Capitulo 11

Hombre misterioso:

La chica me tomó de la playera sacudiéndome, estaba claro que estaba demasiado asustada… La miré donde por poco y me voy con ella al piso. La sostuve de los brazos con fuerza…

Isabella: No… NO PUEDO RESPIRAR…

Hombre: Vamos intentanto… Tranquilizate. Estás muy alterada.

Ella negó con la cabeza, sus lagrimas empezaron a caer… Cerré mis ojos. La abracé con fuerza… necesitaba que se calmara para saber lo que realmente le estaba pasando. Quizá fui un poco duro con ella… No debí decirle las cosas de mala manera. Es una desconocida que no se tiene la culpa de nada de lo que he vivido para desquitarme con ella.

Pasé mi mano suavemente por su cabello. Parecía en verdad que no era juego de ella y que realmente le estaba faltando el aire.

Hombre: Shh… sshhh… Tranquila Respira… Intenta respirar.

Ella negaba con la cabeza. LA solté mirándola fijamente a los ojos.

Hombre: Vamos respira.

Le mostré como hacerlo, ella me miraba fijamente…

Hombre: ¿Eres asmática?

Ella negó con la cabeza. Le hice señas de inhalación, luego de exhalación. Ella respiró profundamente, empezaba a volver a su color, antes estaba toda pálida. Le sonreí viendo que ella ya estaba más relajada. Ella me miró apartando lentamente sus lagrimas.

Hombre: ¿Te sientes más tranquila?

Ella me miró asintiendo con la cabeza.

Isabella: Me tengo que ir.

Rodé los ojos, me aparté de ella. Negando con la cabeza.

Hombre: Si te quieres ir… No te lo puedo impedir. Solo que mira como está el viento. Si crees llegar lejos. Adelante. Solo le giras a la llave de la puerta y cierras.

Ella mordió su labio inferior, se llevó la mano a su pecho. Rodé los ojos soltando un gran respiro, esta chica en verdad me iba a sacar de mis casillas, me di la media vuelta.

Hombre: Hay una habitación disponible, es una litera. O prefieres dormir en la cama en mi habitación.

Ella se quedó seria. Sonreí al ver su rostro de nervios. Le hice seña para que me siguiera. Escuché pequeños pasos que daba para enterarse donde la llevaba.

Isabella:

No me sentía muy segura de este hombre, en verdad me estaba dando mucho miedo. No me quedaba de otra. Solté un suspiro empezando a seguirlo.

Hombre: Las habitaciones no tienen puerta.

Aseché un poco hacia la otra habitación viendo un literal, al menos con esa podía ver si él hacía algo o no.

Isabella: Mejor esta habitación…

Había escogido donde estaba la litera, él levantó sus hombros cediéndome el paso, pasé muy pegada al marco de la puerta, se veía algo cómoda, había una ventana, al menos. Él se retiró de la habitación sin decir nada… Miré la litera, al menos estaría un poco más cómoda que el sillón, me senté en ella, me iba a recostar y dormir como una piedra, cuando ese hombre entró, con una colcha enorme, otras sabanas. Me levanté ayudándolo, él me miró cuando sostuve lo que había traído. Me aparté asentándolo en la cama, él se acercó tomando la sabana, la agitó extendiéndola, él caminó hacia un lado de la litera haciendo un nudo… Avanzó del otro lado haciendo lo mismo, la dejó caer, le dio unas palmaditas mirándome.

Hombre: al menos tendrás un poco de privacidad.

Le sonreí asintiendo con la cabeza, él no dijo nada, se dio la media vuelta caminando con un poco de trabajo.

Isabella: Gracias.

Se detuvo girando de nuevo, me sonrió…

Hombre: si quieres darte la ducha… ahora veo que te puedo dejar de ropa, como comprenderás no uso ropa de mujer.

Sonreí negando con la cabeza. La verdad le tomaría la palabra, necesitaba la ducha aunque con tanta nieve me debo imaginar que estaría super helada el agua.

Me levanté de la cama, caminé siguiéndolo donde me señaló el baño. Él pasó directo hacia su habitación, me imagino que para buscar algo de ropa. Entré al baño esperando un poco, solté un gran respiro agradeciendo que este hombre a pesar de su mal humor era un poco consciente.

Escuché sus pasos que en seguida me asomé, me entregó una playera y unos pants, claro que no había ropa interior, así que no usaría. Con el pants bastaba. Cerré la puerta dejando todo en la meseta del lavamanos, miré todo lo que él tenía de uso personal, todo en perfecto orden. Empecé a desvestirme, el cansancio ya era demasiado y sabía que después de esta ducha caería como piedra.

Me metí rápidamente al área de la regadera, abrí la llave empezando a probarla… Mi cuerpo empezaba a temblar por el extremo frío que había en el baño… el agua empezó a caer totalmente caliente, me metí aprovechando al menos lo que duraba… Miré que tenía shampoo, así que tomé un poco. Empecé a masajear mi cabello que buena falta le hacía. El shampoo de los moteles era para llorar. Cerré mis ojos disfrutando del agua tibia mientras caía por mi cuerpo, siempre tardaba en casa casi una hora o mas tomando la ducha y aquí no podía hacerlo… Cerré la llave, no quería ni moverme, al menos el vaho ayudaba a que el frío no lo resienta mi cuerpo…

Tomé una de las toallas secando gran parte de mi cuerpo, al menos me había dejado varias. ¿Será que piensa que siempre uso varias? Levanté los hombros sin darle importancia. Enrolle la toalla en mi cabello, no quería que tuviera demasiada humedad y con este frío se me helaría hasta los pies.

Me puse el pants viendo que me quedaba enorme, al menos tenía un cordoncito para ajustarlo, pero ni por más, me quedaba muy por debajo de la cadera. MMM ni hablar esto es lo que hay, me puse mi top que traía puesto en vez de sujetador. La playera de manga larga me quedaba como vestido. Me miré en el espejo sonriendo, parecía una mujer cómica. Si que lo era en este momento.

Abrí la puerta saliendo del baño, la silueta del hombre estaba en la cocina. Él estaba tomando algo… Se apretó la pierna levantando su mirada. Empezó a caminar con demasiado trabajo, la verdad pobre, de seguro tenía chuequito su pie o algo andaba mal. Pasó a un lado de mi.

Hombre: Que descanses…

Me extendió su mano, donde la miré fijamente, le entregué la mía.

Isabella: Isabella Mc….

Él me miró fijamente esperando mi nombre completo, pero Crista me había dicho que por nada del mundo mencione mi nombre.

Jason: Jason… ahora descansa.

Asentí con la cabeza al ver a Jason que caminaba arrastrando el pie. Extendió la sabana recostándose. Solté un gran respiro… caminando hacia la cama donde había un par de calcetas y unos guantes… Di varios saltitos de emoción no se congelarán mis pies, corrí a la litera sentándome, me puse las calcetas… Cerré mis ojos dándome cuenta que eran de esas que calentaban por completo. Me puse los guates extendiendo mi mano para bajar la sabana. Me cubrí perfectamente, en verdad que la sabana fue muy buena idea, así no entraría tanto el frío.

Cerré mis ojos soltando un gran respiro… ¿Qué estará haciendo Anton en este momento? De seguro ha puesto toda la información en muchas agencias… Mis ojos empezaron a llenarse de lagrimas pensar que soy una prófuga injustamente, negué con la cabeza, tanto que me había esforzado por llegar hasta donde estaba y toda mi vida había cambiado en su totalidad.

¿Qué hice mal para merecerme esto? Ni siquiera pude llegar bien a la cabaña que me dijo Luca. Ellos deberían ya estar pensando que estaría en la cabaña de su tío… No me quedaba de otra más que ir en busca de la cabaña y quedarme allí hasta nuevo aviso. Necesitaba buscar la manera de irme de aquí.

Sonreí donde Jason se vino a mi mente, él con el arma parece un hombre malo, pero realmente ha sido muy bueno. Me oreció comida, un techo donde pasar la noche, ropa, me permitió usar su agua tibia para la ducha. Realmente no todos los desconocidos hacer mucho por otra persona… sin embargo, también él debe tener secretos.

¿Cómo iba a salir de todo esto? Tenía la fe y la esperanza que todo esto termine de buena manera. No puedo recurrir a nadie más que en Crista y Luca que me han ayudado demasiado.

Cerré mis ojos, poco a poco me fui quedando completamente dormida.

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Isabella

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