Capitulo 14

Isabella:

Abrí mis ojos lentamente, me estiré un poquito, más bien demasiado. Solté un gran respiro. Me levanté de la litera, aparté la sabana viendo que aun no se levantaba. Al menos eso esperaba. Levanté por completo la sabana. La dejé en la parte de arriba de la otra litera. Me asomé hacia la ventana viendo que todo estaba cubierto de nieve, sonreí. Era un buen momento para ir por mis cosas.

Me apresuré saliendo de la habitación, me detuve viendo que Jason dormía profundamente, me acerqué dando pequeños pasos, entré a su habitación donde me acerqué un poco a él. Por la claridad podía ver perfectamente sus facciones, es un hombre muy varonil y guapo. Al menos así dormido se veía mucho mejor que con un arma en sus manos. Entre abrí mis labios pudiendo ver su perfecto cuerpo. ¿en que momento se había quitado la playera? ¿Acaso no siente frío?

Un cuerpo demasiado perfecto, bien trabajado, sus abdominales se le marcaban muy bien, hasta la baba se me caía al ver a un hombre como él así. Cerré mis ojos con fuerza, negué con la cabeza. Lo poco que podía ver es que en su pecho tenía una herida de bala, iba acercar mi mano pero la aparté. Tenía otra herida de bala en su hombro.

Solté un gran respiro, tomé la orilla de la sabana cubriéndolo por completo, ahora entendía no es que estuviera enfermito de la pierna, de seguro también tenía alguna herida en su pierna y por eso le daba mucho trabajo caminar.

Me di la media vuelta retirándome de su habitación, no quería despertarlo. Entré al baño empezando a desvestirme, me puse mi ropa de ayer, trataba de buscar mis bragas pero no las hallaba, ¿Dónde la habré dejado? Rodé los ojos poniéndome los jeans. Me lavé la cara, puse en mi dedo un poco de pasta dental haciendo buches… Me sequé el rostro, sonreí mirándome que me veía más pálida de lo normal.

Salí del baño mirando hacia la habitación de Jason. Caminé hacia la cocina dándome cuenta que tenía un montón de medicinas en la repisa, empecé a leer el nombre. Todas eran analgésicos y antibióticos para sus heridas.

Isabella: Pobrecito.

Empecé a revisar en la nevera, tenía muchísima comida. Traté de sacar lo que iba a necesitar para dejar listo el desayuno antes que se levante. Cerré la nevera ya que no había luz, que se conserve lo más que se pudiera lo helado.

Encendí la estufa… puse unos huevos y un poco de beicon… miré que tenía panes de molde, saqué unos cuantos para tostarlos con lo que había de la estufa.

Puse un poco de agua en la olla donde había el café lo lavé sirviendo un poco de agua. Le había hecho un buen desayuno para que tenga energías. Las necesitaba y más por todos esos medicamentos que tomaba…

Terminé de preparar el desayuno me serví un poco siriviendole igual a él. No creo que se levanté pronto así que me senté empezando a desayunar. Estaba todo muy bien para que no se fuera a esforzar demasiado.

Con mi plato que ya había terminado cubrí su desayuno. Me levanté lavando lo que había utilizado. Me asomé un poco donde él como un bebé dormía.

Como dije aprovecharía para ir por mi maleta. Mientras él duerma. No era mucho lo que tenía que avanzar así que cuando él despertara ya estaría de nuevo aquí.

Miré que en la mesa que ya no estaban las carpetas que había leído anoche. De seguro las guardó para no tener que exponer un poco sobre lo que él hacía. Levanté mis hombros sin importarme. Empecé a buscar un lapicero pero no encontraba ninguno, hojas si habían. Tomé una acercándome a la mesita de estar de la entrada, abrí el cajón donde él tenía el arma, entre abrí mis labios viendo que eran varias armas que tenía en este lugar, a un lado habían varios lapiceros, tragué saliva tomando uno de los lapiceros sin siquiera rosar el arma.

Cerré el cajón, empecé a escribir pero el lapicero no escribía, subrayé la hoja varias veces cuando ya escribía. Le deje una nota. Esperando que no se molestara en que me iba. Tomé mi bolso sacando las llaves del auto. Giré la llave de la puerta sin hacer tanto ruido. Abrí la puerta donde estaban las chamarras. Vi la mía pero estaba demasiado alto, claro él pues si estaba super alto y sin problema llegaba, miré otra que parecía mucha más calentita, así que decidí tomar esa, total estaría de vuelta antes que se despierte.

Me la puse, cerré la puerta con demasiado cuidado. Abrí la puerta principal saliendo. Se sentía un frío terrible, pero no tanto como anoche que el viento era el causante. Bajé los escalones, bajé uno de mis pies que se hundió por completo cayéndome por completo en la nieve.

Isabella: Rayoos. Tanto subió la nieve.

Rodé los ojos, me levanté sacudiendo mis manos, sonreí viendo que tenía los aguantes que me había dado anoche. Así que ya bien decidida empecé a caminar recordando bien el camino de donde había venido. Al menos ahora que no estaba nevando bien que pudiera regresar siguiendo mis huellas.

Poco a poco me fui alejando, giré viendo que casi no se veía la cabaña, pero mis huellas si. Me abracé con mis propias manos.

Isabella: ¿Quién realmente eres Jason? Tienes una pinta demasiado fuerte, pero por dentro pudiera decir que eres buena persona…

Mordí mi labio inferior negando con la cabeza cuando recordé la manera en que me había hablado… Pues podrá ser muy bueno pero sé nota que también tien un carácter demasiado fuerte.

Mientras caminaba con un poco de dificultad ya que la nieve hundía demasiado mis pies, se vino a mi mente aquel incidente donde estuve presente.

Isabella: Ese chico… ¿Quién sería? ¿Por qué Anton esta con esas personas? Todo por nada.

Hasta el momento eran muchas cosas que aun tenía preguntas sin tener respuestas. Me sentía tan intranquila pensar que pudieran culpar a Crista y a Luca de algo que no tenían nada que ver. Corrí con mucho trabajo, había llegado donde estaba el auto varado. Al menos nadie se daría cuenta que hay un auto en este lugar. Me apresuré viendo que había una montaña de nieve sobre el auto.

Rodé los ojos. Esto sería una verdadera misión para mi.

Isabella: La suerte que me cargo siempre….

Empecé a quitar poco a poco la nieva sacudiéndola, más bien me interesaba el área de la cajuela donde estaba mi maleta. Pasaba mis manos por esa parte dejando un poco descubierta, miré una rama grande… caminé hasta el árbol, poniéndome de puntillas, casi no llegaba. Me estiré lo más que podía. Logrando alcanzar las ramitas pequeñas.

Me quité los guantes con los dientes arrojándolos, no quería soltar la rama, me iba a servir un poco puse un poco de peso en la rama, necesitaba que se rompiera por completo…

Isabella: Essstaaaa duuuuraaaa… aaaaaayyyyy…

La rama cedió levantándose con fuerza donde el tronco me hizo una buena raspada en el rostro, mientras caía sentada. Me llevé mi mano donde había sentido el raspón. La parte mirando que mi mano tenía sangre. Me tiré encima de la nieve alcanzando uno de los guantes. Lo pasé por mi mejilla, no sé que tanta herida me pude haber hecho. Me levanté caminando hacia el auto. Empecé a remover la nieve del espejo, mi mano hasta entumida quedó por tan helada nieve. Me pegué lo más que podía al auto viendo la herida.

Isabella: Ayyy, nooo. Espero no me deje cicatriz.

Recordé las heridas de Jason en su pecho y en su hombro. Mientras que yo por una raspada me estaba diciendo de cosas.

Caminé hacia atrás del auto. Con la rama, empecé a golpear la cerradura, de seguro se había congelado. Le daba pequeños golpecito.

Sople encima de de la cerradura… Sonreí dándome curiosidad de que sucedería si la humedezco. Cada cosa que pasaba por mi cabeza. Saqué la llave de la chamarra metiendo a la cajuela.. Lo hice tratando de girarla… pero no se abría. Le seguí dando golpecitos donde la llave giró abriendo la cajuela.

Brinque de emoción.

Isabella: Si… sii… siii… Yupii.

Miré mi maleta, empecé a jalarla poco a poco. La dejé caer encima de la nieve… Al menos esto si pude lograrlo.

Solté un gran respiro, bajé la cajuela intenté sacar la llave pero ahora estaba completamente dura.

Isabella: ¿Ahora que?

Rodé los ojos ahora con la maderita empecé de nuevo a golpearla, no podía dejarla colgada. Alguien podía ver el auto y llevárselo y entonces si me metería en serios problemas… Puse mi pien en la defensa sujetando la llave, trataba de girarla y sacarla pero era imposible.

Isabella: Salteeeeeee….. Saaaaa aaaayyyyy…

Me fui de espaldas vendo que la llave se había quebrado. Me quedé tendida encima de la nieve. Negué con la cabeza, levanté mi mano viendo el pedazo de llave que estaba en mi mano.

Isabella: solo esto me faltaba.

Sentí que me empezaba caer nieve en el rostro… De nuevo nevaría bastante, tenía que apresurarme antes que empeore el clima.

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