capitulo 9

El fin de semana termino muy rápido, Eric se había llevado el trabajo a casa debido a la gran demanda de sus servicios después del famoso caso con el departamento del tesoro, aun así no dejaba de pensar en aquella mujer y no tenía las agallas para preguntarle a JJ por qué sabía que era un no rotundo, así que esperaría a que la marea bajará para buscarla por sus propios medios, su delirio por sus pies fue tanto que lleno varias hojas del cuadernillo con dibujos de estos, pero siempre se sentía más insatisfecho quería verlos de cerca y detallarlos aún más.

En cuanto a Noelia se alistaba para su primer día de trabajo, estaba tan nerviosa que olvido el almuerzo que le había hecho Elisabetta, esta salió tan a prisa del apartamento que casi se cae en la puerta, manejo su auto mientras se daba frases de aliento y motivación. Llegó al edificio con una sonrisa nerviosa, saludo a la recepcionista y paso su carnet para ingresar al ascensor, sus manos le seguían sudando, a pesar de su experiencia en el campo el miedo no se disipaba. Al llegar al piso fue recibida por Rebeka quien la llevo hasta la oficina que usaría temporalmente, el lugar era más grande que su antiguo lugar de trabajo, en la mesa estaban unas flores de bienvenida por parte del accionista mayoritario, ella le dio las gracias y se sentó en la silla tras su escritorio.

— Se siente bien, tener tu propio lugar. Gracias Dios por abrirme estás puertas. Bendice a cada persona que hizo esto posible.

Mientras ella daba gracias, tocaron a la puerta, ella sin pensar se levantó y la abrió, viendo a un joven que la miraba con una gran sonrisa.

— Buenos días, abogada Noelia, me permite.

— Si adelante.

— Soy su asistente, me llamo Ethan Johnson. Estaré bajo su mando hasta que usted o la firma lo permita.

— No sabía que tendría eso.

— Perdón por no informarle antes, apenas me dieron sus datos y aquí le traje los archivos de los nuevos casos, revíselos y elija los que atenderá para organizar su agenda de trabajo.

— Está bien, disculpa es que me es extraño, por qué hace unas semanas eran yo la que hacía eso.

— No se preocupe, todos comenzamos desde algún lugar, este es mi primer año trabajando aquí, recién me gradué así que por así decirlo ambos estamos en pañales.

— Así es Ethan. Bueno, yo te llamaré cuando esté todo listo.

— Claro, presione el número cinco y se comunicará conmigo de inmediato, que tenga muy buen día.

— Igualmente.

Elisabbeta estaba en la universidad hasta medio día, pero después retomaba a las tres para el siguiente bloque de clases, antes de salir se percató que su amiga había dejado su almuerzo, lo tomo para llevárselo después de salir del primer bloque de clases, la oficina estaba cerca de la universidad así que llegaría muy rápido en su bicicleta. Antes de salir llamo a Noelia quien le contesto de inmediato.

— Noelia, dejaste tu almuerzo, tanto me esmeré para qué lo olvidarás.

— Discúlpame, es que estaba algo nerviosa, deja así yo después me lo como.

— No, yo te lo llevo, así que espérame para almorzar juntas.

— Está bien, te esperaré en recepción para que conozcas mi oficina, ¡está de muerte!.

—Con mayor razón, ya voy saliendo.

La joven emprendió su camino en su adorada bicicleta, había Sido un regalo de su madre al graduarse, así que la llevaba para casi todos los lados, era su forma más fácil de hacer ejercicio y de paso de admirar el paisaje.

Después de veinte minutos llegó al edificio, observo hasta arriba, realmente le pareció muy grande.

—Menos mal, hay un lugar para poner mi bici.

Ingreso al lugar mirando a todos lados hasta que vio a su amiga apoyada en el mostrador de la recepción.

— Noelia, ya llegué.

—Eres rápida, pensé que tardarían más, vamos aquí, te darán un carnet de visitante y subiremos.

Ambas tomaron el ascensor mientras reían, Noelia la guío hasta su oficina, Elisabetta está maravillada, se notaba por la decoración que era un lugar donde se hacía mucho dinero.

— Ya llegamos, taran. ¿Qué te parece?.

— Está linda, aunque le falta tu estilo, así se siente estar dentro de la vida tuya.

— Ven acá, hay hasta una baño.

—! En serio!.

— Sí, me di cuenta antes de que llegarás. Además, resulta que tengo un asistente.

— ¿Y es lindo?.

—¡Betta!.

— Oye no me digas así, me hace recordar la primaria.

— Bueno, vamos a comer, ya me duele la panza.

La hora del almuerzo la pasaron charlando hasta que fueron interrumpidas por el asistente.

— Buenas tardes, disculpe por interrumpirlas.

— Tranquilo, Ethan, ella ya se iba. Te la presento, ella es mi amiga y hermana Elisabetta Popa.

— Mucho gusto, Ethan Johnson.

— Es bueno que se conozcan, por qué sé que ella vendrá con mucha frecuencia por aquí. ¿Qué me decías?.

— Tiene una reunión a las dos con el presidente de la firma en la sala de juntas.

— Ok, estaré lista, gracias.

— De nada, señorita.

El hombre se retiró rápidamente mientras Elisabbeta no disimulaba en lo absoluto.

— Oye pareces animal en celo, casi te quedas ciega de tanto mirarlo.

— Es que está muy lindo, ¡qué envidia!.

— Deja de pensar, así vamos te acompaño al ascensor.

Mientras caminaban por el pasillo, Eric termino viéndolas, se asombró en ese momento cuando reconoció de inmediato a la joven de aquella noche, trato de moverse, pero estaba con un cliente quien lo veía algo confundido.

— Disculpe abogado, lo interrumpo.

— No, para nada, solo me pareció ver a alguien, continuemos.

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