: Déjame. En verdad Cordelia. Solo… Solo entra a la casa.

Ella sin decir nada más se apartó de mi mirándome, se acercó besando mis labios. Besó que sentía como espinas de una rosa. Todo demasiado diferente y… La aparté de mi, la empujaba con cuidado, necesitaba salir cuanto antes de este lugar. Me sentía que si me quedaba un minuto más terminaría por matarla. Sostuve la puerta viendo que ella ya no estaba cerca cerrando por completo. Encendí el auto acelerando por completo…. Salí de ese lugar. Solo quería olvidarme de todo perderme por mucho que fuera doloroso ella había tomado la decisión de cambiarme con mi mejor amigo.

1 semana después:

Había pasado una semana de haber descubierto a Cordelia con George. Él había presentado su renuncia en la Marina. Me habían dado el cargo de Jefe Almirante de la Marina.

Oficial: Señor, tendremos que irnos a la guerra en Irak.

Jason: De acuerdo, preparen el equipo.

Nos habíamos reunido los altos mandos del Ejercito y la Marina para el enfrentamiento que íbamos a tener vía aérea, marítima y terrestre. Todos los soldados estaba a mi cargo.

Habíamos llegado a la guerra donde todos seguían mis órdenes. Notaba todo demasiado raro ya que los laterales estaban desprotegidos cuando teníamos la resistencia por parte del grupo contrario. Todo parecía demasiado pero día con día llegaban los refuerzos.

Entré a mi dormitorio del campamento…

Me recosté, era momento para descansar un poco… en mi mente estaba Cordelia, aunque no lo quería reconocer me dolía pensar que ella no estuviera conmigo al menos apoyándome en esta misión.

Cerré los ojos…

BOOOOOM!!!!!

Me levanté rápidamente al escuchar una explosión. Salí apresurado viendo varios de los dormitorios del campamento que estaban siendo incendiados.

Jason: CORRAN!!!! CORRAN!!!...

Oficial : General, nos atacan…

Jason: VAMOS SALGAN… RETIRENSE…

Habíamos quedado como 20 oficiales de altos mandos. Entre Generales, Capitanes y Almirantes… Corrimos hacia donde estaban las armas…

Boooooooom!!!!!

Mis ojos los abrí tanto pudiendo ver como las llamas estaban consumiendo a mis hombres, ellos corrían desesperados queriendo apagar el fuego en sus cuerpos, corrí hacía ellos tomando una de las casas de campaña del campamento, empecé a dar pequeños golpes con mis manos a uno de mis hombres que estaba quemándose.

Oficial: GENERAAAALLLLL….. CUIDADO….

Jason: SAL DE ALLI, CORRE… CORRE…

Oficial: Señor….. NOOOOOOOO…..

Levanté mi mirada encontrándome a ese hombre que nos había traicionado en la guerra volviéndose del lado opositor…. Negué con la cabeza levantando mi arma que tenía a un lado mío.

Draco Gelli: JASON LUTOLF…. TU DÍA POR FIN LLEGÓ.

Jason Lutolf: JAMÁS…. ERES UN TRAIDOR A LA PATRIA….

PUM!!! PUM!!! PUM!!!

Sentí un fuerte dolor en mi hombro, otro en mi pecho y otro en mi pierna, donde caía hacia atrás sin poder soltar los disparos de mi arma. Mi cuerpo tocó piso…

Voces: RETIRADA, RETIRADA… VIENEN MAS SOLDADOS. VAMONOS DRACOOO ANDANDO.

Draco: Voy a matar a este maldito miserable…

Gero: SEÑOR NO ES EL MOMENTO… YA LLEGARÁ SU TIEMPO DEL GENERAL… ANDANDO.

Podía escucharlo, giré mi cabeza hacia un lado viendo como ellos corrieron a las camionetas subiéndose a toda prisa. Miré hacia el cielo que estaba cubierto de estrellas, el dolor era tan intenso que sentía que era el mejor momento para acabar con todo… Perdí la conciencia completamente…

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Jason

Draco

Gero

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