Capitulo 4

Isabella:

Me sentía en total dolor en todo mi cuerpo por el accidente que tuve… Respiré profundamente apretando mi brazo… el taxista que me vio me ayudó a subirme, le dije que no quería preguntas que solo me llevara a mi edificio pero tendría que aparcar en la parte de atrás del edificio. No quería que nadie me viera..

El taxista se bajó del taxi ayudándome a bajar.

Taxista: señorita, creo que deberíamos ir a un hospital, no se ve en condiciones para estar así.

Isabella: Por favor… por favor. Oprima el botón del piso 6 departamento 4…

El hombre hizo lo que le dije, sentía que no tenía fuerzas para levantar mi mano. Reposé mi cuerpo junto a la bocina.

Crista: ¿si?

El taxista me miró haciendo señal que ya habían respondido.

Isabella: Crista, soy Isa…

Crista: Mujer te fui a ver a tu departamento, ¿por que no subes? ¿Por qué me hablas de la bocina?

Isabella: Estoy en la parte de atrás, tuve un accidente, necesito tu ayuda. Trae dinero, necesito pagarle al taxista.

Crista: ¿Taxista? ahora bajo.

La comunicación se terminó, mis ojos estaban con lagrimas recordando al pobre chico que le habían quitado la vida sin importarle nada. Ni siquiera les importó que los viera… Era un ajuste de cuentas buscando un dinero que ese chico tenía.

Taxista: Señorita.. disculpe…

Dejé caer mi cuerpo deslizándose por la pared… Levanté mi mirada viendo al hombre.

Isabella: Si… no se preocupe ahora baja mi amiga y le paga.

El hombre me miró negando con la cabeza.

Taxista: No… otro día paso.

Negué con la cabeza, mis lagrimas empezaron a caer… No podía contenerlas, estaba en serios problemas y nadie podía ayudarme. Respiré profundamente cuando escuché que la parte de la parte de atrás se abrió… Miré a Crista que se llevó las manos hacia su boca cubriendo su asombro.

Crista: Nena… ¿Pero que te pasó?

Sonreí dejando caer más lagrimas… Crista sacó unos dólares entregándoselos al taxista, se persigno y se marchó. Crista se puso de cuclillas…

Crista: ¿Qué te paso nena? ¿Estas bien?

Negué con la cabeza, ella me sostuvo de los brazos alzándome con fuerza, rodeó mi cintura alzándome.

Isabella: Ayy… estoy en serios problemas…

Crista: Ya creo que si.

Ella abrió la puerta evitando golpearme con ella, las dos entramos, dábamos pequeños pasos, me dolía el cuerpo y tenía que hacer hasta lo imposible para acelerar el paso. Esos hombres podían venir hacia mi departamento…

Subimos al ascensor, me sostuvo con fuerza… Oprimió el botón para subir a su piso.

Isabella: ¿Estas sola?

Crista: Esta Luca… pero sabes que mi marido es como si no estuviera cuando platicamos.

Asentí con la cabeza, más que nada por que él me podía ayudar en lo que le fuera a pedir.

Tin….

Las puertas del ascensor se abrieron, me sostuvo de nuevo cuidando mi paso… Llegamos hacia su apartamento. Dio dos golpes a la puerta donde asomó su marido, abrió la puerta sosteniéndome igual de la cintura, me levantó entre sus brazos llevándome rápido hacia uno de los sillones.

Luca: Isabella, ¿Qué te sucedió?

Sentí cuando me dejó sentada con mucho cuidado en el sillón, Crista se apresuró para traer unas toallas húmedas empezando a limpiar un poco mi rostro que tenía un poco de sangre.

Luca tomó su móvil… Levanté la mano..

Isabella: no, por favor… nada de médicos ni nadie. Ustedes saben que solo a ustedes tengo. No tengo a quien recurrir.

Ellos dos se sentaron tomándose de las manos. Ellos siempre han sido un matrimonio que admiro muchos, por más que han intentado tener hijos no lo han podido lograr, sin embargo eso nunca los ha separado por el contrario, los ha unido más que cualquier cosa.

Luca: Dinos que ha sucedido.

Solté un gran respiro, mirando que ellos tenían puesto su mirada en mi. Les tenía confianza, demasiada diría sin embargo no sé que tanto podría contarlos sin involucrarlos realmente.

Isabella: No lo s quiero meter en problemas.

Crista: Te aseguro que no será así. Estamos para apoyarte en lo que podamos.

Asentí con la cabeza, ¿Quién más podía confiar que en ellos?

Isabella: Me quedé hasta tarde en el despacho, como siempre ellos me dieron trabajo a ultima hora y es donde digo que Anton está involucrado en todo esto.

Luca: ¿Anton Gold? ¿Pero de que?

Isabella: No estoy muy segura, pero hice lo imposible par salir a tiempo pero quería que ordenara unos expedientes para el caso de mañana. Lo hice pero ya era demasiado tarde, él llegó como siempre con una mujer diferente a la de ayer.

Crista: Es un maldito miserable mujeriego.

Su esposa la miró tratando de calmarla. Crista sabia lo que Anton había planeado junto con sus amigos referente a la apuesta donde estaba involucrada. Mis ojos se llenaron de lagrimas…

Isabella: Empezamos a discutir como siempre, él estaba tan insistente que no me marchara, pero al final terminé por salir y creo que es la peor decisión que pude hacer. Llegué a mi auto mirando a un grupo de hombres creo que eran 5 o no sé. Golpeaban a un chico como de unos 20 a menos. Lo estaban masacrando.

Me llevé las manos al rostro en recordar la mirada de ese pobre chico que en mirarme me suplicaba ayuda…

Isabella: Les dije que lo dejaran en paz y en eso sacaron un arma…

Mis lagrimas empezaron a caer sin poder contenerlas, es tan difícil para mi todo esto, como decirles que fui testigo de un asesinato sin que ellos también me dijeran que tenía que entregarme.

Crista se levantó soltando la mano de su esposo, caminó hacia mi lado sentándose a mi lado tomando mi mano, la apretó entre lazando nuestros dedos. La miré donde ella asintió dándome su aprobación para seguir.

Isabella: Le dispararon frente a mí. Los documentos del despacho quedaron regados mojándose. Corrí desesperada, ellos empezaron a dispararme para que no escapara, pero no pude hacer nada por el chico, ellos estaban dispuestos también en acabar con mi vida… Me subí a mi auto sin importarme nada, aceleré llevándome de paso a uno de los hombres que estaban frente a mi. Lo arrollé dejandolo ahí. Los disparos continuaron sin cesar, traté de alejarme lo más que podía pero ellos conducían con una excelente perfección.

Negué con la cabeza apartando mis lagrimas… Crista me rodeó con su brazo apretando mi hombro.

Crista: Tranquila nena, nosotros somos tus amigos y estamos para protegerte.

Isabella: ¿Cómo? Anton sabe donde vive, también saben donde vives. Vendrán por nosotros, no se van a tentar.

Luca se puso de pie, donde las dos lo seguimos con la mirada, estaba completamente serio.

Luca: Dices que Anton ¿esta detrás de todo esto?

Levanté mis hombros en señal que tampoco lo sabía, pero todo concordaba de la manera que presentía que habían sido las cosas. Tanto que él impedía que me marchara. Para mí claro que estaba involucrado.

Luca: Bien Isabella, aquí no te puedes quedar.

Entre abrí mis labios sabiendo que Luca al saber la verdad sería partidario a que no puedo ponerlos en peligro por algo donde ellos no tienen nada que ver.

Isabella: Lo entiendo. Será mejor que me marche.

Luca: No, no me refiero a que no te vamos ayudar. Lo haremos tendrás que irte del país al menos por un tiempo. Tengo amigos de alto mando en la fiscalía en el gobierno. No por tantos años estuve en el ejercito.

Lo miré abriendo mis ojos y cerrándolos tan rápido como podía.

Luca: Mi primo tiene una cabaña en Canadá. Allí nadie podrá dar contigo. Está en medio de la nada. Te ayudaremos a salir de aquí. Estoy casi seguro que hay vigilancia fuera del edificio esperando a que llegues.

Crista: ¿Cómo lo haremos entonces?

Luca: Saldremos en la parte de atrás, todo lo que uses sería en efectivo. No uses tus tarjetas y nada que pueda delatar tu ubicación. Si dices que Anton a lo mejor está involucrado. Yo mismo iré a investigar como están las cosas. Saber un poco del chico. Tendré que mover mis cartas. Tocaremos puertas hasta dar con la verdad. ¿DE acuerdo?

Asentí con la cabeza, sabía que no podía dudar de ellos. Sin duda alguna son unas personas increíbles dándome su apoyo en todo esto.

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Isabella

Crista

Luca

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