Anmary y Marcos Tálice

Anmary

Un día, de mierda en el colmo de la furia que me provocaba su invariable condescendía, le grité:

"¡Pero vos, qué mierda quieres! ¿Acostarte conmigo? ¿Por qué no lo decís, ves que me acuesto con cualquiera? Además, te podés imaginar que, de aquí en más, me voy a acostar con el país entero.

Me miró con sus ojos mansos. De repente, sentí una gran vergüenza.

En el comienzo de una vida a la que quería cobrarle, o a la que yo me creía con derecho a cobrarle todo, no supe valorar la amistad, la admiración y la fe ciega de un buen hombre como Tálice. Reconozco que es un defecto que no he superado con el tiempo. En la amistad nunca establecí escala de valores. Me di entero sin pensar quién era. Pero también mucha gente se dio entera a mí y no fui desleal. Pienso que al final de mis días estaré en paz con la vida. Me engañaron. Me desilusionaron.

Y tuve el departamento, como siempre tuve todo lo que quise a costa de mil sacrificios y de mi solo esfuerzo. Pero no era un pequeño departamento sino un enorme piso donde mi vida sería nueva tenía su balcón a la calle. También tenía él suyo, Rosa estaba allí mirando parecía un cuadro o el film del momento porque estaba siempre en la ventana. Como en un marco. Este mundo nuevo, era totalmente diferente al mundo de su pueblo donde había vivido. También había cuartos de visitas.

¡Todo el departamento estaba decorado en violeta y oro! ¡Aquellos muebles franceses, aquellos grandes espejos, resultado de largas visitas a depósitos y remates, de tantos esfuerzos económicos, todo era mío! ¡Y mío era el sol que cambiaba los colores de las sillas al entrar por la mañana y míos eran los enormes ramos de flores de cada rincón y mío era el cielo que, de noche, veía por la ventana y la lluvia que mojaba los cristales en los días de invierno!

Porque mía era la vida. Y yo tenía 19 años, un nombre, Anmary Sánchez la joven que salio de aquel pueblo.

Podría tener mil amores con o sin rostros, dos años habían pasado desde aquella noticia de Massimo al final siempre si se casó y tiene un hijo, me levanté de aquella depresión, con ayuda de mis amigos y él que nunca se dio por vencido hace un año que somos novios, aún no tenemos una relación más cercana porque me cuesta, pero él es comprensivo.

Ahora tenía amigos, amigos como yo, que luchaban y trabajaban y amaban sin importarles el que dirán y que eran útiles a la sociedad. Y le daban a la vida la dosis de frivolidad, de encanto, de color que solo hombres y mujeres muy elegidos pueden darle. Ahora por mi casa pasaba un mundo muy heterogéneo; al lado de las estrellas del momento, estaban las que trataban de revivir sus encantos porque estaban ya en la curva de la fama o de la belleza. Al lado de las señoras de los diplomáticos, "las mantenidas más famosas de las décadas del 40 y del 50. Mujeres que han desaparecido ahora pero que entonces eran elogiadas, admiradas y citadas por la moda que copiaban las señoras burguesas que pagaban con cheques. ¡Oh curiosa casualidad! Esos cheques tenían las mismas firmas y eran de los mismos bancos que los otros cheques con los cuales pagaban las amantes. Nada más que las sumas eran diferentes: muy sobrias las de las señoras; sin límites para "las bellas amigas". Sentadas en el living de oro y violeta, esperando pacientemente, se igualaban a artistas famosas, las star.ettes para quienes el que yo las citara en mis crónicas de moda significaba dar un paso adelante, señoras de grandes empresarios, prostitutas de alto rango, damas de sociedad, quinceañeras que elegían el traje para su fiesta, novias que buscaban el atuendo que las embelleciera en su última noche de virgen (hay que saber que en aquellos años de fines de la década, algunas todavía se casaban vírgenes).

Al no llegar a Buenos Aires ningún medio de información sobre la moda, dada la guerra que había sumido a Europa en un caos feroz, mis dibujos y mis creaciones eran seguidos y aceptados por todas las porteñas elegantes. Yo me inspiraba en el cine norteamericano y en sus grandes creadores: Jean Louis, Adrián, Irene. Eran los reyes de la moda. Todas las mujeres del mundo copiaban a Rosalind Russell, Ginger Rogers, Greer Garson o Margaret Sullivan. Greta Garbo ya había terminado su reinado pero su influencia seguía en la moda. Supe hacer mi línea propia y mis modelos sin parecerme a ninguno. Tenía todas las novedades del "último grito". Pienso que hasta hace poco, que volví con el "gaucho look", con la moda indiana, imponer creaciones absolutamente propias recién volví a mi carrera de verdadera creadora: drapeados, escotes, colores, combinaciones de tonos. En todo había un toque personal mío, que se imponía y que recién ahora he vuelto a recuperar.

Por aquellos días, para mí ya no existía el problema del desamor, ni preocupación por arreglar mi propia vida. Ya estaba muy segura y muy feliz con que las cosas fueran así. Entre amantes y amantes, que sólo no dejaban el recuerdo de unas horas, algunos han quedado como algo perdurable.

Uno de aquellos días viene a mi memoria muy seguido cuando la soledad a la cual yo imagino como una enorme masa de aire violeta, que avanza para ahogarme, me aprieta la garganta me ayuda a alejarla de mí. ¡Qué gran antídoto para la soledad es el recuerdo de los amantes que fueron o el presentimiento de los que serán! Y en aquellos días del piso nuevo tenía necesidad de estar con alguien, de hablar, de amar. Además, esa noche salían varias revistas con notas mías. Caminando llegué hasta Plaza de Mayo. Allí las revistas aparecían primero que en cualquier otro lugar. Un vendedor me dijo que esa noche no habría revistas, que sólo a las 8 de la mañana se pondrían en venta diarios e ilustraciones. Sentada en el cordón de la vereda, frente al quiosco del distribuidor, vi que Tálice me miraba.

"¿Qué?" Pregunto él me sonríe

"¿sabés, lo que deseo?" Dijo él Claro,que sabía

"Llevame adónde quieras" ,, Respondí el calor se apoderaba de mí

Él quedo mirando. "¿Y qué problema tenés? Llevame a tu casa. Hagamos tiempo y charlemos". dije y lo besé, si había algo que me volvía loca eran sus labios.

Tálice me acompaño hasta su coche, antes de subir él me miró y me abrazó." No te arrepentirás". Me susurró y sentí que mis piernas aflojarse, era la primera que me hablaba así, él me beso y yo solo deseaba que me haga el amor, el deseo se apoderaba de mí, lo abracé y enrede mis dedos en su cabello."llévame donde quieras, pero que sea pronto". Dije entre beso él sonrió, un brillo especial había en sus ojos, subimos al coche y nos fuimos, pensé que me llevaría a un hotel, pero no fue así me llevo a su apartamento, era hermoso y lujoso un ambiente burgués elegante, que me emocionó. "¿Ves?" Dijo él abrazándome por la espalda me beso el hombro y mordió suavemente,"Aaaah" salió un jadeo de mis labios y me di vuelta a verlo, no podía entender pero sentía que me perdía en ellos.

"Es hermoso, y no entiendo por qué sigues en aquel lugar, cuando tienes esté" le dije y él me cargo en sus brazos.

"Porque? Te lo explicó?". Decía sonriendo dulcemente me llevó hasta su habitación, me besaba como si fuera un dulce, me fue quitando cada prenda, observa mi rostro "¿No entiendes por qué estoy cerca de ti?". Preguntaba mientras me besaba, un año de novios se cumple mañana y por primera vez él, me iba a hacer suya. Cada vez que me besaba, y recorría mi piel con sus labios podía sentir su amor, era delicado y sus caricias me llegaron a estremecer, sus manos suaves recorría mi piel su lengua tibia y húmeda hacía camino en mi piel, hasta que llegó a mi lugar, secreto tenía unos dedos eficaces, y su lengua parecía que danzaba en mi interior, yo me sentía diferente, era mi corazón acelerado al sentirlo, mi estómago tenía mariposa y esto me hacía sentir en el cielo, mi cuerpo se retorcía y él que tenía una mano encima de mí se*o lograba darme una sensación muy distinta a la que yo alguna vez sentí, sus besos húmedos cubren mi vientre hasta llegar a mis labios, me estaba entregando a Tálice, y no tenía miedo solo quería sentirlo, "¿aún te queda dudas de lo que yo siento?. Me pregunto él y yo sonreí como una tonta "Marcos, quiero sentirte". Dije y pude sentir las pinceladas en mi entrada, él con sus ojos brillantes me dio un beso, y entró de una sola estocada," Ay, Aaaah" murmure y me beso quedándose quieto, era enorme o tenía el deseo acumulado, pensé mientras él acariciando suavemente mi rostro," Eres hermosa Anmary, no sabes cuanto te amo", dijo él dándome pequeña estocada, para no lastimarme, "Aaaah" salió de mis labios y mi cadera estaba moviéndose al compás de sus movimientos, podía sentir por primera vez que era especial, que tontería haberlo hecho esperar esa noche fue corta, hicimos el amor una y otra vez hasta que nos quedamos cansados, fuimos a bañarnos juntos, y terminamos acostados, sin ninguna prenda yo me quedé sobre su pecho, él me abrazaba y acariciaba el cabello.

"Feliz año de novios" Me dijo él y saco una cajita de su mesita, era un anillo, yo tragué saliva " Es hermoso, Marcos". Dije sintiendo que mis ojos se nublaron de la emoción.

"Esperaba que fuera hoy, mi amor además de todos estos años que te conozco, es la primera vez que escucho mi nombre salir de tus labios, Anmary te amo" dijo Tálice y si nunca le llame por el nombre siempre su apellido tan peculiar.

Lo abracé fuerte," Marcos, gracias por acompañarme y no dejarme, gracias porque pese a que fui demasiado tonta, y mala no me dejaste, gracias por este año de novios que tenemos, y por esta noche especial, te amo Marcos" dije limpiando mis lágrimas y sonrió limpió sus lágrimas y me abrazó, " Dime lo que sientes" dijo él sin soltarme.

"Te amo"

"Anmary te amo y nada me haría más feliz en este mundo que estar así siempre contigo, dime una vez más, que me gusta escucharte"

"Te amo, Marcos te amo"

Él me besó. No sé qué tripas se retorcieron dentro de mí pero sé que se me nublaron los ojos. Tenía, alegría ese vacío había desaparecido. El amor de Marcos Tálice me hacía sentir viva, esa madrugada nos quedamos dormidos en la mañana desperté y él ya no estaba, así que fui a higienizarme.

Él entró con una bandeja con el desayuno y yo salía del baño sonreí, él se veía tan bien dejó el desayuno en el mueble, me abrazó y beso yo tenía una toalla envuelta en mi cuerpo en segundo estaba desnuda y sus manos acariciaban cada parte de mí, me llevó contra la pared y me levanto sin darme tiempo él se hundía en mí, era algo placentero, lo, disfruté tanto. "Anmary, estoy Aaaah" murmuró y yo con el poco aire,"Aaaah, mm, sí amor lo quiero, Aaaah" nuestros labios se unieron, fuimos a ducharnos, e hicimos el amor allí, me encantaba.

Bueno el desayuno se enfrió así que fuimos a preparar algo juntos yo siempre tomaba mate, así que él me preparo.

"Anmary hoy no vayamos al trabajo, quédate conmigo" dijo él acariciando suavemente mi rostro

"Bueno, es que tengo el evento esta noche". Dije y él me sonrió, "yo llamé a Rosa y se encargará de todo" decía con picardía.

al llegar a ese lugar allí estaba un enorme letrero luminoso que gritaba, en verde, mi nombre encabezando un elenco en el que todos eran estrellas en uno de los clubes nocturnos más exclusivos de Buenos Aires en ese momento. Marcos me miraba y sonreía a pesar de los cientos de manos que aplaudían, cargadas de brillantes, cada uno de mis dibujos, cada uno de mis modelos, él fue desde el principio quién creyó en mí. Rosa sonrió desde el coche que estaba con Roberto y el gordo Frederick, me esperaban a la salida del show, pero una mano me sujetó entrelazamos nuestros dedos y nos dimos un beso sin importar quienes estaban y nos veían ya no iba a temer a nada, todos aplaudieron y gritaron:¡ Anmary, Anmary! Marcos y yo nos separamos y sonreímos, desde ahora él y yo éramos novios oficialmente ante la sociedad.

A la mañana siguiente de aquella aventura, las revistas llenaban sus páginas con mis dibujos. De mi taller mi primer taller ahora salían, al mismo tiempo, los modelos para Olinda Bozán y Nuri Montsé en el Smart; para la correctísima y distinguida actriz que era Norma Castillo, la mujer de Demare (para hacer Sangre Negra en el Odeon); para Josefina Díaz, la gran actriz española que hacía El abanico en el Argentino, para Aída Luz en su máximo trabajo, La Voz de la Tórtola; para María Duval en su desafortunado intento teatral en el Odeón y Luisa.

En la portada decía:

... "Marcos Tálice y Anmary Sánchez, blanquean su relación se ven muy enamorados"...

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