Capitulo 15

Arturo:

Aparque mi auto en el concesionario donde habían hecho la venta del auto. Según a Luca Stilf, pero todo era un plan que le sirvió para sacar a Isabella de este lugar.

Vitor me miró preparando su arma, hice lo mismo… Me bajé del auto, puse mi arma detrás de mi saco, no necesitaba que alguien la mire.

Habían algunas personas en el lugar, el hombre donde supimos que era el señor Osvaldo nos miró con una sonrisa, otra chica se nos acercó de inmediato.

Chica: Hola señores oficiales podemos ofrecerle algún modelo en especial.

Arturo: El señor Osvaldo Trejo.

La chica lo señaló, pasando su mirada hacia el hombre que hasta la sonrisa se le había borrado…

Vitor: Señorita necesitamos hablar con el hombre.

Chica: ahora le aviso.

La chica se apartó tan tranquila acercándose a Osvaldo…

Vitor: ¿Crees que diga algo?

Arturo: Haremos que hable.

El hombre se disculpó por completo con los señores que estaba atendiendo. Se acercó asintiendo con la cabeza. Extendió su mano donde me la quedé mirando, él apretó su mano que había extendido con su otra mano.

Osvaldo: ¿En que lo puedo ayudar?

Saqué la foto de Isabella, Vitor tenía la de la señora Crista y el señor Luca.

Arturo: ¿Esta chica vino hace unos días aquí?

Le mostré la foto, miraba al hombre fijamente, cada una de sus expresiones cambiaron al ver la foto de Isabella McMichael. Se acercó más tomando la foto entre sus manos. Él me la entregó levantando la mirada.

Osvaldo: Me temo que no. La recordaría. Es una hermosa chica.

Vitor: ¿Y estas personas?

Lo miré donde Vitor le mostraba las fotos de los señores Stilf. Hizo lo mismo, las miraba tan fijamente que parecía que esta vez hablaría y más le vale que lo hiciera.

Entregó las fotos. Sonriendo.

Osvaldo: Me temo que no.

Unió su manos, donde miré a Vitor, Vitor pasó su mirada hacia las personas que estaban dentro de un auto que de seguro lo están revisando para comprarlo.

Osvaldo: ¿Algo más que se les ofrezca?

Vitor negó con la cabeza, el hombre se disculpó dándose la media vuelta. Miré a Vitor dando señal. Me apresuré tomando al hombre de la mano llevándosela hacia atrás…

Osvaldo: AAAAAHHHHH…. Me lastima.

Lo llevé directo al capirote de un auto haciendo que su cuerpo chocara encima del capirote, un fuerte sonido se hizo presente donde las personas que estaban presentes empezaron a movilizarse apartándose, saqué mi arma de la parte de atrás de mi pantalón llevando el arma en su cabeza…

Arturo: USTED MIENTE…

Osvaldo: Oficial, está cometiendo un grave error. El abuso de poder y fuerza está penado.

Arturo: Me importa una mierda…

Me acerqué a su oreja mirando a las personas que empezaron a correr desesperadas. Vitor apuntó a la chica que nos había recibido, ella tenía el móvil en la mano.

Vitor: Arroja el móvil.

La chica negó con la cabeza saliendo corriendo, donde Vitor saió tras de ella, escuché unos disparos… Osvaldo empezó a temblar…

Arturo: ¿Dónde esta la chica pelirroja?

Osvaldo: No.. noo lo sé en verdad. No los conozco.

Arturo: Tengo pruebas donde vinieron en la madrugada y les vendiste un auto.

Osvaldo: Oficial se equivoca se equivoca… No los conozco.

Solté su mano que tenía sometida donde tomé su mano extendiendo por completo. Puse mi arma en su mano soltando un disparo.

PUM!!!

OSVANDO: AAAAAHHHHHH… MISERABLE….. MALDITO…

Arturo: ¿Dónde ESTA LA CHICA PELIRROJA? JURO QUE TE VUELO LOS CESOS.

Levanté mi mirada viendo que Vitor venía tranquilamente mientras se subía la cremallera del pantalón, se acomodaba su ropa… negué con la cabeza, sabía lo que había hecho.

Osvaldo: Nooo…. Que le hizo a mi hija… que le hizo…

Vitor: Lo que le haya hecho a su hermosa hija quedará en su consciencia por no hablar.

Vitor soltó un fuerte golpe en el capirote…

Vitor: ¿Dónde SE ENCUENTRA ISABELLA MCMICHAEL?

El hombre negó con la cabeza mientras apretaba su mano donde le fluía la sangre como si fuera una manguera. Llevé mi arma en la cabeza.

Arturo: HABLAAAAA….

Tragó saliva… Lo tomé del hombre haciendo que me mirara, no lo iba a dejar sin que tuviera su merecido. Llevé mi arma directo a su corazón, las lagrimas de l hombre decían más que mil palabras.

Osvaldo: Sé que se iba a Canadá. El señor Luca tiene un primo que tiene su cabaña… Le renté un auto. Le dieron efectivo y recuerdo que le dijeron que no hable con nadie. Que espere en la cabaña. Solo eso sé.

Miré al hombre, al menos esta vez ya estaba cooperando.

Arturo: ¿Dónde esta la cabaña?

Osvaldo: Le dijo que se vaya al norte. Lugar exacto no dijeron.

Asentí con la cabeza… El hombre me miró fijamente con lagrimas en los ojos…

PUM!!!! PUM!!!

Miramos como el cuerpo del hombre caía lentamente hacia el piso manchando el auto. Levanté mi mirada, viendo las cámaras de seguridad del lugar.

Arturo: Vamos por el centro de grabación.

Caminamos por todo el lugar, entré a una pequeña oficina viendo el cuerpo de la chica con sangre, tenía levantado el vestido dejando ver su trasero. Miré a Vitor que había abusado de ella.

Arturo: Trae el auto. Eres un idiota. No pudiste usar un preservativo.

Vitor: Le tuve muchas ganas.

Arturo: Hay que desaparecer el cuerpo. No podemos dejar nada de evidencia.

Vitor asintió saliendo de la oficina para ir por el auto, me puse de cuclillas, pasé mis dedos por la mejilla de la chica, negué con la cabeza… ¿Por qué tenemos que dañar a las personas de esta manera? Esta chica prácticamente tenía unos 18 años o quizá hasta menos. Tomé la orilla de su vestido bajándoselo y no dejarla expuesta.

Me levanté empezando a desconectar todo el sistema de grabación, no podíamos dejar ninguna pista como era la maldita zorra de Isabella McMichael, ella si nos estaba dando demasiada lata y más ahora que Draco ya estaba empezando a dudar de las capacidades de Gero que aunque no era su culpa todo se salía de control donde él iba.

Escuché la puerta cerrarse. Entró de prisa acercándose a la chica.

Arturo: No, toma guarda esto. Yo me encargo de la chica.

Vitor empezó a guardar todo de las cámaras, bajé las cortinas del lugar. Me puse de cuclillas envolviendo el cuerpo de la chica, tampoco es que le fuera a dar santa sepultura, pero al menos haría que nadie la encuentre por nada del mundo. No haciendo pasar su cuerpo por la vergüenza de ser examinada donde descubrirían que abusaron de ella.

La levanté donde Vitor abrió la cajuela sin demorarse, metí el cuerpo de la chica acomodándola. Bajé la cajuela cerrando por completo.

Nos subimos al auto, lo encendí pisando el acelerador. Vitor estaba serio y me molestaba que haya hecho esto que no había la necesidad, con solo matarla era suficiente.

Vitor: ¿Qué será de ese tal Luca Stil?

Lo miré por el retrovisor. Negué con la cabeza.

Arturo: Por el momento no podemos tocarlo, tiene un cargo que pesa. Espero Gero haya hecho llegar los documentos que le dijo el jefe.

Vitor: Siento que si seguimos así como estamos, entre poco nosotros seremos los hombres de confianza del señor.

Solté un respiro, ciertamente Draco era quien decidía y hacía en todo lo que él quisiera, lo cierto es que él mató a muchos soldados y personas de la marina. Era un traidor a la patria dando por terminado su misión en la guerra cuando estuvo allí. Se había convertido en un dolor de cabeza para muchos oficiales pero con ayuda de Anton logró pasar desapercibido, pero con la obsesión ciega que ahora tiene por esta maldita Isabella McMichael, todo se ha complicado. Día y noche quiere tener mujeres a su alrededor que se parezcan a ella, como si eso no fuera suficiente como ahora tener que ir asesinando a las personas que obstruyan nuestro paso. Solo era cuestión de tiempo para dar con Isabella McMichael y traérsela a sus pies, a ver si de esa manera lograba cambiar su manera de pensar y de ver las cosas…

Mi móvil sonó. Vitor tomó la llamada.

Llamada:

- ¿Qué hicieron?

- Listo señor. Isabella Mc Michael está en Canadá en alguna cabaña del norte.

- Perfecto. Vayan por ella, revisen cabaña por cabaña si es necesario. La quiero cuanto antes aquí.

- Si señor. Me encargo de eso.

- No lo echen a perder… Hasta el momento ustedes hacen un buen trabajo.

Vitor terminó la llamada, habíamos llegado a un lote baldío. Nadie, pasaba por aquí y menos se atreverían a dar con un cuerpo.

Vitor: ¿Qué hacemos aquí?

Me aparque… Abrí la puerta. Quizá a Vitor no le importaba para nada la chica. Tampoco a mi pero era lo correcto.

Abrí la cajuela, sacando el cuerpo de la chica. Vitor encendió un cigarrillo mientras hacía el trabajo. M adentré un poco más al lote baldío. Miré en todo alrededor. Asenté el cuerpo de la chica, había un poco de agua donde podía humedecerse.

Me aparté regresando de nuevo hacia el auto. Me subí haciendo seña a Vitor para que subiera. Teníamos mucho por hacer y fácil eran 2 días ir hacia el norte de Canadá.

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Arturo

Vitor

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