Nueve

Cuando la noche cayó Jack ya estaba acomodado en una de las habitaciones de invitados que tenía la casa de su amiga, acababa de salir del baño cuando su teléfono comenzó a sonar y en la pantalla vio la palabra mamá,  no tenía ganas ningunas de hablar con ella pero no quería que armaran un alboroto inventándose historias como que lo habían secuestrado o algo peor y aceptó la llamada.

- Jack Williams ¿ Dónde estás?- fue lo primero qué escuchó decir a su madre- Eres tan desconsiderado que no te importa lo que van a decir de mi por no saber donde está metido uno de mis hijos.- el chico se abofeteó mentalmente, respiró y le contestó lo más calmado posible.

- Estoy en casa de Alice.

- ¿Y que esperas para regresar?- chilló la mujer en su oído y Jack tuvo que separar de este el teléfono y respirar hondo para poder contesrarle.

- Volveré mañana,  hoy quiero dormir en paz.- le dijo haciendo énfasis en la palabra paz.

- ¿Qué dices, no te das cuenta de lo qué estás haciendo?¿ Qué van a decir de ti por quedarte a dormir en casa de esa chiquilla? Piensa en tu reputación y en lo que pensará la gente por esto que estás haciendo por una simple discusión, y ya verás que al final te darás cuenta que nosotros tenemos la razón y queremos lo mejor para ti.- la mujer daba por teléfono toda una disertación sobre buenas costumbres y personas de bien.

- Mama, te puedes callar un momento, yo te dije que quería paz,  pero ya que mencionaste todas esas tonterías me habría gustado que en vez de eso dijeras que te preocupaba lo que la gente iba a decir de Alice,  una buena chica que me dejó dormir en su casa por que yo prefería dormir en la calle que mirarles la cara a ustedes en estos momentos y que yo me quede aquí sí afectará su reputación, por que estoy seguro de que ustedes se encargarán de eso, pero te voy a advertir una cosa,  si me entero que han intentado algo contra Alice será la última vez que me vean, por que desapareceré de sus vidas aunque me tenga que ir a vivir con los drogadictos a la orilla del Támesis,  entendiste eso mamá o te lo deletreo.

- Ya veo que esa chiquilla te ha cambiado mucho.- recalcó la mujer con desprecio.

- Eso no fue lo que te pregunté o no entendiste todo lo que te dije antes.

- Está bien, está bien, ya entendí, no quieres que hagamos nada que afecte esa chiquilla.

- Eso mamá,  ya veo que si escuchas cuando te hablo.- le dijo con sarcasmo.

- No sigas aprovechándote de mi buen juicio Jack Williams,  ya lo hablaré con tu padre, pero te advierto, estarás en aquella casa solamente esta noche, mañana volverás aquí.

- No se piensen que mi amistad con Alice se va a terminar si eso es lo que estás insinuando, yo volveré allí por que aquella es mi casa, pero no se equivoquen, Alice es mi amiga y este es el lugar donde mejor me siento en el mundo, así que escojan, nos dejan tranquilos o se quedan sin nadie que le haga frente a sus negocios, piensa mamá, que van a decir de lo mal padres que son si sus dos hijos corrieron todo lo lejos que pudieron de ustedes.

- Ya basta Jack, ya entendí,  hablaré con tu padre y no te preocupes no la tocaremos, ya te arrepentirás cuando aparezca una buena chica de sociedad para casarte y nosotros tengamos que limpiar este desastre.

- Dudo que esa chica aparezca,  pero tú de eso no sabes nada, hasta mañana mamá- y le colgó la llamada. - Dios, que familia- se dijo a si mismo mientras se restregaba el pelo húmedo y decidió entrar otra vez al baño, sentía que hasta había sudado hablando con su madre y todavía quería hacerlo con su hermano, pero necesitaba estar sereno para esa conversación, las palabras de Jacob siempre habían sido muy importantes para él y este momento lo llevaba.

Antes de que la abuela Marie avisara para cenar Jack tomó otra vez el teléfono y llamó a su hermano, necesitaba hablar con él.

Jacob terminaba la universidad ese año y ya tenía una empresa montada en Estados Unidos con la herencia que su madre le había dejado al morir y que por suerte su padre no había podido tocar, por que Jacob en realidad no era hijo de la madre de Jack, su verdadera madre había muerto cuando él tenía solo un año y para hablar francamente él nunca había sentido que la segunda esposa de su padre lo tratara con nada de diferencia a su verdadero hijo, de hecho le hacía tan poco caso como se lo haría a otro cualquiera.

Pero lo importante de todo aquello era que el dinero que había estado guardado hasta su mayoría de edad le sirvió para independizarse de los Williams y su vida de apariencias.

Jacob en los Estados Unidos había conocido una chica que estudiaba en la misma universidad que él y tenían una relación estable, y el mayor de los Williams estaba pensando proponerle matrimonio para la siguiente navidad, después que terminaran de graduarse, cosa que no agradaba mucho a sus padres,  que aunque ya sabían la decisión de el chico de no entrar en la empresa familiar, no perdían la esperanza de traerlo otra vez a casa y verlo casado con alguna chica que ellos escogieran y que les brindara los beneficios que creían se merecían.

- Hola pequeño- escuchó Jack decir a su hermano del otro lado de la pantalla de su móvil y le devolvió el saludo con una mueca, ya estaba cansado de decirle que él no era pequeño- Que cara tienes, si no supiera que eres un osito amorosito pensaría que estás a la caza de algún animal herido.- se burló con cariño de su hermano menor como otras tantas veces- ¿Y que lugar es ese donde estás ? No me digas que el señorito buenos modales anda ya de hoteles.- le dijo refiriéndose a lo que veía de fondo que no le resultaba un lugar conocido.

- Ya cállate Jacob,  me das dolor de cabeza, no estoy en un hotel, estoy en casa de Alice.

-¿En casa de Alice a esta hora y sin camisa?  ¿Estás loco? ¿ Sabes en cuantos problemas vas a meter a esa niña?- su hermano le gritó.

- Cálmate,  no es lo que piensas, papá se enteró de la amistad que llevábamos y tuvimos una discusión, no quiero ni repetir las cosas que dijo de Alice,  tú tenías razón, era imprescindible mantenerlo lejos de ella y hoy en verdad no tengo ganas de regresar a la casa.

- Oye,no te culpes- le dijo Jacob más calmado después de escuchar a su hermano- Bastante tiempo pudiste mantenerla lejos de ellos, ahora viene la parte más difícil,  mantenerla entera y mantener tú amistad o tu amor o lo que sea que tienen.

- Ya algo hice, lo que no sé cuanto los detendrá eso.

- ¿Que hiciste pequeño loco?- le preguntó su hermano sonriendo.

- Los amenacé con huir y ponerme a vivir con los drogadictos del Támesis si se les ocurría nada más que acercarse a Alice o hablar mal de ella en algún lugar, además de contarles a todos que ni tú ni yo queremos tener nada que ver con su empresa.

- Jajajajajaja eres el mejor, me los imagino sacando cuentas sobre el tamaño de las pérdidas de su empresa si ni sus hijos los creen confiables, a mi nunca se me habría ocurrido algo como eso, creo que los mantendrás tranquilos por un tiempo, por lo menos hasta que vayas a la universidad y te alejes un poco de ellos. Y hablando de universidad, ¿ ya elegiste a cuál irás ?

- Sí, me quedaré aquí , en Oxford creo que me irá bien, ya pedí para la aplicación y Alice también.

- ¿Alice también piensa ir allí ? ¿No dices que ellas no tienen dinero?

- Ellas no, pero su madrina sí y no se corta ni un pelo cuando de la educación de Alice se trata,  ella quiere que asista a los mejores colegios y como colofón a la mejor universidad.

- Que suerte, si yo tuviera una madrina así,  necesito un inversor en mi empresa pronto, lo que tenía guardado para crearla y empezar dio, pero necesito una inyección de capital para poder despegar bien.

- Lo siento hermano,  ojalá pudiera ayudarte.- le dijo con desgano.

- No te preocupes pequeño,  sé que no puedes, pero además no es que vaya a caer en la ruina, es que quiero hacer grande mi empresa y para eso necesito llegar al corazón de un empresario.- los dos hermanos rieron y en la puerta de la habitación en la que se encontraba Jack se escucharon toques.

- Jack,  la abuela dice que ya está la cena- le habló Alice desde afuera.

- Gracias Alice,  ya bajo.- le dijo antes de seguir con su hermano- Te tengo que dejar, te quiero.

- Yo también te quiero, a ver para cuando me presentas a la misteriosa amiga.

- Acabas de aconsejarme que la mantenga lejos de los Williams, eso también te incluye.- lo dos hermanos rieron y terminaron la llamada para que el pequeño bajara a cenar.

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