Siete

Jack de la habitación de su hermano corrió a la suya, tenía que hablar con Alice urgentemente para contarle como le había ido en su conversación con Jacob, ella le había aconsejado mucho que le contara sobre el equipo y gracias a eso se había llenado de valor para hacerlo y se había quitado un gran peso de encima, mentirle a su hermano no le gustaba ni un poco.

La niña recibió la noticia muy contenta, tampoco a ella le gustaba ver a su amigo triste cada vez que hablaba por teléfono con su hermano y le decía que iba muy buen con el equipo de fútbol,  y por lo menos este problema ya se había solucionado.

El fin de semana pasó y con el Jacob tuvo que volver a la universidad en Estados Unidos, y esta vez estaría allá hasta que llegaran las vacaciones de verano, el chico había quedado con sus padres que para estudiar mejor no debía estar viajando tanto, pero en realidad eso era solo una estrategia de él para que su padre se fuera acostumbrando a su ausencia y no pusiera trabas cuando le anunciara que no se haría cargo de la empresa familiar, él tenía otros sueños entre los que estaba crear su propia empresa y para eso tenía que desligarse completamente de su apellido. Lo lamentaba mucho por Jack y lo ayudaría en todo lo que fuera necesario,  pero él no tenía previsto quedarse con los Williams.

Después del cumpleaños el tiempo siguió su curso y la amistad de los niños se hizo más fuerte, ahora Jack iba casi todas las tardes a la casa de Alice y la abuela Marie con el beneplácito de su madre, al parecer a ella no le gustaba mucho lo de la liga de clases,  pero le gustaba menos entenderse con un adolescente,  así que lo dejaba ir, al final estaba cerca y mientras el padre no se enterara no pasaría a mayores.

Con los meses llegaron las vacaciones de verano y con mucho pesar los niños se tendrían que separar, Alice viajaría a su Francia querida,  supuestamente a estar con su madrina, pero en realidad iban a estar un tiempo en la casa que la vio nacer y así recordar cuando eran una familia más grande, y Jack recibiría a su hermano y junto a su madre se irían en un crucero por diferentes destinos, solamente ellos tres, su padre tenía que trabajar.

Dos meses estuvo la niña en Francia y no dejaron de escribirse ni un solo día,  el crucero en el que estaba Jack duró un mes y en cada puerto que atracaron, antes de ir a ver nada de lo que les rodeaba buscaba una postal y se la enviaba a su amiga, él no la olvidaba ni un momento y su hermano se divertía a su costa al verlo tan entregado a una amistad, como el niño le decia.

El día del regreso de Alice,  nada más poner un pie en su casa, lo primero que hizo la niña fue llamar a su amigo por teléfono para avisarle que había llegado, y el chico habría corrido a donde ella estaba, pero lamentablemente no podía,  en la sala de su casa ya estaban las maletas de su hermano y solamente esperaban la llegada de su padre para irse al aeropuerto a despedirlo, llegada que por cierto nunca ocurrió y tuvieron que irse con el chófer que sí llegó para avisar que él sería quién los llevaría a su destino.

- Bueno pequeño- le dijo Jacob a su hermano antes de abordar y aprovechando que su madre estaba al teléfono con alguien como casi siempre- Recuerda mantenerte a buen resguardo, espero que tu matona siga haciendo un buen trabajo.- los dos sonrieron al escuchar como había nombrado el mayor de los hermanos a Alice.

- No te preocupes,  ella sabrá que hacer, además ya no tenemos que preocuparnos de Jessica,  por suerte ya terminó su vida en el colegio.- le comentó a su hermano sobre la partida de la molesta rubia.

- Jack,  debiste decirme que ella te molestaba, yo lo habría arreglado. - le seguía reclamando su hermano desde que se enteró de lo que hacía Jessica para hacer miserable la estancia del pequeño en el colegio desde que él se había ido.

- Te imaginas lo que hubiera sido mi vida después que tú intervinieras, yo no quería anotarme también el mérito de ser el hermano llorón,  y eso es lo que iba a pasar si tú decías algo, además,  este curso fue muy tranquilo gracias a la llegada de Alice y espero que los restantes también lo sean.- el niño le hablaba a su hermano con una sonrisa en el rostro sólo de recordar que pronto podría encontrarse otra vez con su amiga.

- Vaya pequeño- le dijo Jacob a su hermano mientras lo veía sonreír- Me alegra verte tan feliz, a ver si para el siguiente año la conozco,  mientras cuidala mucho de papá y sus métodos, retrasa todo lo que puedas el contacto entre ella y nuestros padres.

- No te preocupes,  lo haré,  y no me interesa que la conozcas, tú no puedes quedarte con todas y además arruinarías nuestra amistad,  así que mantente lejos Jacob Williams. - el hermano mayor río con esa risa hermosa y contagiosa que tenía por las ocurrencias de Jack y cuando terminó lo abrazó con fuerzas.

- Cuidate mucho pequeño galán,  te quiero.- le dejó un beso sobre la cabeza- Hasta el año que viene,  despídeme de mamá. - le dijo mirando que la mujer no tenía intenciones de dejar el teléfono y tomó su maleta y caminó hacia la puerta por donde debía de abordar.

Jack estuvo mirando a su hermano hasta que lo perdió de vista en el interior de un pasillo y entonces se giró para ir a donde estaba su madre.

- Mamá- le dijo interrumpiendo su llamada, a la mujer ni siquiera le importó que uno de sus hijos se marchaba por todo un año para dejar el teléfono- Vamos ya, y cuelga por favor, no quiero ir en el auto escuchando tus conversaciones. - la madre lo miró asombrado mientras se despedía de la persona con la que hablaba, era la primera vez que escuchaba a su hijo menor hacer algún comentario fuera de lugar- No me mires así,  Jacob acaba de irse y no estoy de humor.

- Señorito Jack Williams,  no te permito que me hables así- Jack miró a su madre y movió su cabeza en negación y pensó que al menos había dejado el teléfono.

- Está bien mamá,  perdóname por hablarte así pero piensa un poco.¿Tú no crees que debiste darle un beso a tu hijo en vez de estar hablando con no sé quién y de no sé quién?- le reprochó a su madre el que no se despidiera de su hermano.

- Lo siento pero era la duquesa de Lamber, no podía dejarla así,  solamente diciéndole "cuanto siento no seguir hablando con usted pero mi hijo se va de viaje y debo darle un beso"- dijo con una voz de ñoña y haciendo un gesto con la mano dejando claro la simpleza de sus palabras - Eso no estaría bien visto, lo único que provocaría es que en la próxima reunión del club yo sería el tema de conversación.

- No puedo creerlo mamá,  cada día tú y papá me asombran más. - el niño seguía mirándola como si ella fuera un extraterrestre.

- Ya lo comprenderás cuando seas mayor y tengas una esposa que deba ocuparse del prestigio de una familia y de mantenerla siempre unida delante de la sociedad.

- Delante de la sociedad- repitió Jack- ¿ Y qué hay de la unión en casa?- la mujer lo miró extrañada, pensando que de dónde estaba sacando su hijo aquellas preguntas.

- Vámonos ya de aquí Jack- le dijo haciendo un gesto con la cara, sin tocar al menor de sus hijos- Esta no es una conversación para tener en medio de un aeropuerto y menos con un chiquillo,  nosotros somos una familia unida y feliz y eso lo saben todos en este país,  y así continuará mientras yo me encargue de mantenerla bajo mis normas.- y salió caminando rumbo al aparcamiento donde los esperaba el chófer para devolverlos a su gran mansión llena de lujos y carente de amor.

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