Amarro su cabello con un pañuelo por la gran ráfaga de viento que movía las flores que adornaban el gran parque botánico, Eric la miraba a través de sus lentes oscuros, le parecía sensual los movimientos que hacía para atar su larga cabellera rojiza, él ni sabía cuándo se había enamorado de aquella mujer de hermosos y perfectos pies, al conocerla lo primero que pensó fue en atraparla para poder satisfacerse, pero a medida que la conocía el sentimiento cambio hasta el punto en que no dejaba de pensar en ella hasta esa noche en dónde confirmo sus sentimientos hacia ella, el objetivo más claro que tenía en el momento era conquistarla.
— Es maravilloso este lugar. Gracias por traerme.
— Para nada, gracias a ti por aceptar mi invitación. Esta no es la única parada, iremos a un restaurante al aire libre, tienen excelente comida.
— No puedo comer mucho, he subido dos kilos, así que espero que sea mejor una ensalada.
— ¿De qué estás hablando estás perfecta, así?
Eres una mujer voluptuosa, llena de curvas, solo debes seguir ejercitándose y asunto solucionado.
—Qué fácil es hablar con el señor perfecto.
— No soy tan perfecto, como lo que me gusta por qué me mantengo activo, si vieras comer a mi madre te sorprenderías.
— ¿Come mucho?.
— Sí, pero ella es una mujer amante del movimiento una vez me dijo: "el día en que me quedé quieta estaré en mi lecho de muerte". Desde entonces nunca la he visto detenerse, siempre está haciendo algo, creo que me he enfermado más que ella.
— Es una mujer muy activa, así como mi madre, ella tampoco ha descansado mucho, desde que tengo memoria siempre estaba trabajando para poder vivir decentemente.
— Es primera vez que hablamos de nuestras madres.
— Eso es cierto.
— ¿Y ese suspiro?.
Elisabetta no sabía cómo decirlo para no sonar con enojo.
— Hace rato que no la veo, ella se va a casar con alguien que no conozco. Salí de su casa y no la he vuelto a llamar.
Eric se acostó en el césped pensando en que responderle o solo guardar silencio.
— ¿Eso te molesta?.
— Un poco, es que ella nunca me lo dijo, siempre hemos Sido ella y yo contra el mundo. Aunque también estoy feliz de que haya encontrado alguien para compartir el resto de los años que le quedan.
— Entiendo. Después de la muerte de mi padre, mi madre nunca más se casó a pesar de ser cortejada por muchos pretendientes. Ella ahora sigue su vida en Madrid mostrando los nuevos artistas plásticos, a veces quisiera pasar más tiempo con ella, pero sé que sería en vano por qué ella le gusta estar en todos lados haciendo lo que le apasiona y tal vez me sentiría así si ella aparece con una pareja, pero solo nosotros debemos velar por su felicidad sea con quién sea.
Ese discurso la hizo pensar en llamar a su mamá, debían resolver ese sentimiento que quería explotar su pecho cada vez que lo recordaba.
— Bueno, basta de cosas tristes, dame tu mano, es momento de ir por rica comida.
— Está bien.
Eric le abrió la puerta de su auto para seguir en marcha hasta su próximo destino. Ella estaba cansada del silencio, así que encendió su teléfono y busco su lista de música, sin pestañear puso una canción de Bruno Mars. Eric la miro con el rabillo del ojo al escuchar la canción.
—¿Te molesta?.
— No, esa canción me recordó su último concierto. Estuvo muy bueno.
— ¡Cómo! Te gusta su música.
— Oye no soy tan viejo, si me gustan algunas, además solo he ido a un solo concierto, fue un regalo de JJ.
—Eso me sorprendió, yo no he podido ir a ninguno. Soy pobre. Ja, ja, ja.
— Ya sé algo que quieres, fue buena idea invitarte a salir.
— Jajja, acelera que ya tengo hambre.
El resto de la tarde la pasaron entre risas y mucha comida, Eric se había esmerado por crear el mejor ambiente para que ella se sintiera cómoda, pues sabía que su confesión era un peso para ella. Hasta que ella le pidió regresar, estaba anocheciendo y no quería preocupar a su amiga, él sin discutir acepto, gracias al auto llegaron rápidamente al edificio en dónde ella vivía con su colega.
— Eso fue rápido. Ni siquiera sentí el trayecto. — Es un deportivo, miss Belo. Vamos, te acompaño a la entrada.
— ¡No! Quédate aquí, no quiero que Noelia te vea.
— Entiendo, dame un abrazo tan siquiera y así dormiré como un tronco.
Elisabetta sonrió ante sus ocurrencias, pero ella tenía otros planes sin esperarlo, Eric quedó inmóvil ante el pequeño beso, como beso el roce de los carnosos labios de la mujer que amaba, ella tiñó su rostro de carmesí ante aquel impulso y rápidamente salió del auto corriendo hacia la entrada dejando a ese hombre completamente perdido en las nubes. Tardo unos minutos para recomponerse, pasaba sus dedos por sus labios recordando el cálido roce y el aroma cítrico que emanaba su cuerpo.
Se rio como loco, estaba sintiéndose como un adolescente, miro hacia el edificio sonriendo como nunca, había Sido, bueno arriesgarse a invitarla.
— Termine más enamorado que nunca, Elisabetta popa.
En el apartamento Elisabetta estaba hecha un mar de emociones, su rostro seguía rojo ante lo que había hecho.
—¡Dios mío!, ¡¿Qué he hecho?!, Va a pensar que estoy jugando con él. Elisabbeta tú no eres así, Eric podría pensar que eres una fácil, pero me gusta también desde que lo conocí. Debo dejar de hablar sola.
Después de su discusión consigo misma se dio cuenta de que Noelia no había regresado del trabajo, así que decidió llamarla, pero ella jamás contesto, así que optó por estudiar un poco para despejar la mente.
En cuanto a Noelia seguía sentada en una banca del parque mirando la nada, el encuentro con Max la había molestado mucho, él se encargó de explicarle lo que sucedía de manera sencilla.
— Es increíble que en pleno siglo XXI aún se casen por cosas políticas. No puedo creer que me haya enamorado de ese tonto.
Noelia después de escuchar atentamente sintió que su mente se despejaba, ella admitió para sí misma que se había enamorado de él, pero eso jamás se lo diría con la poca cordura que le quedaba finiquito la relación que tenían y le dejo muy en claro que no quería volver a verlo por qué ya él tenía un deber y un destino planificado. Esas palabras lo llenaron de tristeza por qué sabía que ella se estaba rindiendo, hacía mucho que se había dado cuenta del hecho que ella lo amaba y eso lo alegro por qué por fin podría confesarse, pero las cosas habían cambiado su padre después de mucho tiempo le apretó la correa con la excusa de que era su deber dar la cara por la familia, solo se quedó sentado mirando como partía la mujer que amaba no parecía un adulto, sino un niño pequeño incapaz de tomar sus propias decisiones.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 58 Episodes
Comments
Vycthorya Go
que poca no es un hombre solo un títere de su padre
2024-03-03
3