Anton:
Me aparqué en la entrada del edificio donde vive Isabella. Me bajé, miré a lo alto del edificio. Esta era mi ultima oportunidad para dar con Isabella. Miré su móvil que no había tenido ni una sola llamada en todo este tiempo.
Activé la alarma de mi auto caminando hacia el edificio. Empujé la puerta donde el portero levantó su mirada… Me sonrió. Rodé los ojos recordando las veces que venía hasta aquí para buscar a Isabella, él siempre fue muy amable aunque de seguro que cuando todo pasó ella le advirtió que por ningún motivo me dejara subir a su departamento.
Portero: Señor. Am…
Anton: Anton Gold.
Portero: Ahh si… Ya recuerdo. El hombre que tiene prohibida la entrada aquí. ¿En que puedo ayudarlo?
Anton: La señorita Isabella ¿está en su departamento?
Él hombre me miró negando con la cabeza, pasó de mis palabras sin decir nada. Rodé mis ojos al ver su actitud que estaba claro que no me diría nada.
Anton: Es de suma urgencia que hable con ella.
Portero: Lo siento Se-ñor… Anton. No estoy en disposición para darle información de la señorita Isabella.
Traté de controlarme, respiré profundamente.
Anton: ME URGE HABLAR CON ELLA. ¿ESTA O NO ESTA?
Portero: No le diré nada. Retirese o hablo a la policía por invadir propiedad privada.
Miré fijamente al hombre que tomó el control de la televisión apuntando hacia ella. Negué con la cabeza, levanté mi mirada viendo que el edificio tenía cámaras, me apresuré saltando al mostrador pasando mi cuerpo al lado donde estaba el portero. Él se levantó de un solo brinco. Lo tomé del cuello de la camisa dando pasos hacia adelante mientras él me miraba negando con la cabeza… Golpeé su cuerpo en la pared donde cerró sus ojos con fuerza.
Anton: Me importa una mierda… si Isabella dio la orden de no darme razones si está o no.
Portero: Señor Anton la señorita Isabella no ha llegado. Mire el estacionamiento no está su auto.
El portero me señaló la pantalla donde se podía ver los autos del estacionamiento. Claro que Isabella no estaba con su auto. Rodé los ojos.
Anton: solo quiero saber si ella ya llegó. Si está en su departamento.
Portero: No la vi subir. Se lo juro.
Lo miraba fijamente, el hombre estaba muerto de miedo al verme de esta manera, lo solté haciendo que él se removiera de frente de mi.
Anton: ¿La señora Crista?
Portero: Ella si se encuentra.
Lo miré de arriba abajo, negué con la cabeza caminando hacia la pequeña puerta donde él salía, la abrí caminando hacia el ascensor. Oprimí el botón sin apartar mi mirada del portero él espero hasta que las puertas se abrieron. Entré rodando los ojos.
Anton: Solo esto me faltaba.
Solté un gran respiro viendo los números de los pisos avanzar. Crista vive en el piso de abajo del de ella, sin duda ella debería tener información donde estaría o no sé que pueda estar pasando.
TIIN!!!
Las puertas del ascensor se abrieron, salí del ascensor, recordando la ultima vez que también recorrí este pasillo. De igual manera era para saber de Isabella, me detuve en la puerta del departamento de Crista. Rodé los ojos negando con la cabeza, si el portero no me quería decir, Crista menos lo iba hacer. Aun así decidí jugármela. Oprimí el timbre…
DIIN DOON!!
Levanté mi mano mirando la hora, son las 2:55 am, Crista sin duda si hablaría a la policía. ¿Quién en su sano juicio abriría su puerta a esta hora? Sonreí sabiendo que Isabella lo hubiera hecho. Me esperé un momento volviendo hacer que sonara el timbre. Miraba la puerta, por debajo de la puerta haber si se encendía alguna luz pero nada.
TIIINNN!!!
La puerta del ascensor se abrió mirando un grupo de chicas que estaban algo pasadas de copas, sus risas escandalosas llenaban todo el área. Una se detuvo mirándome, me sonrió señalándome.
Chica: Eres el Abogado Anton Gold… el guapísimo Anton que por mucho tiempo. Las mujeres quieren llevarte a la cama.
Rodé mis ojos pasando de sus palabras… Sus amigas empezaron a jalar su mano, pero ella insistía con sus palabras algo pasada de tono. Empezó a caminar contoneándose.
Chica: Anton… Abogado, llévame a prisión.
La chica extendió sus manos donde otra de sus amigas que estaba menos pasada de alcohol, me sonrió presionando sus hombros.
Chica 2: Vamos nena.. es hora de descansar.
Chica: Crista… no te abre. También te vas a encamar con ella. Digo… así lo haces con las mujeres que conoces.
Anton: Será mejor que me vaya.
Me aparté de las chicas que estaban empezando a discutir. Lo cierto es que al parecer ya tenía la mala fama que por mucho tiempo yo mismo me había creado por parte de mis acciones. Entré de nuevo hacia el ascensor.
¿Dónde estas Isabella? ¿Dónde?
Mi mente no apartaba la idea de que a lo mejor la habían capturado esas personas. Arturo tenía mucho por decir que era lo que realmente había pasado. Tomé mi móvil cuando las puertas del ascensor se abrieron, salí empezando a marcar hacia July. Al menos por Arturo ya debieron haber llegado y tendría mucho que testificar. Sin embargo Isabella no saldría limpia de esta situación.
El portero me seguía con la mirada.
Llamada:
- ¿Dónde estas? Ando muy preocupada.
- Vine al departamento de Isabella, pero ella no está.
- El muchacho dijo que Isabella asesinó al chico. ¿Te das cuenta? Tenía una asesina cerca de ti. Que horror.
- Basta July… Estoy seguro que Isabella no fue. La tomaran de un chivo expiatorio acusándola de algo que puedo jurar que no tuvo nada que ver.
- Eso dices tú. Pero está muy claro que sino fuera culpable no hubiera escapado.
- ¿Dónde estás?
- En mi departamento ya.
- De acuerdo. Iré a ver a Arturo. Él puede decir la verdad.
- Ya la dijo. Si no la quieres creer…
Terminé por colgar la llamada, no estaba para escuchar tontería de nadie. Esto para nada me pintaba bien. ¿Qué sucedió? ¿Qué?
Me subí a mi auto dirigiéndome directo hacia el hospital. Tengo que hablar con Arturo antes que algo se salga de control y no poder solucionarlo a tiempo.
Gero:
Miraba a los oficiales que habían llegado a petición del jefe. Sonreí al escuchar completamente la declaración de Arturo. Nada como asegurar y culpar a Isabella McMichael, para todos ella es la única culpable del asesinato de David un joven de 20 años.
Oficial: De acuerdo Arturo. Tendremos que dar con la señorita Isabella McMichael. Es una prófuga y hay que dar con ella cuanto antes. Debe tener cómplices, sino no hubiera escapado.
Arturo: Si. Sin duda me arrolló sin importarle nada, por más que le grité que se detuviera. Disparó y se escapó.
El oficial asintió con la cabeza caminando hacia mi. Él me miró fijamente con su libreta de anotaciones.
Oficial: Dice que la señorita Trabaja en el despacho del Gold y Asociados.
Gero: Así es. El pobre de Anton Gold tampoco lo puede creer. De hecho es su asistente personal.
Oficial: Lo supo hacer. Estaba rodeada de abogados y personal de la ley. Nadie sospecharía de nadie.
Gero: ¿Qué sucederá?
Oficial: Levantaremos una orden de aprensión en su contra. Si la ayudan o si tan solo mira alguien lo sabremos. Con permiso.
Le estreché la mano al oficial, esperé a que se retirará con su otro compañero. Los dos salieron donde empezaron hablar. Cerré la puerta. Miré a Arturo que él miraba hacia el techo.
Gero: el jefe esta muy molesto.
Arturo: Maldita ramera… ¿Cómo es que estaba ella en donde no tenía que estar?
Gero: Mientras Anton no se interponga.
Arturo: Somos sus amigos.
Gero: Pero ella es la principal sospechosa, así que para nosotros lo es también. El jefe quiere que empecemos a buscarla. Así que hay que hacerlo.
Arturo soltó un golpe a puño cerrado cuando la puerta se abrió, los dos dirigimos la mirada hacia la entrada. Me quede completamente quieto.
Gero: Anton.
Anton: ¿Qué fue lo que sucedió?
Gero: el ofi…
Arturo: Sucedió que la zorra esa me arrolló, traté de evitar que no asesinara a David.
Anton miró a Arturo, estaba claro que él no creía ni una sola palabra que Artur le estaba diciendo.
Anton: CONOSCO A LA PERFECCION A ISABELLA MCMICHAEL. ELLA NO FUE.
Negué con la cabeza mirando de reojo a Arturo… Pasé mi mirada hacia Anton. Anton para nosotros representaba la ley en toda la expresión. No sería fácil que él nos creyera. Arturo me miró mientras le negué con la cabeza. No podíamos seguir hablando con él por nada del mundo.
Gero: Tienes unas enormes vendas por esa mujer. Es una asesina y sabes que no puedes negarlo.
Anton: ME NIEGO… ME NIEGO EN SU TOTALIDAD. SOMOS AMIGOS DE AÑOS, PERO ESTO NO…
Me acerqué caminando frente a él. Lo miré de la misma manera que él lo hacía. ¿Estaba declarándonos acaso la guerra?
Gero: TÚ LO PROVOCASTE… ELLA QUERÍA VENGARSE. LO HIZO INVOLUCRANDOTE. ¿Qué HARÁS?
Anton: COMO DIJE. CONOSCO A ISABELLA Y ELLA NO HARÍA ALGO ASI. VOY A LLEGAR A LA VERDAD.
Gero: Entonces ¿estas en nuestra contra?
Él negó con la cabeza sonriendo.
Anton: ¿Por qué HABRÍA DE ESTARLO?
Gero: No te lo recomiendo Anton Gold… también estarías embarrado de tus sucias actividades ilegales que haces. TE LO DEJO DE TAREA.
Él no dijo absolutamente, se dio la media vuelta tomando la perilla de la puerta. Se detuvo girándose un poco.
Anton: EN ESE CASO… TOMARÉ EL CASO DE ISABELLA MCMICHAEL PARA DEFENDERLA DE LO QUE SE LE ACUSA.
Abrió la puerta saliendo, cerró la puerta soltando un fuerte sonido que por todo el lugar se logró escuchar.
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Anton
Gero
Arturo
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Comments
Anonymous Carmen diaz
Amigos basura sabes Antón que Isabella no es culpable pego te acaban de declarar la guerra y a Isabella
2025-01-16
0
Adela Rojas Gimenez
pues parece que Antonella se equivoca con Anton
2023-08-04
2
Ely Reyes
Oh ! Gero mi amor ❤️
2023-08-02
1