capitulo 13

El almuerzo estuvo lleno de risas y de un poco de silencio por parte de Noelia, ella seguía con desconfianza con respecto a la repentina invitación, Elisabetta miro su teléfono dando se cuenta que estaba un poco retrasada para regresar a casa y alistar su vestuario para el ensayo en el club.

— Amiga, es tarde debo regresar a casa, tengo práctica en dos horas.

— Aquí puedes tomar un taxi. Además, también debemos regresar a la oficina.

— No se preocupe, yo la puedo llevar, será más rápido que un taxi.

— Eso no es necesario, lleve a Noelia, nos vemos otro día.

— Para mí no es molestia, la dejaremos en la oficina y enseguida la llevaré a su apartamento, además en esa vía está la corte. Elisabbeta miro a su amiga para buscar aprobación, está la miro y acepto moviendo la cabeza.

— Está bien, Eric. Gracias por eso. Elisabetta y Eric dejaron a Noelia en la entrada del edificio, ambos siguieron su camino, ella estaba cómoda con la compañía, sabía que ese hombre tenía buenas vibras.

— Espero verte esa noche.

— Eso sería bueno, además es bueno conocer ese lado, siempre vi desde lejos esos eventos. — ¿Trabajaste en eventos de esos?

— No, una vez vi uno por qué ayude a limpiar una casa para un evento de esa magnitud, mi madre vive de eso.

— Es un trabajo muy duro.

— Sí, es aquí. Gracias.

— De nada, ten mi tarjeta abajo, escribí mi número personal para mantenernos en contacto.

— Gracias. Pásame tu teléfono, te anotaré el mío.

Se despidieron como si se conocieran desde hace mucho, Elisabetta ingreso al edificio, Eric espero hasta que ella estuviera a salvo, encendió su auto para retomar su camino a la corte para reunirse con uno de los fiscales. Elisabbeta organizo algunas cosas del apartamento, se dio un baño y se alistó rápidamente para salir hacia el club, llegó veinte minutos antes, en la barra, JJ le sonreía recordando la confesión de su amigo. La pelirroja sexi se había convertido en el sueño de su amigo amante de los pies.

— Cariño, llegaste a tiempo. Ven toma un poco de jugo.

— JJ antes de comenzar con el ensayo quisiera pedirte algo. Es que la próxima semana, específicamente el jueves, podría faltar al trabajo.

— Quita esa cara que estás roja como un tomate, Eric me habló sobre eso. Puedes ir. Además, ya él me pagó por adelantado tu día de trabajo.

— ¡Cómo!.

— Sí, me dio algo que quería hace mucho así, que diviértete bastante en esa fiesta. Además, yo estaré allí.

— ¿En serio?.

—Sí, Eric me invita cada año. Por qué yo también era abogada, eso es cuento, para otra ocasión ya llegaron las demás, puedes irte. Eric regresó a su apartamento casi a las siete, las reuniones se habían extendido más de lo deseado, el cansancio lo olvido cuando leyó el mensaje que había recibido de aquella diosa de hermosos pies.

"Gracias por el almuerzo, Eric, nos vemos en el baile :)".

— Esta mujer me tiene embrujado.

Los días pasaron rápidamente, Elisabetta y Eric se mensajeaban casi a diario hablando de trivialidades, él se sentía como un adolescente, era su primera vez interesado en una mujer completamente. De ella le atraía todo, pero lo que más le fascinaban era sus lindos pies, los dibujaba cada vez que los recordaba llenando todo su libro con ellos.

La que seguía desconfiada ante esa extraña cercanía era Noelia, ella había escuchado rumores por parte de algunas secretarias que él estaba acostumbrado a cambiar de amante cada semana, las dejaba después de usarlas. Cosa que la alarmo porque no quería que su amiga pasara por lo mismo, así que hablaría con ella para evitarle cualquier dolor.

— ¿cómo estás?.

— Dormí muy bien, además me fue bien en los primeros parciales. 

— Me alegro mucho, Elisabetta. Cariño, quiero hablar de algo contigo. 

— Dime.--- se sentó en la cama.

— Elisabbeta no quiero que salgas lastimada, espero que no te hagas ilusiones con Eric, él está acostumbrado a cambiar de chica como calzoncillos.

— Sé que él es un semental, eso se notó la primera vez que lo vi. Ahora solo me gusta hablar con él como un amigo, así que no te preocupes. 

— Eso me alivia mucho, estaba algo asustada por eso, él es un buen colega, pero todos en la oficina hablan de lo mismo. Hasta me contaron que hace un año una mujer se le tiró a su auto después de dejarla.

— Eso es algo exagerado, pero quienes somos nosotras para juzgar.

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