Isabella:
Habíamos llegado aun tipo concesionario de autos. Me bajé al igual que ellos lo hicieron. Luca sin demorarse se acercó hacia donde estaba el hombre donde se estrecharon la manos.
Isabella: ¿Es de fiar?
Crista: él no dirá nada. Sabes que Luca pesa mucho en el gobierno. Además solo rentará el auto sin decir nada.
Luca desde donde estaba nos miró haciendo señal para que nos acerquemos. Caminamos hacia ellos.
Luca: ¿Cómo que auto necesitarías?
Miré al hombre que pasó de la mirada hacia Lucia hacia mi. Sonreí mientras el hombre me miraba. Tragué saliva esperando a que no dijera nada.
Isabella: Uno estándar…
El hombre asintió con la cabeza, Luca y él hicieron elección de un buen auto que al menos pueda lograr llegar hasta donde tenía que ir. El hombre le entregó una llaves a Luca. Volvieron a estrecharse las manos. Luca se la sostuvo con gran fuerza sin soltársela. El hombre intentaba en soltarse pero no podía de la fuerza que lo tenía sostenido.
Luca: QUEDA CLARO QUE NUNCA ESTUVIMOS AQUÍ ¿Verdad?
Osvaldo: Señor… Claro. Por supuesto.
Luca: Mucho cuidado con que abras la boca. Te cierro todos tus negocios.
Osvaldo: Señor… soy una tumba.
Luca asintió con la cabeza soltándolo, podía verse su mano muy roja del terrible apretón que Luca le había dado. Él se acercó a mi tomándome del brazo. Crista se subió al auto que había rentado. Lo sacó del concesionario… avanzó un poco esperando afuera. El hombre se retiró en su auto sin decir nada más… Ni siquiera el pobre se despidió de Luca ni de Crista. El miedo que le había puesto Luca era demasiado para hacer lo que él dijo.
Salimos acercándonos a su auto. Abrió el maletero sacando mi maleta, la subió al auto rentado… Me sentí un poco temerosa… No sabía ya que hora era, pero estaba por amanecer, la poca claridad que había aun dejando el lugar oscuro hacia denotar que ya pasaban de las 5:00 de la mañana. Cerró la cajuela, sacó de su bolsillo el dinero que me hizo entrega.
Crista tenía lagrimas en los ojos. Aparté las mías. No tenía palabras de como pagarle todo lo que estaban haciendo por mi. Esto era mucho y juré que por mi vida ellos no estarían metidos en nada de mis problemas.
Luca: Veté por el norte. Esta despejado. Allí debe estar nevando.
Crista: Metí tu chamarra térmica.
Isabella: Gracias. Les debo mucho en verdad. No sé como pagarles.
Luca: Nos pagarás cuando tu nombre esté completamente limpio. Así que conduce con cuidado.
Asentí con la cabeza, le di un abrazo con fuerza a Luca… él me entregó un croquis de como llegar a la cabaña. Solté un gran respiro mirando a Crista.
Crista: Ve con cuidado, no te desesperes. Luca buscará ayuda. Te lo aseguro.
Luca: No te prometo que sería en uno o dos días. Llevará su tiempo. Compra todo lo que necesitas en algún supermercado, trata de no salir… No digas tu nombre ni apellidos a nadie.
Asentí con la cabeza… Luca abrió la puerta del lado del conductor, entre mirándolos a los dos fijamente.
Isabella: Gracias por todo.
Luca: La cabaña tiene teléfono. Así que puedes llamarnos o mejor no. Nosotros estaremos pendientes de todo. Tampoco podremos llamar de la casa. No vaya a dar de malas que interfieran las llamadas del edificio.
Isabella: De acuerdo. Espero su llamada.
Crista: Ve con Dios. Cuídate. No confíes en extraños. No hables con nadie.
Asentí con la cabeza, una lagrimas rodaron por mis mejillas, las aparte. Ellos dos levantaron sus manos en señal de despido. Solté un gran respiro, tragué saliva donde giré la llave. Encendí el auto. Los miré por ultima vez… mis ojos brillosos me delataban ante el dolor que sentía en despedirme de esta tonta manera.
Metí velocidad empezando acelerar poco a poco. El auto empezó avanzar, mi corazón me dolía demasiado. Tenía que dejar a mis amistades y todo por esta situación donde no tenía culpa de nada.
Levanté mi mirada viendo como se alejaba la imagen de ellos dos juntos, podía ver a Luca que abrazó a Crista…
Tragué saliva, esto no podía estar pasándome, tendría que empezar de cero al menos por un momento. Si todo se tornaba peor, tendría que escapar por siempre. Esas personas harían hasta lo imposible para dar conmigo de una o de otra manera. Así que no me daba que quedarme para refugiarme en una cabaña de un desconocido.
Draco:
Miré por la ventana esperando noticias de lo que teníamos acerca de la tal Isabella McMichael. Odiaba tener ese cabo suelto. Como mis hombres pudieron ser tan tontos en dejarla ir así como si nada.
El auto de Gero se aparcó en la entrada. Esperaba que me trajera buenas noticias al menos en este momento que era tan crucial para todos nosotros.
Levanté mi mirada cuando la puerta se abrió. Se presentaron ante mi Alan, Cesar, Vitor. Ellos entraron con un poco de dificultad, podía sentir desde donde me encontraba el miedo de ellos… Los miré fijamente, caminé hacia un lado quedando a una buena distancia frente a ellos.
Draco: ¿La encontraron?
Ellos negaron con la cabeza, crucé mis brazos esperando que llegara Gero, él estaba con Arturo en el momento donde el oficial había ido para interrogar mientras todos esperaban las respuestas que les había dicho que tenían que decir.
La puerta se abrió dejando ver la mirada de Gero.
Gero: Jefe.
Draco: Di una maldita orden de traer a Isabella McMichael ante mi ¿Dónde DEMONIOS ESTÁ?
Gero: Apenas pude deshacerme de los oficiales y de Anton.
Draco: ¿Anton? NO CREO QUE SEAS TAN ESTUPIDO DE HABER HABLADO CON ÉL.
Me acerqué rápidamente soltándole un golpe a puño cerrado en la quijada. Él con rodilla en piso cayó. Se llevó sus mano hacia donde había resentido el golpe. Levantó su mirada mientras lo retaba con la mirada.
GEro: No, señor… no hablé con él. Pero él fue al hospital. Asegura que Isabella McMichael no tuvo nada que ver.
Negué con la cabeza. No me convenía para nada tener a Anton de mi enemigo. Sé de sus alcances… No por nada somos amigos. Tanto que él mismo me había ofrecido en su momento de llevarme a la cama de Isabella en vez de hacerlo él.
Caminé hacia la ventana admirando la vista que tenía ante mis ojos. La apuesta que nos habíamos jugado realmente era. Que Isabella se enamorara de Anton para ganarse su confianza, una vez tenido esa confianza él me la entregaría para hacerla mía… soñaba con ella día y noche. La quería para mi. Todo se fue a la mierda cuando Anton empezó a enamorarse de ella. Tuve que buscar a una de las empleadas de Anton para hacer que le cuente todo la verdad a ella. Así Anton jamás podría llegar a ella a pesar que ella estuviera derrapando por él. Si no era para mi, no sería para nadie.
Sonreí. Me di la media vuelta para ver a estos cobardes donde los 5 hemos sido durante mucho tiempo los amigos de Anton Gold, él limpiaba a la perfección todos mis asuntos legales y yo los de él. Tener un gran puesto como el de Comandante de la policía. Nadie podría oponerse a lo que decida.
Draco: Necesitamos a Isabella McMichael.
Gero: Hoy mismo voy por ella a su departamento. Pero necesito a otro oficial que no esté…
Draco: Estas idiota… Involucrar a otro oficial donde puede ponernos en duda. NO… IRAS CON ARTURO.
Ellos me miraron sin entender como podía ir Arturo si estaba en el hospital.
Gero: Señor…
Draco: Sacarás a Arturo del Hospital, llamaré al director para que le den de alta. Cuando lleguen al edificio de ella. Tendrás las pruebas donde Arturo esta lastimado por culpa de Isabella. Así que nadie pondrá en duda de decir algo de ella.
Gero asintió con el cabeza no muy convencido. Pero de esta manera solo estaremos involucrados los que tenemos que ser. No quería por nada del mundo que alguien dudara de mi personal. La palabra de Isabella McMichael esta por debajo de la nuestra. Ahora siendo una prófuga, las cosas se facilitarían para mi.
Draco: Esta demás en decirte que si no resulta. TU CABEZA DE TU PUESTO VUELA.
Gero: No se preocupe señor. Yo encontraré a esa mujer y se la traeré si es necesario hasta de rodil…
Draco: HAS TU MALDITO TRABAJO Y TRAELA.
Pasé de sus tontas palabras de Gero, siempre queriendo quedar bien, cuando no tenía lo mínimo de ser un buen oficial. Siempre había que resolverle sus cosas. Solté un gran respiro sabiendo también que David se llevó a la muerte el lugar donde tendría todo mi dinero. Esto apenas empezaba.
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Isabella
Crista
Luca
Gero
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Comments
Anonymous Carmen diaz
Eres una basura u esos cinco igual de podridos que tú draco ahora que podrá hacer Antón si te a ayudado
2025-01-16
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Anonymous Carmen diaz
Corrupto basura eso eres Draco
2025-01-16
0
Angeles Loza Felix
que idiotas los dos,apostarla se nota que les interesa mucho
2024-01-18
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