Estrés llevó a Anmary a enfermarse

Anmary

Estaba más delgada, pálida, ojerosa, estaba empeorando las cosas y Marcos lo notaba, hubo noches en las que literalmente él tuvo que llevarme al baño para devolver la comida que no podía ingerir, el embarazo y el estrés no fueron buenos amigos. Fueron días terribles, pero debía seguir con mis trabajos, iba a presentarme a un evento muy importante, necesitaba trabajadoras, pero cuando veían mi estado, así fue como conocí a doña Petra, ella se encargaba de hacer la limpieza. Estaba en medio de una prueba, y como si el destino siguiera poniéndome a prueba tuve que encontrarme con quienes menos quería.

Salía de ver al médico con noticias de que mi enfermedad iba por el mal camino, y era verdad. Estaba tan mal que temí perder a mi bebé. Usaba ropas oscuras y anchas para que nadie notara mi aspecto, incluso cubría mis ojos con gafas para mantenerme en misterio. Pero en mi debilidad y cansancio, me detuve a descansar fuera del hospital, siendo testigo de la presencia de Massimo, bajando junto a Vitoria de su coche ella iba con el pequeño en brazos. De inmediato me cubrí los ojos y fingí no conocerlos, no iba a dejar que me vieran en este estado, no iba a darles el gusto de verme enferma.

Massimo pasó por mi lado sin notarme, dejando a Vitoria esperando, fue entonces que la vi morderse las uñas con nervios, y sacó su celular para llamar alguien, no sé que estaba tramando, pero ya no importaba, lo único que hice fue caminar a la salida, pensé que no me reconocería, pero cuando pasé por su lado, tiró de mi hombro.

"¿Acaso nos estás siguiendo?" Me dijo Vitoria con el ceño fruncido y la mano temblando.

"¿Por qué debería seguirte?" Pregunté

"Escucha, no quiero que estés cerca a nosotros. Massimo se casó conmigo y tú eres su pasado" me dijo ella y yo sonreí

"Perfecto, ambos son tal para cual, pero no me pidas que te felicite. Al contrario de ti, yo no soy hipócrita, sean felices y déjenme ser feliz con quien amo". Dije me di la vuelta, pretendía alejarme de su presencia, pero ella se negó a dejarme en paz.

"Toda demacrada y sin gracia, ahora veo la razón de que Massimo me buscara en mí, lo que no encontró en ti". Decía como si me importara

"¿Ah sí? ¿Y eso debería hacerme sentir mal? Puede que yo esté demacrada, pero esto es externo. Tú eres bella, pero por dentro eres horrenda y eso ningún maquillaje lo podrá cambiar". Al decir esto, Massimo salió del hospital y tan pronto como ella lo vio, se encogió en dolor.

"¡Ay!" Se quejó tocando su vientre. ¡Massimo! Gritó.

Él corrió a socorrerla y al percatarse de mi presencia, me miró con sorpresa.

"¿Qué pasa, estás bien?" Pregunto Massimo

"Massimo, mi bebé, algo malo pasa con mi bebé". Dijo, sin dejar de retorcerse y quejarse.

"¿Cómo? Pero si estabas perfectamente bien hace un rato". Decía Massimo

"Anmary me ha atacado, me dijo muchas cosas hirientes. No quiero perder a nuestro hijo, por favor aléjame de ella". Decía ella que mujer descarada.

"Yo solo he dicho la verdad, mi conciencia está tranquila. No la he atacado, además…" dije para darme vuelta y seguir

"¡Tú cállate!" Exclamó Massimo con enojo. "Si algo le ocurre a mi hijo, te juro que nunca te lo voy a perdonar, y quedará en tu cabeza la muerte de un ser inocente. Reza para que mi hijo esté bien".

"Yo no hice nada, jamás…" comencé a sentirme mal

"Seguro no te bastó con Marcos, que ahora quieres destruir a Vitoria …"sus manos apretaron mis hombros con fuerza, que probablemente dejó huella. "Pero yo la voy a proteger, tú ya no eres nada para mí".

"¡Suéltame!" Me deshice de sus manos en mis hombros.

Marcos justo llego, y me abrazó," Amor te sientes bien?" Me pregunto y levantó en sus brazos.

Ya no me importaba lo que él dijera, pero acusarme de ser una asesina, eso jamás iba a permitirlo, al sentir el aroma de Marcos me sentí tranquila, él lograba tranquilizarme.

"¿¡A dónde crees que la llevas!?" Se atrevió a preguntar.

"Lo lamento, pero yo no te conozco". Fue la respuesta, de Marcos, alejándose de esos dos.

"¿Cómo pude estar con un tipo así? Por Dios, que ciega había estado". Dije y Marcos comenzó a reírse

"De la misma forma en que estuve con la víbora de Vitoria". dijo él sonriendo y totalmente cierto nos reímos juntos, en el camino le contaba de mi enfermedad, gracias a Dios mi bebé estaba buen pero no podía seguir trabajando tanto.

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