capitulo 3

Al otro lado de la ciudad JJ organizaba las nuevas contrataciones debido a que su reciente negocio estaba creciendo de buena manera, por ende decidió incluir bailarinas que ayudarán a entretener un poco la noche, por ello personalmente se encargó de verificar cada candidata para evitar cualquier extraña práctica.

Julia Jones, o más conocida como JJ, es una intrépida y valiente abogada y empresaria neoyorquina de treinta años, a pesar de su imagen de señorita rubia, delicada como una muñeca, era una mujer feroz cuando se trataba de obtener lo que deseaba y más en el campo empresarial, se convirtió en la única amiga de Eric cuando la descubrió en plena apuesta ilegal detrás de un pequeño bar de la zona dándose cuenta de que ambos eran conocidos en la facultad de leyes como número uno y número dos.

La rivalidad los volvió inseparables, convirtiéndose en la motivación del otro. Decidió emprender su camino después de ejercer un año su carrera de derecho, dándose cuenta de que las leyes no eran lo suyo, dejando todo y comenzando de cero en la ciudad de Boston debido al mal genio de sus padres, quienes se rehusaban a aceptar sus nuevas inclinaciones, pues ella provenía de un gran legado de abogados y jueces que siempre han puesto sus conocimientos a favor de la ciudad de Newyork.

Con los años terminaron dándole la razón debido a que sus negocios y contribuciones crecieron como espuma.

Hacía unas semanas que había puesto un anuncio en redes social sobre la contratación de cuatro bailarinas en su famosa discoteca "Oasis" la cual administraba con gran atención debido a que gente inescrupulosa intento vender drogas en su establecimiento, cosa que la enojo tanto que terminó golpeando a uno de ellos, con sus contactos en la policía saco a esas escorias del lugar ayudando a vetarlos de cada establecimiento de la ciudad sin temor a ser amenazada por carteles que distribuían en la zona.

JJ paso el resto de semana entrevistando cientos de chicas, pero solo pudo escoger dos, estaba a punto de colapsar debido a que la reapertura sería en un mes y necesitaba tener todo organizado para el gran día hasta que se escuchó la puerta y entro agitada una joven muy hermosa que al verla sonrió había encontrado a la faltante.

— Espero que esta dulzura tenga el don de la danza, por qué de lo contrario no sería capaz de dejarla ir. --- Susurro JJ.

— Buenas tardes, disculpe por presentarme así, casi no llego.

— Tranquila, cariño llegas a tiempo, por favor siéntate y bebe un poco de agua para poder refrescarte.

JJ no dejaba de verla, era una peli roja voluptuosa con una piel blanca como la leche y unos labios carnosos y sobre todo esa voz melodiosa que la hizo sonreír al comenzar a hablar con ella. Sin más, la invitó al escenario para qué mostrará su talento en la danza, todos estaban expectantes ante la escena, sus movimientos comenzaron lentos y delicados mientras la música sonaba de un momento a otro cambio, mostrando los movimientos más sexis que había visto, haciendo que JJ no pudiera dejar de seguirla con la mirada, al acabar la actuación la mujer solo sonrió había encontrado a una gema, una linda y sexi gema.

— Cariño, eso estuvo fantástico, casi babeo con cada movimiento, así que bienvenida puedes quedarte para leer el contrato con calma para firmarlo.

— Señora, no la defraudaré, gracias, gracias.

— Cariño, no me digas señora, solo soy JJ. Recuérdame tu nombre.

— ¡Qué horror!, no me presenté, me llamo Elisabetta Popa

— Pásame tu DNI.

— Aquí tiene.

— Mmmm, veintitrés años, eres de aquí. Aunque tu nombre es distinto, parece rumano.

— No se equivoca, mi madre es de Rumania, pero tengo ascendencia irlandesa por mi progenitor.

— Eso veo, cariño, vamos a mi oficina para hablar sobre el contrato y de paso pensar en un nombre artístico.

— ¿Por qué?.

— Cariño, es por seguridad nunca falta el que quiera saber de ti, siendo un bombón.

— Ok, JJ.

En la corte ya se encontraba Eric y su equipo, su amiga lo había convencido de cambiar la estrategia debido a que sus contactos en el ámbito investigativo le habían suministrado pruebas de que sus clientes sí eran en parte culpables de las acusaciones, por ende decidió convencerlos para hacer un trato con la fiscalía para así librarse de ciertos delitos y salir a celebrar sin preocupaciones al principio estuvieron renuentes, pues, ellos aseguraban tener la razón, pero al mostrar las evidencias se dieron cuenta de que la caja de pandora podría abrirse dañando aún más sus reputaciones.

Todos los involucrados estaban tensos debido a que días antes se habían reunido con el director y los investigadores del Departamento del tesoro para poder poner los puntos que harían posible el cumplimiento del acuerdo. Mostrando que nadie era justo y leal, todos querían llenarse los bolsillos, teniendo este interés en común se pactó todo para hacer el juicio más ameno y tranquilo, saliendo después de dos horas ambas partes beneficiadas. Nadie pago tras las rejas, los corporativos "vencieron" al sistema siendo multados con una suma exorbitante para algunos, pero mínima para ellos, Eric salió más que satisfecho, su amiga tenía razón en el hecho de que debía cambiar el juego para así poner el tablero a su favor. Su equipo fue alabado por la prensa y sus clientes se sintieron contentos ante tan gran trabajo por debajo de la mesa.

— Abogado, mis respetos, mis allegados tenían razón sobre usted y su equipo de trabajo, le dejaremos una gran comisión, espero y la disfrute.

— Es un gusto, presidente. 

Cansado del show mediático, regreso a la oficina junto a su equipo, debía archivar algunas cosas y de paso poner la mejor cara para el presidente de la firma, quien lo molestaba cada vez que podía con comentarios innecesarios sobre su vida privada.

Mientras caminaba hacia su oficina fue interceptado por su secretaria Rebeka una mujer diez años mayor en la cual confiaba más que en cualquier persona de la firma, ella una mujer conservada y llena de vitalidad, lo acompañaba desde hace tres años en su arduo trabajo.

— Señor Cohen, buenas tardes. Era para recordarle que esta semana tiene varias reuniones con potenciales clientes, además de que una mujer llamada Catalina ha pasado llamando durante todo el día.

— ¡Esa mujer!, Rebeka te pido que bloquees a esa señorita, no quiero saber de ella.

— Otra conquista fallida, debería dejar esos malos hábitos, recuerde que si sigue así el karma se le devolverá y usted terminará a los pies de cualquier mujer como castigo.

— Rebeka, eso no pasará, entendido. Estoy muy ocupado para eso.

— No importa si está ocupado, lo único que le pido es que deje de ser un mujeriego.

— Está bien, puedes traerme una taza de café o mejor un yogur de melocotón.

— Ya se lo llevo.

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Comments

Vycthorya Go

Vycthorya Go

chico llegará quien te dome ya lo veras

2024-03-03

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