mundo artistico 2

— Anmary—Casi con un hilo de voz le nombré a Iris Marga. Él no me creyó

—Bayón—La Marga es una dama y además es la única realmente chica. Bueno, déjame tus señas, ya hablaré con ella y cuando llegue el momento te llamaré. Yo salí muy fresca, al menos logré hablar, pero de repente me preocupé:" ¿Y? Ahora, cómo llegar a la Marga?"

Iris era entonces la superestrella de la Comedia Nacional en los días de oro de Cunil Cabanillas.

—"¡Qué me va a recibir!" ¿Y por qué no? Todo el mundo la respetaba y la quería. Sí, listo, iría como periodista. Le diría que me enviaba el director de un diario del interior.

Llegué al Cervantes. La Marga, como verdadera estrella segura de su talento, no me hizo esperar. Al instante nos recibió, a Massimo y a mí, en su camarín. La gente bien, de verdad, consciente de su valor, no necesita poses. Cuando pienso en los directores de televisión de ahora, que duran en sus cargos lo que un pedo en una canasta y que para recibir a gente famosa, verdaderas instituciones, las hacen esperar mientras ensayan poses y gestos de suficiencia, más se agranda aquel gesto de Iris Marga, diva de todos los tiempos. Su camarín me hechizó: flores, bombones, bibelots, maquillajes, grandes focos sobre la chais elongué muy para ella. Iris iba y venía de escena.

—Marga—Coman bombones, pibes.

Cuando volvió por última vez de escena ya no quedaban bombones en las dos cajas forradas en damasco verde. Le expliqué el problema, le mostré mis dibujos. Ella lucía elegantísima con un conjunto en oro y azul de Drecoll.

—Andá tranquila. Cuando hable con Bayón le hablaré bien de vos. Me gustan tus diseños, tenés talento. Vuelvan a verme alguna vez. Nos regaló entradas y cuando nos despedimos nos besó.  Pero los días pasaban y Bayón no llamaba.

Massimo, se quedó conmigo 3 días y se regresó a Italia, él venía a despertar el fuego de la pasión, cada vez era más fuerte nuestros encuentros, pero primero eran cada 3 meses, luego cada 6 y ahora no sé cuando vendrá, lo amo y me gustaría una familia con él, pero ahora él está enfocado en su profesión y yo en lo mío.

Buenos Aires. Un día llegó un gran rollo de revistas. Estábamos comiendo con Rosa, el Gordo Frederick, Roberto y Adelina, una muchacha macanuda de quien me quedó un dicho: "Lo que tiene que suceder, sucede y nada más". De repente Rosa, que hojeaba una revista dio un grito: "¡Anmary tu nota! ¡Tu nota publicada, la que hiciste como "André"!

La revista tenía un mes de atraso. Abajo de la nota decía: "Rogamos a usted presentarse dentro de los 15 días de la fecha". Rosa gritaba

"Famosa! ¡Famosa! ¿Has visto? Tienes talento. Lo que tiene que suceder, sucede, y nada más. Tenía que suceder y sucedió". Decía Adelina

Al día siguiente fuimos todos, los cuatro, en tropel a la revista. Dos hombres nos recibieron "quizás ellos no los recuerden: eran Roberto , Rosa y el gordo Frederick y Adelina de quienes tenemos grato y agradecido recuerdo" dijo el hombre su nombre era Tálice.

Roberto me miró un poco sorprendido.

Al director le gustó mucho su nota. Si usted quiere puede quedar como colaborador: escribirá sobre moda y cine.

¡Pobre Tálice, nadie se imaginaba el clavo que se echó! Lo fui a ver casi a diario. Paciente, cordial, recibía mis colaboraciones y me asignó un sueldo después supe que era de su bolsillo.

-Escribí unas notas sobre moda y muchas sobre cine. Recuerdo una que revolucionó a mi pueblo por el modo como estaba presentada. En una hoja, mi foto entera; en la otra, un escrito sobre las "Caras olvidadas" del cine Argentino.

Pero yo quería hacer modas. Con las revistas en la mano visité a las actrices a las que estaban dedicados mis escritos. Algunas, como Mecha Ortiz a la que había dedicado dos hojas llenas de elogios, ni me recibieron. Otras fueron muy cordiales y se interesaron por mis diseños y por si podía yo realizárselos. Así conocí a Zully Moreno quien en seguida me dio trabajo para varias películas, a Amelia Bence, Paulina Singerman, Alicia Vignoli, que ya se retiraba del cine y del teatro. Fue ella quien me sugirió que visitara a Valentina, en Mundo Argentino por aquel entonces, gracias a sus notas, la revista más vendida del país.

Así caí un día a la Editorial Haynes. No bastarían todas estas páginas para decir lo que Valentina significó en mi carrera. Me recibió maravillosamente. Ella tenía entonces como ha vuelto a tener ahora- una enorme. Popularidad. Había creado un tipo de periodismo rápido, práctico; mucha gente la temía. Así, sin más, me otorgó dos páginas para hacer mis notas en Mundo Argentino. Ella misma me recomendó a Selecta, revista de moda de primera categoría, y a El Hogar. Así, de la noche a la mañana, mi nombre empezó a aparecer en las revistas más cotizadas de Buenos Aires. ¡Con qué emoción esperaba todas las semanas la salida de las revistas, a la madrugada, para leer mis publicaciones! Propio de mi signo, Virgo la gente se ríe.

Cuando todavía me duraba la euforia por todo lo que había logrado con Valentina, un día, al entrar en la pensión, sonó el teléfono. Yo mismo lo atendí: Bayón Herrera me llamaba. Me citó para el día siguiente a las tres de la tarde. Sin dar muchas vueltas me dio el libro de un film. Era la próxima película de Carlos Schlieper, El misterioso tio Sylas.

Anmary comenzó a tener éxito, aunque no fue fácil nuestra querida Anmary fue,perseverante y constante, cuando muchos no le daban nada ella ,solo se enfoco en lo suyo.

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