El hombre solo encogía sus hombros, a veces se preguntaba que clase de magia hacía JJ para hacerlo sentir tan pequeño a pesar de su estatura y edad, ella solo lo miraba con una gran sonrisa, en cambio, él miraba sus pies, pues organizaba las palabras para no hacer enojar a su amiga la cual contaba con un carácter tan explosivo que haría temblar cualquier montaña.
— ¿Te vas a quedar en silencio?
— No, solo estoy pensando, además tú no eres mi psicóloga.
— No lo soy, pero soy tu casi hermana. Así que escúpelo.
— Promete que no te enojaras.
— Ya lo prometí. ¿Acaso te gusta una de mis exnovias?. Eso sí sería desleal.
— ¡Nooo! Estás loca.
— Entonces.
Eric respiró muy rápido y pronunció gritando aquella verdad que no lo dejaba dormir desde el día en que la conoció.
— La mujer que tiene los pies más perfectos que he visto es miss Belo.
— ¿Quién? ¡Oh!.
Eric miraba el rostro de JJ ella había abierto mucho sus ojos y su boca hacía un círculo. Él se levantó del sofá para poder tener tiempo de esquivar los puños de ella. JJ solo se rascó un poco el mentón como si tuviera barba, lo dejo de mirar, parecía pensar mucho mientras su amigo estaba que corría.
— Está bien, ella es linda y me gusta también, no de manera romántica. Aunque sé que ella no es de mi equipo, dejaré el camino libre quien soy yo para interponerme en los deseos de mi amigo, lo único que te pido es que seas amable por qué si la tratas como a tus otras conquistas usaré tu cara para trapear el piso. ¡Entendido!.
— ¡Qué!.
— Que si entendiste. A veces pareces tarado, no sé cómo diablos eres tan buen abogado.
— Es que cuando estoy en la corte me transformo, además con mi querida amiga puedo salir del molde.
— Ajá, así que ya estás advertido francesito, dame una copa de vino que quiero celebrar mi rendición, aunque me deleitaré viéndola en el trabajo.
—¡JJ!.
Pasaron el resto de la noche bebiendo las botellas de vino que guardaba Eric en la nevera, él seguía sonriendo con el hecho de haber recibido la bendición de parte de su hermana para poder acercarse a aquella hermosa mujer. Ambos terminaron cayendo en el frío suelo, completamente intoxicados por el alcohol. En la mañana fueron despertados por los rayos del sol que entraban por la gran ventana, JJ solo se quejó al sentirlos, en cambio, su amigo se levantó de golpe haciendo que su espalda tronara por el movimiento brusco.
—¿Qué hora es?.
— No lo sé, no encuentro mi teléfono.
— Párate, siempre que te sigo el juego termino mal.
— Deja de culparme, puedes llamar a la oficina y decir que no irás por qué no te sientes bien. Usa las excusas una vez señor perfecto.
— Sería mi primera vez faltando al trabajo.
— Bravo, ya perdiste la virginidad, dame tu teléfono y yo hago el trabajo, ve a lloriquear a tu cuarto, jovencito.
JJ tomo el teléfono y marco a la asistente, ella de inmediato contesto con un cálido "buenos días".
— Buenos días, señorita Rebeka habla con Julia Jones, es que la llamo para avisarle que hoy Eric no asistirá a la oficina.
— ¿Le pasa algo?.
— Sí, está algo enfermo como que cogió un resfriado.
— Eso me sorprende en los años que llevo trabajando para él, nunca lo vi enfermo.
— Rebeka no se preocupe, yo lo cuidaré, además recuerde que está envejeciendo, por eso está más susceptible a las enfermedades.
— Bueno, por fortuna hoy no hay reuniones pendientes, cuídelo bien. Adiós
— Así será, adiós. Rebeka.
—Qué mentirosa eres.
— Cállate, voy a volver a dormir, así que haz lo mismo. Acabo de salvar tu pellejo, amigo.
— Está bien, allí están unas aspirinas y bebé mucha agua, iré a abrazar mi cama.
Del otro lado de la ciudad la pelirroja iba llegando a casa de su madre desde que se había mudado, no la había visto, así que decidió darle una sorpresa, bajo del taxi y subió al edificio en dónde vivía su madre, saco sus llaves para abrir la puerta, pero está se abrió de golpe, su madre estaba despidiendo a un hombre que nunca había visto.
—¡Hija!.
— Madre, ¿quién es él?.
— Hija, debiste llamar, hablemos a dentro.
El hombre le dio espacio para que entrara, él lo hizo después. Su madre la sentó en una silla del comedor mientras acomodaba su bata.
Elisabbeta miraba al hombre alto y musculoso, de piel morena, con ojos negros y cabello cortado al estilo militar. Su madre le ofreció un poco de café para luego sentarse al lado de aquel extraño hombre.
— Hija, sabes que desde que tu padre nos dejó no volví a enamorarme hasta hace algunos meses, cuando conocí a Joaquín en la casa de tu madrina. Me enamoré a primera vista, pues nos enamoramos, mantuve esto en secreto, pero tomamos la decisión de sacarlo a la luz pública y más con el hecho de que él me pidió matrimonio. Sé que esto es algo abrupto, pero hija estos sentimientos, esto lo nuestro es real.
Elisabbeta no sabía qué decir o pensar, pero ella sabía en el fondo que su madre era honesta y ella no quería truncar su deseo de ser feliz.
De inmediato aquel hombre se dispuso a hablar, mientras tomaba de las manos a su amada.
— Nunca espere presentarme así, me llamo Joaquín O'connell, perdóname por esperar hasta este momento para hablar sobre la relación que tengo con tu madre, pero te prometo que cuidaré de ambas de ahora en adelante.
— Señor O' connell, no necesito que me cuide, solo quiero conocerlo, yo no soy nadie para meterme en la vida de mi madre, solo espero que usted sea alguien de fiar, por qué quiero que mi madre sea querida y protegida además las preguntas puedo hacerlas después, madre me voy tengo clases y Noelia me espera.
— Hija, no te vayas así, yo te puedo llevar después.
— No estoy enojada, solo necesito procesarlo, hablamos más tarde.
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Updated 58 Episodes
Comments
Aleyda
Porque sería un secreto, ella es mayor de edad y Elisabetta no es una niña, además siempre he pensado que cuando uno oculta algo es porque sabe que está mal
2025-02-07
0
Vycthorya Go
JJ me sorprendió de verdad es buena amiga
2024-03-03
2
katiany cruz
Hola a todos gracias por seguir disfrutando de esta historia espero con ansias sus comentarios, den me gusta y compartan. Actualizaré cada dos días...😘😘😘
2023-07-13
3