La cena entre los amigos fue muy agradable, más de lo que imaginó Jack, que nunca se había podido quedar hasta tan tarde en aquella casa por tener que correr a la suya antes de que su padre apareciera, y mirando las risas que tenían entre todos en aquella mesa se dio cuenta que hasta lo malo trae algo bueno, ya no tendría que esconder dónde era que pasaba sus tardes y además podría mostrarse en público con Alice además de en la escuela.
En la cena estuvieron hablando de todo un poco, desde el auto que pensaba comprar Josep para impresionar a una chica que había conocido hasta de los asuntos de inversión de su hermano Jacob y la necesidad de un inversor, de todo menos de la oscura conversación que el chico había tenido con su madre, un momento tan agradable como el que estaban pasando no merecía ser empañado sólo con la mención de los padres de Jack y de la situación que lo había llevado a quedarse aquella noche en la casa de su amiga.
Al otro día el chico volvió a la casa de sus padres, y fue recibido como si nada hubiera pasado, ni una palabra de un tema que según lo que estaba notando se convertiría en algo prohibido de siquiera mencionar en aquella fría mansión, no hubo una palabra tirante ni una mala mirada, ellos eran una familia feliz y como tal debían comportarse.
Y así continuó siendo cada día después de aquel, y el nombre de Alice era solo mencionado para que supieran donde estaba el joven cuando salía de su casa y las veces que escuchó a las supuestas amigas de su madre meter sus narices para alertarla de la cercanía a su hijo de alguien que no estaba a la altura de la familia esta se justificaba diciendo que Dios había premiado a la chica con inteligencia y que ellos solo estaban aprovechando aquello para que su hijo entrara por la puerta ancha a la mejor de las universidades.
La vida parecía tranquila después de que Jack dejara clara sus prioridades a sus padres y no sólo para él, su hermano había encontrado un inversor, un misterioso JP al que no le interesaba aparecer por la empresa mientras su dinero estuviera dando frutos y de verificarlo se encargaría un contable contratado que cada año se personaría en busca de los resultados de el dinero invertido, pero eso a Jacob no le interesaba, solamente le importaba que él se había quedado con el cincuenta y un por ciento de las acciones y eso le garantizaba seguir siendo el socio mayoritario de la empresa que él había creado, y de poder seguir trabajando con los veinte millones que el solapado JP había inyectado a sus proyectos que lo llevarían a la cúspide de los grandes empresarios.
El tiempo siguió pasando y los amigos ya tenían cumplidos sus dieciocho años, y como todos los veranos Alice seguía con sus vacaciones en Francia y lamentablemente para Jack ya su hermano no venía a pasarlas con él como siempre, sus mayores intereses estaban ahora en Estados Unidos, esos eran su empresa y su prometida, una chica de familia pobre que a sus padres no agradaba para nada, así que el joven no perdería su tiempo en traerla a pasar unos días con la feliz familia de la que formaba parte, aunque no olvidaba a su pequeño hermano y al menos una semana de sus vacaciones venía a estar con él antes de que el pequeño de los Williams se fuera a la universidad.
Pues ese era uno de estos momentos, Jacob había llegado hacia dos días a la mansión de sus padres y se sentía feliz contándole a su hermano como de bien iba todo en su vida.
La mañana del tercer día de la visita de su hermano Jack se había ido bien temprano pues su amiga volaría a Francia y él la iría a despedir, y dejó a Jacob durmiendo plácidamente, sueño que le duró hasta que recibió una llamada de los Estados Unidos con una mala noticia, había un problema en la empresa y se requería su presencia inmediata y la semana que pensó pasar en Inglaterra se quedó en solamente dos días. Tomó todas sus cosas y las puso otra vez en la maleta mientras llamaba a su hermano por teléfono para explicarle, pero este no contestaba, tomó un taxi hacia el aeropuerto y en el vehículo lo llamó dos veces más y nada.
Llegó al aeropuerto y rápidamente se dirigió a buscar un billete para un vuelo privado, necesitaba viajar rápido y cómodo y vio a lo lejos alguien que le pareció conocido, detuvo la carrera que llevaba y caminó en dirección de lo que llamó su atención y no se equivocó, era su hermano que abrazaba a una chica flacucha y alta con una maleta en la mano.
- Maldito sinvergüenza, no me contestabas por que estabas con ella.- se dijo en voz alta para si mismo y siguió avanzando en dirección a ellos, pero algo lo detuvo de llegar a la pareja, su hermano lo había visto y lo miró con unos ojos que lejos de alegrarse por verlo le estaba advirtiendo que si se acercaba lo iba a pasar mal, así que como a buen entendedor, con pocas palabras bastan, se quedó parado en el lugar esperando que la chica entrara por su lugar de abordaje y su pequeño hermano le hiciera el honor de acercarse a él.
- ¿ Qué haces aquí Jacob?- le preguntó mirando la maleta-¿Te vas?
- Lo siento, te he llamado varias veces para decírtelo pero tú no contestabas, me llamaron que hay un problema en la empresa. - el hermano lo miró con reproche- ¿Por qué no hacemos una cosa?- le dijo para entusiasmarlo- Vente conmigo, llama a mamá y dícelo, estoy seguro que no les va a importar- el chico lo miraba con asombro- No necesitas empacar nada, prometo que allá te compraré lo que necesites.- Jack seguía pensando- Venga, decídete, tenemos que buscar los billetes, Alice no estará aquí y tú y yo estaremos juntos y me ayudarás con lo de la empresa.
- Ya entiendo, tú sólo quieres un trabajador sin tener que pagarle. - bromeó.
- ¿Cómo que sin pagarte? Te compraré un billete en vuelo privado, te daré alojamiento y comida y te compraré ropa y accesorios, y encima te daré instrucciones que te servirán de mucho para cuando tengas que manejar la empresa de la familia, tú eres un abusón si además quieres que te pague, haz tu llamada o te raptaré- el mayor sonrió y Jack tomó su teléfono.
- Creo que me convenciste solo con la parte de la comida gratis- y la llamada se hizo mientras Jacob pagaba por dos billetes para los Estados Unidos.
El viaje fue cómodo y tranquilo, llegaron y Jacob le dijo a su hermano que primero irían a su casa para dejar la maleta y ver a su prometida y después seguirían a la empresa, al final el departamento en el que vivía no quedaba muy lejos, pero al llegar comprendió lo que significaba aquella frase que tantas veces le había escuchado en broma a sus amigos de la universidad, " si vas a llegar antes de hora a tu casa, nunca llegues sin avisar".
Lo que encontró en el medio de su sala, sobre la alfombra que hacía solo una semana había comprado a petición de su prometida, fue el cuadro más impactante que esperó ver en su vida, allí estaba ella, desnuda, con un tipo sobre su espalda mientras la penetraba una y otra vez y le daba de cachetadas en el trasero haciéndola gritar como una loca.
- Dios- escuchó decir a su hermano y no supo si era mejor morir de la vergüenza por saber que el chico estaba allí o de la rabia por pensar que aquella era la mujer que había creído lo amaba tanto como para convertirse en su esposa y la madre de sus hijos y en ese momento fue que aquellos dos se dieron cuenta de que tenían compañía.
- Jacob, esto no es lo que tu piensas.- le dijo ella poniéndose de pie mientras buscaba algo con que cubrirse.
- No se como logras saber lo estoy pensando mientras hacías lo que estabas haciendo hasta ahora mismo.- le respondió él lo más calmado que pudo.
- Esto es un error Jacob, no lo tomes en serio, vamos a conversar y todo se resolverá.- volvió a hablar ella.
- ¿Un error?- le reclamó el tipo- Llevamos más de seis meses cogiendo y tú gritando lo mucho que te gusta como te lo hago y vas a decir que es un error.
- Callate Oliver- le gritó ella fuera de sí.
- Sí Oliver, es mejor que te calles porque no la estás ayudando mucho, lo que deberías hacer es vestirte, no queremos ver tus calamidades así al aire, pero no te vayas, ella seguramente si va a necesitar tu ayuda para sacar sus cosas de aquí- y miró a la chica que seguía de pie frente a ellos- Tienes quince minutos para sacar todo de esta casa, voy a estar en la cocina esperando que te vayas, si después de ese tiempo sigues aquí llamaré a la policía y saldrás esposada como una delincuente cualquiera, ah y no pases a despedirte, no lo necesito, y lo último, espero que el lunes no vayas a trabajar, no quiero verte en mi empresa, recursos humanos se encargará de hacerte llegar todos los honorarios que te corresponden, ahora salgan de mi vista, ya llevas tres minutos menos de los quince que te di.- y se dirigió a la cocina como había dicho con su hermano detrás.
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Comments
jacqueline mercedes Velásquez Freite
pobre de Jacó
2024-06-03
6
Zulei Ramirez de Cuellar
Jacob se enamorara de Alicia, estoy segura que quien invirtió en su empresa fue la abuela de alice
2024-01-04
14
Liyismar Font
Me parece que Jacob es el que va a quedar con Alice...
2023-09-08
11